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10 cosas que ellas quieren probar en la cama y no te cuentan

Despierta entre sudores y jadeos, agitada. Algo le ha recorrido todo el cuerpo, de punta a punta. No sabe qué le pasa. Intenta acordarse del porqué

Al contrario que los hombres, muchas mujeres sienten que la sociedad les dice (o impone) el tabú de la promiscuidad. El estilo de vida swinger elimina, al menos en terreno de la fantasía, estas barreras y restricciones sociales. No obstante, asegura Corrine, esta fantasía se suele quedar en la intimidad.  

Si algo bueno tiene la fantasía es que puedes ser lo que quieras, incluso algo en las antípodas de cómo te comportas en la cama. La terapeuta sexual Van Kirk asegura que excitarse con el estilo de una dominatrix tiene mucho que ver con cómo es la persona misma: “Su práctica podría en cierta forma empoderarla y ayudarla a resolver sus problemas de autoestima”.

Aunque estemos hablando de fantasías, las expertas recomiendan los juegos de rol como una forma efectiva de avivar la rutina sexual. Dejan claro que el deseo de variedad no significa que la mujer quiera salirse de la relación, sino, más bien, ganas de relacionarse de manera diferente. Puede ser algo tan sencillo como encontrarse con desconocidos por primera vez, personajes de la televisión, famosos...

Tener relaciones con un hombre a quien nunca han visto y a quien nunca más verán. Un aquí te pillo aquí te mato fugaz que permanecerá vivo en la memoria. La doctora Van Kirk señala que esta suele ser una fantasía muy común, especialmente en un entorno en el que el sexo casual de las mujeres está mal visto. “Es una experiencia nueva, arriesgada, creativa, sin presiones, sin restricciones”, añade Corrine.  

El tipo de trío con el que fantasea una mujer dice mucho de ella. Si prefiere añadir a la mezcla heterosexual otra mujer, quizá lo haga porque así se sienta más segura. A veces se achaca a esa curiosidad por lo bisexual, pero aun así quiere que le acompañes durante la experiencia. “Muchos de mis clientes bisexuales tienen esta fantasía y aseguran que quieren explorar su sexualidad acompañados de un hombre con el que ya están familiarizados”, señala Corrine.  

Dos hombres para ella sola. Es una de las fantasías preferidas por las mujeres, al menos de las que se atreven a reconocerlo. Un ménage à trois donde cabe todo: la pareja, desconocidos, bisexuales… lo que sea con tal de multiplicar el placer, la excitación, las manos y las caricias.

Si echar un vistazo a la vida online de otros puede tener su morbo, imagínate en la vida real. A quienes les excitan las fantasías vouyeur llevan el acecho online un paso más allá. Ser espectador del sexo o del cuerpo ajeno se vuelve tentador cuando estimula los sentidos y los deseos dormidos. Lo prohibido, una vez más, atrae.  

Siempre va de la mano del voyeur, es su polo opuesto. El goce está en dejarse ver y saber que muy probablemente estás excitando a la persona que está observando, admirando y apreciando cada detalle de tu cuerpo desnudo. Sin duda es una fantasía divertida y estimulante.

Buenas noticias para aquellos a los que les gusten las maduritas: acostarse con alguien más joven está bien alto en el ránking. Les gusta estar al mando, ser la voz de la experiencia, liderar los movimientos, el camino sexual, algo que quizá no hagan tanto en su día a día. Eso sin mencionar que la juventud tiene sus ventajas. “Mayor resistencia, fuerza y agilidad en la cama”, señala Corrine.  

Quizá sea por el atractivo de lo prohibido, lo tabú, la fantasía más recurrente es el sexo con otras mujeres, más que con cualquier otro hombres. Las lesbianas tienen  la ventaja de saber cómo funciona el cuerpo femenino y sus orgasmos. En otras palabras, juegan en casa. La cultura predominante alrededor del erotismo le da mayor valor a los actos sexuales que conducen a la eyaculación. Las lesbianas (o la idea que tenemos de ellas) superan estos límites, y por eso la experiencia con una es tan atractiva para las mujeres heterosexuales. 

 

Despierta entre sudores y jadeos, agitada. Algo le ha recorrido todo el cuerpo, de punta a punta. No sabe qué le pasa. Intenta acordarse del porqué de su excitación y, poco a poco, vuelven las imágenes, sensaciones y placeres a su cabeza. Había dos personas que jugaban con sus labios, su boca, sus pechos y genitales. Eran dos hombres, ahora recuerda sus caras, son asiduos de sus fantasías sexuales.

Todos, incluidas las mujeres, tenemos situaciones y escenarios eróticos a los que volver con asiduidad. Las fantasías nos transportan a los lugares más íntimos, sensuales y secretos de la mente. Aunque se ciñan a la imaginación, alimentan el deseo, intensifican el placer y pueden enriquecer la vida sexual.

Con la ayuda de las expertas consultadas por 'Askmen' Reba Corrine, asesora de bienestar, y la terapeuta sexual Kat Van Kirk, te desvelamos las 10 fantasías más recurrentes del género femenino. Algunas involucran a hombres, o mujeres, y en otras no requieren a nadie. Y recuerda, no siempre se cumplen, por algo son eso, fantasías.

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