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Las calderas de biomasa españolas conquistan Portugal

Rocío Romero

Gebio Energía nació de la idea de un empresario que, tras años trabajando en grandes compañías petrolíferas, decidió dar el salto para instalar calderas de biomasa térmica

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ablar hace diecisiete años de cambio climático, sostenibilidad o energías renovables suscitaba muchas dudas en gran parte de la población. No en Primitivo Málaga, que tras una larga trayectoria trabajando para grandes compañías petrolíferas, decidió darle un nuevo rumbo a su carrera. “Vimos una oportunidad para trabajar con otro tipo de energía que generara más valor añadido, porque las energías fósiles tenían un precio muy voluble y una gran dependencia del exterior”.

En 2004 creó Gebio Energía, una empresa de servicios energéticos que sustituye antiguas calderas de combustibles fósiles, como gasoil o carbón, por calderas de biomasa térmica. La biomasa es un combustible natural que está formada por residuos, desde cáscaras de frutos secos, huesos de aceituna o madera común, que es lo que utiliza Gebio. El método es sencillo: “Sometemos la madera a grandes procesos de transformación para convertirla en pellets —pequeñas varas de madera—. Así la comprimimos para tener más peso por metro cúbico y conseguimos una logística más económica, porque transportar grandes cantidades de biomasa es muy costoso”.

Este proceso va acompañado de tecnologías que amparan la combustión de este tipo de biomasa de manera eficiente y ecológica. El director general de Gebio Energía explica que cuando quemas madera en una chimenea abierta se emiten partículas contaminantes, pero Gebio controla las emisiones en la combustión: “Las emisiones de nuestras calderas están por debajo de 19 mg/m3 cuando la norma europea más estricta está en 50 mg/m3”, aclara.

Actualmente dan servicio a comunidades de propietarios y el sector terciario, que abarca desde grandes hoteles hasta piscinas municipales o polideportivos. Pero el camino no ha sido fácil. En los últimos años la utilización de estufas con pellet pequeño para viviendas se han extendido, no así las instalaciones centralizadas de mayor potencia. “La gente tiene miedo. Muchos todavía piensan que es perjudicial para los bosques, y el verdadero problema en España es tener parado este recurso cuando este país es el tercero de Europa en volumen de masa forestal. Si gestionáramos bien los bosques, evitaríamos muchos incendios”, opina.

Actualmente dan servicio a comunidades de propietarios y el sector terciario, que abarca desde grandes hoteles hasta piscinas municipales

A parte del desconocimiento generalizado, la financiación fue otra de las piedras que Málaga encontró en el camino cuando nació la empresa: “Son inversiones importantes. En una comunidad de vecinos, por ejemplo, la instalación ronda los 100.000 euros”. Disponer de este recurso es un problema para muchos propietarios, por este motivo se antojaba imprescindible encontrar un apoyo que asumiera este gasto inicial: “En 2013 nos topamos con un socio financiero que nos ayudó a dar el salto. En ese momento comenzamos a ofrecer créditos a los clientes para las inversiones y ahí empezamos a crecer con fuerza”.

De esta manera, Gebio no solo realiza instalaciones de calderas de biomasa sino que financia al cliente y, además, le brinda el servicio energético durante los años que dure el contrato. En otras palabras: se encargan de la instalación, el mantenimiento y el suministro de energía ya transformada. De hecho, “nuestra principal fuente de ingresos es precisamente esta, transformar la biomasa bruta en energía neta para el cliente en forma de pellets de madera, con un alto poder calorífico, humedad controlada y que casi no produce cenizas”, aclara Málaga.

Así, tras empezar a ofrecer financiación, la facturación de Gebio se disparó en unos años pasando de 1,5 millones de euros en 2013 a nueve millones en 2020. Aunque los problemas no tardaron en llegar cuando apareció la pandemia. La instalación, mantenimiento y suministro para calderas de biomasa es un servicio esencial, y aunque esta empresa de energía no tuvo que parar su actividad, las ventas cayeron en picado y la cuenta de resultados se vio afectada. Aunque las comunidades de vecinos, por ejemplo, han mantenido una demanda de energía estándar, otros clientes como los hoteles han frenado en seco: “Casi el 100% de los hoteles han parado su actividad. También las piscinas climatizadas y los polideportivos. Hemos dejado de facturar con todos ellos”, lamenta.

La empresa ha seguido creciendo y contratando personal durante la pandemia, sobre todo en su filial portuguesa

A pesar de todo, Gebio no ha realizado ningún ERTE entre sus 60 trabajadores. De hecho, ha seguido creciendo y contratando personal durante la pandemia, sobre todo en su filial portuguesa, donde recientemente ha adquirido una fábrica de pellets. El objetivo de Primitivo Málaga es seguir creciendo y “no vamos a parar de hacerlo”, aclara. En enero de 2020, Gebio Energía recibió financiación por parte de Banco Santander a través de su Fondo Smart para este fin: “Estamos utilizando este dinero para hacer inversiones importantes en Portugal y España, aunque también nos ha ayudado mucho a capear la situación del covid-19”, testifica. Una de las inversiones más significativas en España ha sido la reciente apertura de una central de distribución logística en Salamanca.

Y ahora, ¿cuáles son los objetivos? Una vez que los efectos de la pandemia se apacigüen, el director general de la empresa pretende seguir invirtiendo en I+D y tiene entre manos la puesta en marcha de proyectos de negocio paralelos a los servicios energéticos centrados en el sector agroalimentario y tratamiento de aguas residuales. Su objetivo es cerrar 2021 con una facturación de 14 millones de euros.

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