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Tecnología y robótica para luchar contra el abandono escolar

Sara Rivas

El programa Tech4Change enseña a chicos de segundo y tercero de ESO programación y trabajo en equipo para incentivarles a seguir estudiando

C

on un 17,9%, España es el país de la Unión Europea con mayor tasa de abandono escolar, según los últimos datos de Eurostat de 2018. Aunque estos números se han conseguido reducir, seguimos lejos del objetivo del 15% pactado con la UE para 2020. Por eso, cada día surgen ideas y proyectos para incentivar a los estudiantes a continuar con sus estudios. Uno de estos programas es Tech4Change que comenzó su andadura el curso pasado para promover la inclusión social empleando la tecnología y la computación.

La idea surge de la Fundación Everis, está gestionado por United Way y desarrollado por la Asociación Creática, especializada en promover la inclusión en igualdad utilizando la tecnología. Una unión de las tres entidades que ha permitido ponerlo en marcha en el instituto Marqués de Suanzes en Madrid y que ha beneficiado a 58 chicos y chicas.

Los alumnos que han participado en Tech4Change crearon y programaron el curso pasado un Escornabot, un robot capaz de realizar diferentes juegos de programación. Fue diseñado sobre la base de Arduino, una plataforma de creación de electrónica de código abierto, con software y hardware libres. Los alumnos también trabajaron con un pequeño coche eléctrico para implantar la nueva tecnología derivada del aprendizaje de la robótica que llevaron a cabo en el aula de tecnología. El vehículo se creó utilizando una impresión 3D y se podía manejar mediante una app móvil.

Marina Fuentes, CEO de United Way en España, incide que los conocimientos sobre tecnología y programación no son lo verdaderamente importante de la experiencia. “La tecnología solo es la excusa para acercarnos a los chicos y reforzar sus habilidades ‘soft skills’ de trabajo en equipo, escucha activa, empatía, asertividad, además de fomentar el desarrollo de un pensamiento crítico, creativo y analítico entre los jóvenes”. Aunque reconoce que el poder acercar la formación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), sobretodo al colectivo femenino, es un plus en sí mismo.

“La tecnología solo es la excusa para reforzar sus habilidades ‘soft skills’ de trabajo en equipo, escucha activa y empatía”

Para poder llevar las clases a cabo, además de los profesores titulares, 24 voluntarios y voluntarias de Everis y educadores de la Asociación Creática acudieron durante todo el curso al centro donde los alumnos se dividieron en 11 grupos para recibir una atención personalizada. “Con los voluntarios se crea una relación muy estrecha en el que hay lugar para la admiración, el respeto pero también para el compadreo gracias a la confianza que se genera con los chicos”, reconoce María Jesús Jiménez, socia de Everis. “Hubo días en que no se impartieron conocimientos tecnológicos porque los chicos querían conocer cómo habían llegado nuestros voluntarios a dedicarse a su profesión y que era exactamente lo que hacían en su día a día laboral”.

En un principio la experiencia estaba pensada para los estudiantes del Programa de Mejora del Aprendizaje y el Rendimiento (PMAR), destinados a estudiantes que requieren un refuerzo para continuar el curso que les corresponde. Pero por petición de los propios alumnos, y con la finalidad de fomentar la integración, se extendió a todas las aulas de segundo y tercero de la ESO. Las clases se impartieron dentro de la asignatura obligatoria de Tecnología que todos comparten. La coordinación con el profesorado permitió la incorporación de contenidos nuevos en el aula, así como la formación de los propios docentes en el uso de nuevas herramientas como el programa de diseño 3D online Tinkercad, el cableado arduino nano o la impresión en 3D.

En base a esta experiencia, muchos chicos y chicas se encuentran animados a llevar sus carreras hacia la ciencia y la tecnología

En base a esta experiencia, Marina Fuentes asegura que muchos chicos y chicas se encuentran animados a llevar sus carreras hacia la ciencia y la tecnología, una auténtica proeza dada la falta de interés de los adolescentes por estas materias, mucho más en el caso de ellas. “Se dieron cuenta de que si querían hacer algo y se lo proponían podían”, apunta.

Este curso el programa continuará con nuevos alumnos en el Marqués de Suanzes, un centro elegido por su cercanía con la Fundación Everis, que quiere generen impacto en la comunidad en la que se instalan. Esperan ampliarlo geográficamente a otras ciudades donde la compañía tiene presencia. Galicia, Santander, Bilbao, Salamanca, Valladolid o Sevilla son algunas de las localizaciones candidatas. Eso sí, según adelanta Jiménez, el trabajo con Arduino y robótica dejará paso a las ‘smart cities’, las energías renovables o la innovación en agricultura, pensando en las posibilidades de desarrollo del lugar de destino.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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