Los doce balazos de Igor el Ruso

Por Pablo Gabilondo

Eva Febrero lleva dos años haciéndose la misma pregunta: "¿Por qué tenía que estar él buscando a un asesino?”. La duda la carcome desde que en diciembre de 2017 un paramilitar serbio mató a su marido José Luis Iranzo, uno de los voluntarios que ayudaba a la Guardia Civil a seguir el rastro del entonces fugitivo. Vecina del término municipal de Andorra, en Teruel, su vida cambió el 5 de diciembre de ese año, cuando se produjo un tiroteo a diez kilómetros de su masía, en Albalete del Arzobispo.

La refriega dejó dos heridos de bala y un pistolero huido, pero ella asegura que ninguna fuente oficial se molestó en aclararles lo ocurrido. Tampoco les dijeron si tenía relación con la oleada de robos que se estaba produciendo en la comarca desde hacía un mes: "Algo no funcionó. No teníamos información". El desconcierto se extendió así por Andorra durante nueve días, el tiempo que tardó el asesino en llegar a la finca de los Iranzo.

Las balas del calibre 9x21 mm con las que Igor el Ruso mató a José Luis Iranzo en su finca

El 14 de diciembre, tras sufrir un asalto en su propia masía, Eva habló con su marido sobre las carencias del operativo antes de que él se uniera a seis guardias civiles que seguían los pasos del sospechoso. Con 40 años y ganadero de profesión, Iranzo conocía bien la zona, por lo que asumió el papel de guía y llevó a los agentes a unas cuevas cercanas, entre ellos Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero.

“Era una persona muy querida...”, recuerda Eva. Tras comprobar que el pistolero no se encontraba en las cuevas, Iranzo se despidió de los guardias civiles y condujo hasta su finca del paraje de Mas del Saso, donde se dio de bruces con el hombre que llevaba todo el día buscando: Norbert Feher, alias Igor el Ruso. Dos balazos después, el ganadero yacía muerto sobre sus tierras.

Igor el Ruso utilizó hasta 23 identidades distintas para moverse por Europa

El padre de Iranzo, también llamado José Luis, se encontraba en la finca cuando se produjo el crimen. Minutos antes había llamado a su hijo para que pasara a buscarle, pero al poco de colgar, vio un reflejo extraño en la masía. “Ante el temor de que pudiera tratarse de la persona que habría herido de gravedad días anteriores [a dos personas] en la localidad de Albalete del Arzobispo, y que andaba buscando la Guardia Civil, decidió volver a llamar por teléfono a su hijo”, declaró en el cuartel de Andorra el día siguiente. No se equivocaba, pero su hijo ya no contestó al teléfono.

“Pudo escuchar de forma muy clara en torno a quince o veinte disparos de arma de fuego”

Los temores del padre de Iranzo terminaron por confirmarse al escuchar dos disparos. El ganadero se escondió entre unas pacas de paja y marcó el número de la Guardia Civil. Eran las 18:31 y la llamada duró poco más de tres minutos: mientras les alertaba de lo ocurrido, vio cómo el coche de su hijo pasaba frente a él sin detenerse y lo achacó a que no le habría visto. "A ver, a ver, a ver, este parece ser, parece ser mi hijo", explicó a su interlocutor. Esta vez sí se equivocaba: el conductor no era su hijo, sino Igor el Ruso.

