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Del ERTE a la contratación de personal: el caso de éxito de un negocio de galletas

Rocío Romero

The Cookie Lab consiguió superar el confinamiento y las restricciones del coronavirus con el 'ecommerce'. Aumentó sus ventas un 53%

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i hay algo que incite a las personas a dejar atrás país, familia y amigos es, sin duda, el trabajo o el amor. Fue precisamente esto último lo que trajo a Dana Knowles a España hace más de 30 años desde Chicago; cursando un máster en esta ciudad, conoció al estudiante español que acabaría siendo su marido. No tardó en enamorarse del entorno y de la cultura española, y quiso traer a sus compatriotas “un trocito de América”. Así nació Taste of America en 1995, una cadena de supermercados americanos que a día de hoy ya cuenta con más de 15 tiendas repartidas por España y una en Marruecos.

Tras abrir el primer establecimiento en la calle Serrano de Madrid, fue una sorpresa para Dana ver cómo la demanda iba mucho más allá del ciudadano americano: “Muchos españoles querían recordar sus viajes a Estados Unidos y celebrar la cultura gastronómica en sus casas”. Tras más de 20 años vendiendo productos de alimentación norteamericanos, la empresaria decidió dar un paso más. Si ya ofrecía a sus clientes la materia prima para cocinar en sus casas, ¿por qué no ofrecerles también el producto final?

Así, del seno de Taste of America, surgió hace poco más de dos años The Cookie Lab, una tienda de galletas americanas con ingredientes estadounidenses importados: el chocolate de San Francisco, la vainilla de Madagascar, el azúcar moreno o las nueces pecanas de Georgia, entre otros. “Siempre había sido un sueño compartir las recetas auténticas de mi país. Después de tantos años buscábamos un nuevo desarrollo de negocio, esta era una idea perfecta”.

Pero la crisis que llegó de la mano del coronavirus, y que aún sufrimos, cayó en el corazón de las empresas de medio mundo como un jarro de agua fría; y The Cookie Lab no fue una excepción. La noticia rompió todos los esquemas de Dana, que tuvo que cerrar las puertas de la tienda física durante un mes: “Tuvimos que recurrir a los ERTE para reducir la plantilla y compensar las pérdidas”.

Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana

La cosa pintaba mal, pero sus clientes seguían demandando galletas y había que buscar alternativas. Por lo que, dos semanas después de comenzar el confinamiento en marzo del pasado año, pusieron en marcha el ‘e-commerce’ en su página web con ayuda del Fondo Smart de Banco Santander: “Fue uno de los primeros bancos en ofrecernos un préstamo para paliar los efectos de la pandemia”. La gran sorpresa no tardó en llegar: las ventas ‘online’ fueron todo un éxito. “No esperábamos mucho, pero la respuesta fue tremenda” —afirma la empresaria— “Hicimos una campaña en redes sociales y al poco tiempo ya estábamos recibiendo hasta 100 pedidos diarios con una media de 800 ‘cookies’ al día para entregar en todo España”.

"Hicimos una campaña en redes sociales y al poco tiempo ya estábamos recibiendo hasta 100 pedidos diarios con una media de 800 ‘cookies’"

En la mayoría de casos los clientes encargaban galletas para sus familiares y amigos. Eran pedidos cargados de emoción y de sentimientos en los momentos más duros de la pandemia, según cuenta la propietaria: “Nos pedían que escribiéramos notas a mano con los pedidos. Eran mensajes realmente emocionantes, de ánimo, lucha y paciencia. Fue todo muy intenso”.

Y es que el covid-19 no solo no ha podido acabar con este negocio de galletas, sino que ha supuesto para la empresa un nuevo impulso: las ventas han crecido un 53% en 2020 y el canal ‘online’ ha representado un 15% del total. En un primer momento, Dana tuvo que recurrir a la ayuda de su familia para hacer frente a este crecimiento. Más tarde sacó a los trabajadores del ERTE y finalmente tuvo que contratar personal. “Ya contamos con ocho trabajadores en The Cookie Lab, dos de ellos contratados durante la pandemia”, afirma.

"Ya contamos con ocho trabajadores en The Cookie Lab, dos de ellos contratados durante la pandemia"

A pesar de que el panorama sigue siendo incierto, el objetivo es seguir invirtiendo al mismo ritmo con la ayuda de Banco Santander, nombrado el Mejor Banco para Pymes en 2020 por la revista Euromoney: “Trabajamos con ellos desde que llegué a España hace más de 30 años y seguiremos haciéndolo en futuras inversiones”. Ahora, los siguientes pasos se centran en seguir creciendo con nuevas aperturas, tanto de tiendas propias como de franquicias. “Cuando llegó la pandemia tuvimos que paralizar la apertura de nuestra primera franquicia en Malasaña, prevista para el pasado mes de marzo. Finalmente se abrió en junio y ahora estamos a punto de abrir la segunda en la calle Fuencarral. El acuerdo de esta segunda franquicia se gestó durante la pandemia”, explica.

The Cookie Lab también tiene previsto abrir próximamente dos tiendas propias más en Madrid y un centro de producción: “Si todo va bien, antes de verano tendremos seis The Cookie Lab abiertos al público”. Y, de cara al futuro, “no descartamos abrir más puntos de venta, pero todo depende de cómo salgamos de esta crisis. En The Cookie Lab queremos terminar el año con seis u ocho tiendas físicas y, por supuesto, sin perder de vista el continuo crecimiento del ‘e-commerce’”, concluye la fundadora.

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