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¿Tienes sal? Vuelve la vida al barrio a golpe de app

Ana Gómez

Los vecindarios rompen sus burbujas gracias a esta red social que ya ha visto nacer grupos de música, amistades a los sesenta y tantos y compromisos inquebrantables

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oy en día la gente está muy metida en una burbuja y no se relaciona con los que tiene alrededor. No conocemos a los que viven al lado, ni a la gente del barrio. Pero queremos romper esa burbuja”. Sonia Alonso, fundadora de la app ¿Tienes sal? describe así de ilusionada el proyecto con el que se ha propuesto recomponer los lazos vecinales de nuestras ciudades.

Un clic que le da la vuelta a esa teoría que explica el ensimismamiento generalizado arremetiendo contra las redes sociales. Pero hay aplicaciones que no son para ligar ni para comprar o vender cosas, sino para conectar con la vecina que vive tres portales más arriba.

“Nuestro objetivo es mantener la visión local y de cercanía en cada paso que damos”, explica esta barcelonesa de 35 años que añora cuando “se vivía mucho más haciendo barrio, conociendo al de la panadería, al de la pescadería y al del banco”. Y parece que no es la única. En Madrid y Barcelona, las dos ciudades en las que está en funcionamiento, la plataforma acumula al menos 33.000 vecinos activos en sus barrios y unos 55.000 registrados, lo que quiere decir que están a la espera de que termine de activarse la comunidad en su zona.

En esta red social es imprescindible verificar que los vecinos sean de verdad del vecindario. Por eso hay un sistema que obliga a utilizar un nombre real y a comprobar si la dirección es correcta, a través de un código de acceso que da otro vecino, el envío de una postal, por GPS o presentando un documento. Por supuesto, añade, “cumplimos la Ley de Protección de Datos, los datos nunca serán vendidos y están protegidos en un servidor”.

¿Tienes sal? nació inspirada por la plataforma alemana Nebenan.de (que significa ‘al lado’) y que Sonia conoció durante los seis años en que vivió en Berlín, en los que se dedicó al marketing a nivel profesional pero enriqueció su vocación personal con un voluntariado en plena crisis de los refugiados. Al conocer el proyecto de Christian Vollman, que tiene más de un millón de usuarios, recordó con nostalgia el barrio en el que creció y le animó a traerlo a España. “Al principio él tenía un poco de miedo porque decía que ‘en España la gente ya de por sí es abierta, a lo mejor no necesitan… Y yo le decía que también nos estamos cerrando y esto puede ayudar mucho a salir de nuestras casas, volver a las calles”.

“Antes se vivía mucho más haciendo barrio, conociendo al de la panadería, al de la pescadería…”

Así, la app aterrizó a primeros de junio en Madrid, un momento en el que los vecinos estaban más por la labor de hacer planes fuera que dentro de la capital, por lo que tardó un poco en cuajar. Pero ya de vuelta de las vacaciones, en septiembre, cuando la red social ya había recalado en Barcelona, se disparó el interés en ambas ciudades por ampliar las redes vecinales.

Y cuando esta red social está a punto de cumplir sus primeros seis meses de vida, Sonia se emociona al enumerar los primeros hitos de conexiones de vecinos de todas las edades y de todo tipo de barrio: desde la mujer de sesenta y tantos años que se sentía sola y ahora tiene tres o cuatro amigas inseparables con las que viajar e ir a bailar por Madrid hasta el grupo que se junta en la Barceloneta a tocar sus instrumentos. También hay un colectivo vegano en Villaverde Bajo, un grupo de intercambio para cuidar animales en Antón Martín y un lector generoso en Puerta del Ángel que presta sus libros y los recoge, por no hablar de quienes se apoyan moralmente para ir a correr por Canal o los que optan por irse directamente de cañas por O’Donnell.

Una mujer de sesenta y tantos años que se sentía sola ahora tiene tres o cuatro amigas para ir a bailar

Algunos ya han logrado quedar más veces al mes que muchos grupos de amigos y han tenido cuatro quedadas para hacer punto de cruz y ganchillo en Barcelona, e incluso en Rocafort una tortuga fue encontrada y dada en adopción a través de la plataforma. No falta el aviso ciudadano que alerta del robo de motos o los que se organizan para que en Badalona mejore la limpieza de las calles. Y tampoco quien intenta hacer de un vehículo de solidaridad y cercanía un negocio.

“Ese es el problema que estamos teniendo, que mucha gente está utilizando la aplicación para hacer publicidad”, lamenta. Como detrás de ¿Tienes sal? solo hay un equipo de tres gestoras -incluida Sonia-, es inabarcable la lectura de los posts que escriben al día los 33.000 usuarios activos. “Animamos también a los vecinos que si ven publicidad lo reporten porque no queremos que se convierta en una plataforma comercial, queremos que sea una plataforma social y de vecinos”.

No obstante, aclara Sonia: “El objetivo no es el beneficio económico, sino el fin social del proyecto, pero eso no quiere decir que algún día no queramos autofinanciarnos”.El siguiente paso será traducir la aplicación al catalán “porque una aplicación local tiene que tener el idioma que se habla en las ciudades”. Y, de cara al año que viene y apoyadas por el equipo de ocho diseñadores y desarrolladores de Alemania, llevarán la plataforma a Valencia y Zaragoza. Sin olvidar más adelante a los vecinos de entornos rurales, cada vez más dispersos y que les piden que “no se olviden de ellos”.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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