La llamada del padre de Iranzo el día de los asesinatos

Operador COC:
Guardia Civil, dígame.
Interlocutor:
Oiga, mire, soy Iranzo, mira de aquí de El Saso, que hay un tío, hay un tío, que está tirando tiros dentro del mas.
Operador COC:
¿Dónde?, ¿dónde está?
Interlocutor:
En El Saso, donde han entrado esta noche, aquí en el Ventorrillo, en Andorra.
Operador COC:
En Andorra. Escúcheme, es que está hablando con Teruel. A ver, explícame, ¿dónde?, ¿dónde está ese hombre entrando?
Interlocutor:
No... no. Está pegando tiros aquí en la masada mía, yo me he ido asustado.
Operador COC:
¿Está pegando tiros una persona?
Interlocutor:
Sí, ese que ha matado por Albalate, esta noche me ha entrado en el mas y la Guardia Civil de Andorra, la Guardia Civil de Andorra le está buscando por ahí y ahora está pegando tiros dentro de mi mas.
Operador COC:
¿Dentro de su mas, no? ¿Y cómo se llama el mas ese?
Interlocutor:
El Saso.
Operador COC:
Dígamelo más despacio que no le entiendo.
Interlocutor:
El Saso.
Operador COC:
El Saso, ¿eso dónde está?
Interlocutor:
Si llama a la Comandancia de Andorra ellos ya lo saben, lo están buscando por ahí por el pinar.
Operador COC:
Vale. ¿Y está usted allí con ellos?, ¿no?
Interlocutor:
Y ahora se ve una luz por ahí, no se si será él o será la Guardia Civil. Yo no, yo me he marchado del mas. Ahora, ahora viene una luz por ahí, igual son ellos.
Operador COC:
Escúcheme, si es un coche a ver si puede cogerle la placa. Si ve algo raro no se pare ahí, ¡eh!
Interlocutor:
No, no, no, ahora me iré para aquí.
Operador COC:
¿Tiene el coche por ahí?
Interlocutor:
Sí, pero no sé quién será, me voy a esconder a ver.
Operador COC:
Mire a ver si puede coger la placa y me la da.
Interlocutor:
A ver, a ver, a ver, este parece ser parece ser mi hijo, este parece mi hijo.
Operador COC:
Mas de El Saso en Andorra.
Interlocutor:
Ahora se ha pasado de largo.
Operador COC:
¿No lo ha podido coger? ¿Sabía el coche que era?
Interlocutor:
No, no, que era el coche de mi hijo.
Operador COC:
¿El de su hijo?
Interlocutor:
Operador COC:
Vale, ¡eh! ¿Me dice que está en el mas del Saso de Andorra?
Interlocutor:
Sí, sí.
Operador COC:
¿Cómo se llama usted?
Interlocutor:
Yo, José Luis Iranzo, José Luis Iranzo.
Operador COC:
José Luis Iranzo.
Operador COC:
Vale, ahora le llamo yo en cinco minutos y le decimos. A ver... ¿Y oye usted tiros ahí o qué?
Interlocutor:
Sí, ahora he oído dos tiros, ¡eh!, de pistola.
Operador COC:
¿De pistola?
Interlocutor:
Sí.
Operador COC:
Y...
Interlocutor:
Me ha parecido, me ha parecido oír, me ha parecido oír chillar el perro, que tengo un mastín grande, me ha parecido oírlo.
Operador COC:
¿Pero chillar el perro cómo? ¿Qué le han tirado al perro?
Interlocutor:
Yo, yo, he oído dos disparos y me ha parecido oír chillar el perro, un mastín.
Operador COC:
Chillar el perro... ¿Pero cómo? ¿Qué le han tirado al perro o qué?
Interlocutor:
Pues yo creo que sí, no sé, es que, es que yo estaba en una nave que tengo al lado.
Operador COC:
Quédese ahí. Escúcheme, escúcheme.
Interlocutor:
Estaba escondido porque tengo miedo de que viniera ese tío por aquí.
Operador COC:
José Luís, José Luís.
Interlocutor:
Sí.
Operador COC:
No se mueva de ahí, que ahora le mandamos la patrulla. No se mueva de ahí.
Interlocutor:
Venga, vale.
Operador COC:
Pero ciérrese, si está en una nave ciérrese y no abra hasta que llegue la Guardia Civil.
Interlocutor:
Vale... Vale..
Operador COC:
¿Estamos?, venga.
Interlocutor:
Estamos, gracias. Adiós, adiós.

El padre de Iranzo siguió el coche con la mirada mientras circulaba hacia la carretera A-223 y, al cabo de un kilómetro, vio cómo se cruzaba en el camino con otro vehículo. Ya era noche cerrada y tras apagar ambos las luces, el percutir de pistolas rompió de nuevo el silencio. “Pudo escuchar de forma muy clara en torno a quince o veinte disparos de arma de fuego en modalidad de ráfaga”. Tres de esas balas alcanzaron al guardia civil Víctor Romero, de 30 años, y otras siete a su compañero Víctor Jesús Caballero, de 38.

La camioneta Mitsubishi que Igor el Ruso robó a José Luiz Iranzo después de matarle

El primero en llegar en su auxilio fue otro de los agentes que había participado en la inspección de las cuevas. Se presentó junto a un compañero y, nada más bajar del coche, se encontró a Romero en el suelo. “Al objeto de meterlo mejor en el vehículo, se dirigen para abrir la puerta trasera derecha, y es cuando se encuentran tendido en el suelo al guardia civil Víctor Caballero”, declaró al día siguiente en el cuartel. Ya en el centro de salud de Andorra, los médicos solo pudieron confirmar las muertes: Iranzo falleció sobre las 18:30 del 14 de diciembre. Romero y Caballero, 15 minutos después. Con tres cadáveres en el depósito, la Guardia Civil salió a la caza del pistolero.

