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Descubrir e impulsar el talento de la mujer rural

Sara Rivas

Uncear trabaja en los diferentes pueblos de España desde hace 32 años para crear oportunidades y fomentar su repoblación

D

e los 8.131 municipios que hay en España, 5.002 tienen una población menor de 1.000 habitantes, según el INE. La mayoría de ellos se encuentran en Castilla y León (2.006) y Castilla-La Mancha (642). Precisamente dos de las comunidades donde la Unión de Centros de Acción Rural (Uncear) tiene mayor nivel de actuación, además de Andalucía y la Rioja.

Lo cierto es que a su fundadora, María Chicharro, no le gusta hablar sobre el número de habitantes de las poblaciones donde actúan. “Ahora está de moda hablar de la España despoblada pero yo soy más partidaria de fijarnos en los aspectos positivos de cada municipio y basar la comunicación en ellos y no en lo que no tienen”, afirma.

El camino de Uncear comenzó hace 32 años, en plena Transición española. María había estudiado Filosofía y Ciencias de la Educación y aunque había nacido y vivido siempre en Madrid sentía una gran atracción por el medio rural. “Era una época en la que el asociacionismo estaba en auge y yo sentía una gran curiosidad por lo que podía aportar la participación al medio rural”, recuerda.

Conoció a Joaquín Herreros, ingeniero industrial de carrera que también estaba involucrado con el medio rural, y comenzaron a trabajar conjuntamente. Pronto consiguieron la colaboración de las provincias de Guadalajara, Toledo, Zamora y Segovia. Desde el principio formaron sus bases en el empoderamiento de las mujeres y de las familias, pero en su concepto más amplio, ya que “en los pueblos no podría entenderse de otra manera”, dice María. El primer nombre que escogieron fue Unión de Centros de Animación Rural. “Quizás no fuese el mejor nombre porque cuando llegábamos los aldeanos se imaginaban que iban a ver aparecer a chicas cabareteras de la capital con borlones”, reconoce.

Si en su día tuvieron que enseñarlas a utilizar la tarjeta de crédito, hoy les enseñan a desenvolverse en el ámbito digital

Siguiendo el modelo participativo de Francia, empezaron a realizar programas sociales, educativos y económicos en diferentes municipios. “Los principios no fueron fáciles. En 1989 tuve algún problemilla con la Guardia Civil porque alegaban que con mis reuniones colapsaba las carreteras”, rememora. Dos fechas marcan el presente de Uncear. La primera, en 2002, cuando cambiaron la palabra Animación por Acción de su nomenclatura. La segunda, en 2004, año límite para que todas las asociaciones que existían antes de la Constitución modificaran sus estatutos de acuerdo al texto jurídico.

En ese momento establecieron diez comisiones sobre las que desarrollar sus actividades y se centraron en cuatro objetivos socialmente estratégicos para las necesidades de las familias y de las mujeres en el mundo rural. El primero gira entorno al empoderamiento de las mujeres en el ámbito de la educación financiera y de su propio patrimonio. “El dinero es un lenguaje que en los últimos años va asociado, sobre todo en el medio rural, a la tecnología”. Si en su día tuvieron que enseñarlas a utilizar la tarjeta de crédito, hoy les enseñan a desenvolverse en el ámbito digital tanto para saber administrar su propio capital como para realizar trámites administrativos. En el último año, 950 mujeres de diferentes pueblos, sobre todo de Castilla La Mancha, Andalucía, Castilla y León y La Rioja, se han beneficiado de este programa formativo.

“No hay territorio rural sin futuro, hay territorio rural sin proyecto”

Su segunda línea de actuación trata de prevenir los riesgos psicosociales de las mujeres en el medio rural. María explica la falta de visibilidad de gran parte del trabajo que hace en estas poblaciones, no solo a la hora de hacerse responsables del cuidado de los hijos y más tarde de sus mayores, sino también dentro de la economía sumergida. “Ellas trabajan en el negocio familiar, hacen trabajos de ganadería, agricultura… pero no cotizan por ello y por lo tanto no cuentan con seguros sociales”, expone. Uncear trata de descubrir el talento que ponen en práctica en esos trabajos para después ayudarles a aplicarlos en su vida cotidiana y en nuevos empleos, incluso a través del emprendimiento, para mejorar su calidad de vida y sus ingresos económicos.

El tercer ámbito estratégico de Uncear trata de atraer a ‘nuevos pobladores’, poniendo en valor el patrimonio, la cultura y la riqueza del mundo rural. No solo para aprovecharse de ellos sino también para invertir a través de proyectos que contribuyan a conservar el medio ambiente o rehabilitar espacio, con el fin de que las nuevas generaciones tengan un futuro prometedor dentro de la comunidad.

Por último, la asociación trabaja para comunicar los aspectos positivos de estas poblaciones. “El medio rural ya no se define únicamente por la agricultura y la ganadería, existen infinidad de posibilidades y una gran riqueza”, asegura. “Nuestra labor es aprovechar el talento de las mujeres para que aprendan a desarrollar las posibilidades que ofrece el medio rural”. Lo importante es tener el foco puesto en una actividad, “si es ganadería es ganadería, pero si se decide que sea turismo, artesanía u otra actividad se debe comunicar y dirigir los esfuerzos para crear proyectos en esa dirección”, explica porque a su entender “no hay territorio rural sin futuro, hay territorio rural sin proyecto”.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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