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Talleres científicos para aliviar la hospitalización de los niños

Beatriz de Vera

Cienciaterapia organiza actividades para los más pequeños donde ellos se divierten, se olvidan del hospital y los padres pueden descansar

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Cuando Jesús Ángel Gómez Martín se estaba preparando para los exámenes finales de la carrera de química, apareció por casa su sobrina Andrea, de 8 años, una niña inquieta que le preguntó qué era esa materia que lo tenía tan absorto. Él intentó transmitirle sus conocimientos, pero a la pequeña el relato no le convencía: “Tito, explícamelo para que lo pueda entender yo. Déjate de fórmulas y de moléculas y explícamelo de forma sencilla, porque me estoy quedando igual”. Este rapapolvo de su sobrina en 2013 fue el germen de lo que, más adelante, se convertiría en Cienciaterapia

“Esa tarde nació el reto: hacer experimentos con algunos materiales que tenía por casa como acetona, vinagre, música o globos. Lo sorprendente no fue que lo entendiera sin necesidad de hablar de moléculas o polímeros, sino que se pasara horas atenta”, cuenta. A partir de ese momento, quiso usar esta capacidad de la ciencia para aliviar las horas de internamiento hospitalario de los más pequeños, en principio a través de unos talleres temporales en la unidad de pediatría del hospital Juan Ramón Jiménez, en Huelva.

El proyecto se ha alargado y cinco años más tarde ya hay talleres en nueve hospitales en España, en los que trabaja una red de voluntarios. Reciben una formación específica en docencia y otra de acompañamiento hospitalario por parte de la asociación de pacientes con la que se realiza un convenio para enseñarles cómo tratar con enfermos y familiares en este contexto.

Durante las dos horas que duran los talleres, el hospital se convierte en un parque de atracciones: los experimentos consisten en inflar un globo con vinagre o realizar carreras con aerodeslizadores fabricados con CDs viejos: “Los entienden incluso los más pequeños, que no saben siquiera lo que es la física. Hemos conseguido en muchos casos que dejen de lado la pantalla de la videoconsola y se interesen por la ciencia. Siempre nos preguntan '¿Podéis venir mañana?”.

Además de aliviar la hospitalización de los pequeños, otro de los objetivos de Cienciaterapia es aliviar la carga de los padres, que en este ratito “pueden escaparse a dar un paseo, atender la casa o al resto de la familia. Aunque hay muchos de ellos que participan en los talleres”. Los niños responden a las actividades con entusiasmo: “Cuando entran en el aula se les ve tímidos, agarrados a sus padres, o al palo del suero, un poco reacios a lo nuevo, pero van entrando poco a poco en la dinámica y enseguida participan y juegan”. Los niños verbalizan su agradecimiento por hacer cosas por sí mismos; la hospitalización les ha “arrancado” su autonomía y su iniciativa.

Los experimentos consisten en inflar un globo con vinagre o realizar carreras con aerodeslizadores fabricados con CDs viejos

El tercer objetivo del proyecto es despertar vocaciones científicas, intentando echar por tierra esa idea de que las ciencias son demasiado complejas. Aunque en esta cuestión el ‘feedback’ es más difícil de obtener, Gómez confía en su capacidad de influencia. Un ejemplo conmovedor es la historia de Teresa, una niña de siete años con leucemia que no dudó en contestar que quería dedicarse a la ciencia de mayor para evitar que otros niños y niñas pasen por lo que estaba pasando ella.

Cienciaterapia ha recibido multitud de premios que han reconocido su labor en diferentes campos, tanto en la divulgación como en el ámbito social. Entre ellos, han sido ganadores del Premio Nacional Hospital Optimista al Mejor Proyecto de Pediatría en España y el Premio Nacional a la Innovación Social Jóvenes Más Humano. Aparecen, además, en el Informe Mundial Top 100 Innovaciones Educativas.

Los niños verbalizan su agradecimiento por hacer cosas por sí mismos; la hospitalización les ha “arrancado” su autonomía

El objetivo es llevar esta innovadora terapia a hospitales de toda España. El proyecto se mantiene vivo gracias a la colaboración de sus socios, aportaciones en su página web, patrocinio de empresas o eventos solidarios como mercadillos o carreras o incluso bodas y comuniones, en las que “el dinero que iba dedicado a los recuerdos para los invitados se destina a colaborar con Cienciaterapia”.

Jesús aún no sabe si su sobrina, que ahora tiene 13 años, se va a dedicar a la ciencia. Pero “cada vez que vuelvo al pueblo me pide que hagamos un experimento. Ella flipa con la repercusión que ha tenido esto: cómo de aquella idea que surgió una tarde ya se han beneficiado 4.100 pacientes”. Y quién sabe si, “en unos años, Teresa será una científica de éxito y se dedique, como dijo, a luchar contra el cáncer”.

El Confidencial, en colaboración con Banco Santander, tiene como principal objetivo dar a conocer los proyectos de personas que transforman la sociedad e impulsan el progreso.

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