“Enfocando con la linterna a esta persona, resulta ser un varón, que ante la luz levanta la cabeza, dejando a la vista una pistola cromada”

Mientras se organizaba el despliegue, Igor el Ruso siguió conduciendo por la carretera A-226 hasta que tuvo un accidente. A las 2:25 de la madrugada, el centro operativo de la Guardia Civil en Castellón avisaba de que entre las poblaciones de Cantavieja y Mirambel se encontraba un coche volcado.

La huída de Igor el Ruso acabó de madrugada en la cuneta de la A-226

Veinte minutos después, dos guardias civiles confirmaban que se trataba del Mitsubishi de Iranzo y empezaban a inspeccionar los alrededores con sus linternas: “A unos 25 metros de esta carretera, junto a una encina y entre unos matojos, se observan unos bultos, destacando una mochila de color militar mimetizada. Los agentes, vistiendo petos reflectantes con logotipos de Guardia Civil, se apean del vehículo y a pie se aproximan hasta la mencionada mochila, observando que junto a ella hay una persona tumbada boca abajo”, explica el informe que redactaron al día siguiente.

Tras los pasos de Igor el Ruso

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1
18 nov - 5 dic. 11 robos en Albalate del Arzobispo
2
5 dic. Tentativa de homicidio
3
6 dic - 14 dic. Nuevos robos
4
14 dic. (I) Asesinato de José Luis Iranzo
5
14 dic (II) Asesinato de Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero
6
15 dic. Detención de Igor el Ruso

“Enfocando con la linterna el cuerpo de esta persona, resulta ser un varón, que ante la luz levanta la cabeza, dejando a la vista entre el suelo y su cuello una pistola cromada (pistola marca Smith & Wesson). Ante la más que posible relación de este varón con la persona buscada por los hechos descritos con anterioridad, los agentes, tras identificarse de viva voz como guardias civiles, lo reducen, procediendo a su detención. En un primer cacheo, se observa que además de la pistola cromada (con cartucho en la recámara en esos instantes) tiene colocado en su cintura un cinturón con la correspondiente funda y pistola (marca Beretta con inscripción troquelada ‘GC’), todo ello perteneciente a uno de los guardias civiles fallecidos horas antes. Además, en su pecho, porta un cuchillo de monte de grandes dimensiones”.

Además de cuatro pistolas, Igor el Ruso llevaba más de diez navajas y machetes

Solo Igor el Ruso sabe por qué no recibió a los agentes con una balacera, pero el informe se cierra con un detalle sobre el mal estado en el que se encontraba: “Cabe destacar que la persona detenida muestra sangre en su nariz, posiblemente ocasionada en el momento del accidente”.

Con el sospechoso ya esposado, la Guardia Civil se volcó entonces en responder una pregunta: ¿Quién era el pistolero que había matado a dos de sus hombres y a un ganadero en 15 minutos? Esa es la principal incógnita que se trata de aclarar desde hace dos años en el sumario del Juzgado de Instrucción número 2 de Alcañiz, responsable de la investigación.

“Refiere delirio mesiánico en el contexto de desinhibición, con disforia crónica y desconfianza de todas las personas”

Tras cotejar sus huellas dactilares, la Guardia Civil puso nombre al sospechoso la misma noche del 15 de diciembre: Norbert Feher, hijo de Jene y Zuzana, nacido en Serbia el 10 de febrero de 1981, sin domicilio conocido. La búsqueda también reveló que utilizaba la identidad falsa de un ruso llamado Igor Vaclavic, tras lo que los agentes comprobaron que los asesinatos de Teruel solo eran tres muescas en un largo historial delictivo: en su país natal, se le reclamaba por robo con fuerza y violación. En Italia, por los asesinatos del hostelero Davide Fabbri y al guardia Valerio Verri.

Sus huellas dactilares revelaron que Italia y Serbia también seguían sus pasos

La Fiscalía transalpina explicaba en su comisión rogatoria que al primero lo mató en Bolonia el 1 de abril de 2017, fecha en la que entró armado en su tienda para “apropiarse del dinero del local”. El hostelero logró quitarle la escopeta, pero Feher sacó una pistola y le pegó un tiro en el pecho. Siete días después, dos guardias le dieron el alto en un control rutinario de Ferrara e Igor el Ruso respondió con cuatro balazos. En marzo de 2019, el Tribunal de Bolonia condenó al serbio a cadena perpetua por ambos asesinatos, sentencia que él escuchó por videoconferencia desde la cárcel de Zuera.

“Ha estado meses sin salir al patio. Se entretiene leyendo la Biblia y algún libro”

Con esta primera investigación ya cerrada, la Guardia Civil se enfrentó a otro interrogante: reconstruir los pasos de Igor el Ruso desde que en abril de 2017 se pierde su rastro hasta que comienzan los robos en Andorra siete meses después. La Fiscalía italiana apuntaba en su comisión rogatoria a que Feher cuenta con una importante “red familiar” y con el apoyo de una “organización criminal serbio-marroquí” que se dedica “al narcotráfico, la trata de seres humanos y la falsificación de documentos” en España, una línea de investigación que el equipo de fugitivos de la Policía Nacional ya siguió en septiembre de 2017.

