El compuesto que alargará la vida de las baterías (y de las renovables)

na empresa española, con sede en Zaragoza, pretende erigirse en alternativa a las baterías de ion litio gracias al vanadio, una tecnología que permite mayor durabilidad y flexibilidad

Por Jaume Esteve

La batería y su vida útil -ya sea en el día a día o a largo plazo- se ha convertido en un tema recurrente de nuestras vidas. Estamos pendientes del nivel de batería de nuestro teléfono móvil, tableta, reloj u ordenador portátil para no quedarnos tirados y, según indican todos los augurios, también tendremos que prestar un ojo a los niveles de batería de los coches e incluso del hogar, si somos capaces de instalar fuentes de energía renovable que podamos almacenar en nuestra casa.

Es probable que, cuando se habla de baterías, al común de los mortales le suenen dos palabras: ion y litio. Son los dos elementos que suelen estar presentes en la gran mayoría de pilas que utilizamos para nuestro día a día. Combinados, producen una reacción que genera un tercer elemento y que es el que da vida a nuestros gadgets electrónicos. Pero ese proceso, como explica Luis Collantes, cofundador y CEO de HydraRedox, tiene un problema: “Esa reacción tiene un ciclo de vida que limita su duración”.

HydraRedox, una firma española afincada en Zaragoza, cree haber dado con la alternativa después de “casi 25 años” trabajando en ella. Porque sus baterías, a diferencia de las de ion litio y otras alternativas en el mercado, cuentan con un solo elemento, el vanadio. “Nuestra tecnología tiene una vida útil casi infinita con todos los ciclos de carga y descarga que quieras”, asegura Collantes.

La celda individual patentada por HydraRedox permite que cada una de ellas opere de manera independiente, monitorizada y controlada a distancia. Así, explican desde la compañía, logran personalizar la demanda en función de las necesidades de cada cliente, dotando de mayor seguridad a las instalaciones y alargando la vida útil de los equipos.

Pero no pongas a enfriar todavía el champan, tu próximo móvil no va a tener una batería casi infinita, ya que la aplicación principal de las baterías que fabrica HydraRedox -que ya tiene algunos proyectos en marcha en España y el extranjero- está centrada en proveer almacenamiento de energía en parques de energías renovables, ya sean eólicas o fotovoltaicas. También lo hace en entornos industriales o incluso en instalaciones particulares de autoabastecimiento.

El tamaño de las instalaciones es el principal impedimento para que la tecnología de HydraRedox se asiente en la palma de nuestras manos. “Somos una tecnología que almacena energía de manera estacionaria. Podemos poner una batería en una ‘electrolinera’ pero no podemos instalarla en un coche, o en un teléfono, donde necesitas baterías más pequeñas”, explica Collantes.

Flexibilidad a gusto del usuario

A diferencia de las citadas baterías de ion litio, las de vanadio que fabrica esta compañía española tienen la ventaja de la flexibilidad a la hora de instalarse ya que diferencian “entre la sección del módulo de potencia y el de energía”, como explica Collantes. Las celdas individuales de la sección de potencia patentadas están conectadas con la red de manera que transforman la energía en electroquímica, para cargarla en las baterías, y posteriormente la vuelven a convertir en electricidad, cuando la toman ‘prestada’ de las pilas para volcarlas a la instalación eléctrica. El hecho de que cada celda sea individual permite modular esa instalación para adaptarse a cualquier necesidad.

En el otro lado de la instalación, en la sección de energía, se encuentran unos tanques con una solución acuosa que se encarga de almacenar la energía generada. El tiempo de almacenamiento va desde unos pocos minutos hasta más de 24 horas, lo que permite que el sistema que ofrece HydraRedox pueda utilizarse para almacenamiento de larga duración.

Las baterías de vanadio amenazan el mercado de las de ion litio no solo por sus capacidades sino por un tema asociado a los costes. Aunque el precio actual de ambas baterías son similiares, Collantes apunta a un dato que considera crucial: “Nuestra vida útil es de unos treinta años por los cinco que tiene una de ion litio”.