Igor el Ruso fue asaltando casas durante 37 días

Dos carabineros llegaron a presentarse en España para buscar a Igor el Ruso entre los días 19 y 23 de ese mes, visita que se centró en Málaga por su posible relación con “Ettouhami El Mehdi, individuo que se dedicaría a la falsificación de documentos y al tráfico de sustancias estupefacientes”. Las pesquisas no dieron resultado y dos meses después, cuando la Policía vigilaba una casa de Algeciras por si Feher se encontraba en la misma, el municipio de Andorra se sumió en el caos.

En su primera declaración ante el juzgado de Alcañiz, Igor el Ruso aseguró que había abandonado Italia en bicicleta y que su llegada a España se remontaba al 21 de septiembre. Reconoció que a lo largo de su vida había llegado a utilizar 23 identidades distintas y que tenía instrucción en armamento por su pasado como “paramilitar”, pero se negó a identificar a aquellos que le amparaban: “Contesta que no puede traicionar a la gente que le ha ayudado cuando tenía necesidad”.

La puerta en la que Igor el Ruso disparó dos veces a José Luis Iranzo

El serbio, sin embargo, no tuvo problema en confirmar que el 5 de diciembre había tiroteado a dos hombres en Albalete del Arzobispo, ni tampoco en responsabilizarse del reguero de sangre que había dejado en Andorra: “Por la tarde del 14 de diciembre, sobre las 18:00, estuvo en una zona agrícola, entró en una masía y disparó a un hombre, contesta que sí”. “Una vez se llevó usted el vehículo se encontró con dos guardias civiles, contesta que sí”. “Disparó a los dos guardias civiles, contesta que sí”.

Llegado el turno de su abogado, a Igor el Ruso ya solo le quedaba un argumento para defenderse: “Cuando disparó a las personas y a los agentes su intención era matar o solo huir, contesta que solo huir, no le gusta utilizar el arma y solo lo hace para su defensa personal”.

La declaración de Igor el Ruso el 17 de diciembre de 2017 ante el juzgado de Alcañiz

Desde aquella primera declaración, el juzgado de Alcañiz se ha ido llenando de documentos, entre ellos un informe psiquiátrico que se remonta a junio de 2018. “Ha estado meses sin salir al patio. Se entretiene leyendo la Biblia y algún libro”, explica el doctor que le visitó en la cárcel de Zuera. “Trastorno bipolar. Trastorno paranoide de personalidad. Trastorno disocial grave. Acepta hablar y se muestra correcto y educado. Refiere delirio mesiánico en el contexto de desinhibición, con disforia crónica y desconfianza de todas las personas”. Con este informe sobre la mesa, ahora queda por ver el uso que hacen del mismo las acusaciones y su defensa en los juicios que se esperan a lo largo de 2020.

El primero de ellos arrancará el próximo 28 de enero en la Audiencia Provincial de Teruel: Igor el Ruso se enfrentará a 22 años y 10 meses de cárcel como presunto responsable de dos tentativas de homicidio, acusación que la Fiscalía basa en lo ocurrido el 5 de diciembre de 2017, cuando disparó a dos vecinos en Albalate del Arzobispo. A la vista de su entrenamiento militar y la sangre fría que muestra, el juzgado ha acordado que se instale una cabina blindada en la sala de vistas para que no tenga capacidad de movimiento.

Iranzo sorprendió a Igor el Ruso en el interior de su finca tras ayudar a la Guardia Civil

En cuanto a los asesinatos de Iranzo, Caballero y Romero, el juicio se espera en torno a marzo. La acusación que representa a la viuda del ganadero pedirá la prisión permanente revisable, pero insiste en que ese no es el único objetivo que persigue: quiere que se explique por qué no se apostó por un mayor despliegue después de que se produjera el tiroteo del 5 de diciembre, crítica a la que se suma la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles, que también ejerce como acusación, buscará por su parte que se aclare si Romero y Caballero contaban con el material adecuado para salir a la caza del criminal, cuestión para la que ponen el foco en los chalecos antibalas que vestían. A falta de que se discutan estas cuestiones, las familias de los tres asesinados confían en que se imponga la mayor pena posible al acusado. En caso contrario, a Igor el Ruso le espera la cadena perpetua en Italia. “Ha destrozado la vida de muchas personas”, sentencia Eva. Dos años después de perder a su marido, no quiere más preguntas. Ella busca respuestas.