El estudiante de ingeniería que se enamoró de su trabajo

Verano del 83. McDonald’s ha aterrizado en Barcelona hace apenas un año, y necesita contratar a las personas que prepararán los primeros Big Mac de la historia de la ciudad condal. Entre ellas, se encuentra un joven estudiante de Ingeniería que, en ese momento, no imagina ni de lejos que desde el minuto en que entre por primera vez en el restaurante ya no querrá salir de él. Su nombre es Robert Ros. Así empieza la historia de un trabajador que llegó a formar parte del Comité de Dirección de McDonald’s España. Hablar de Robert Ros es hablar de la historia de McDonald’s en nuestro país. Empezó en las cocinas, preparando los pedidos de los clientes, y 36 años más tarde llegó a ser director de las Business Units, además de director del Departamento de Operaciones y Seguridad Nacional. Recientemente ha pasado a ser franquiciado de McDonald’s.

Lo cierto es que al principio no se esperaba una carrera tan ascendente: “Cuando entré, McDonald’s empezaba en España y aquel era el primer restaurante que se abría en Barcelona. Buscaban gente y eché el currículum, pero pensando en trabajar solo un verano”. Sin embargo, el idilio fue para siempre: “Lo que me hizo continuar fue que me enamoré. Me enamoré de esta compañía”.
Dejó sus estudios de ingeniería porque en McDonald’s descubrió que su verdadera vocación era gestionar personas: “Además, vi que la compañía me ofrecía la oportunidad de formarme a medida que iba creciendo, y eso también influyó en mi decisión”.

“Convivir con personas de distintos ámbitos sociales, saber lo que es el trabajo en equipo, el compañerismo... Eso no lo enseñan en la facultad, eso lo enseña la vida”

Por eso, a las personas que empiezan a trabajar en la compañía, Robert les aconseja que aprovechen las oportunidades de formación que esta les ofrece. “Si piensas en la cantidad de cursos y formaciones que he hecho yo en estos 36 años te digo que ninguna escuela de negocios te forma tan bien como me ha formado a mí McDonald’s. Convivir con personas de distintos ámbitos sociales, saber lo que es el trabajo en equipo, lo que es el que cuando no llegas tú llega tu compañero, pero cuando tu compañero no llegue, tienes que llegar tú. Eso no lo enseñan en la facultad de ingeniería, ni en ninguna otra. Lo enseña la vida”. En cuanto al futuro, Robert lo tiene claro: “Me gustaría seguir aprendiendo, es algo que no quiero dejar de hacer nunca”.

La captadora de talento que brilló en Gran Vía

La historia de Cristina en McDonald’s comienza en enero de 2015 en el restaurante de Gran Vía (Madrid). Licenciada en psicología, su trabajo se desarrollaba inicialmente en el equipo de hospitalidad, encargado de procurar una buena experiencia al cliente durante su estancia. “Al principio entré sin pensar que podía hacer una carrera allí”, reconoce. “Era simplemente un trabajo temporal para poder mantenerme mientras buscaba oportunidades en mi área, recursos humanos”.

En septiembre del año siguiente fue ascendida a responsable de experiencia del cliente en el mismo restaurante y en marzo de 2017 dio el salto a las oficinas pasando a ser coordinadora dentro del departamento de Formación. Entonces ya se había dado cuenta de que las posibilidades de promoción eran reales: “En las conversaciones que tenía con mi gerente en el restaurante podía expresar mis intereses laborales. La empresa lleva a cabo itinerarios de formación para cada categoría y, si se muestran las habilidades y competencias adecuadas, en el área de operaciones hay muchas posibilidades”, recuerda. “Acceder a las oficinas es algo más difícil, pero no imposible. Más de la mitad de los empleados que trabajan ahí empezaron su carrera en el restaurante”.

“Más de la mitad de los empleados que trabajan en las oficinas de McDonald’s España empezaron su carrera en el restaurante”

No fue su último ascenso. Desde enero de este año, Cristina es la responsable de selección en el departamento de Gestión del Talento, un área globalizada que le permite desarrollar una carrera a nivel internacional y participar en la estrategia de la compañía a la hora de captar nuevo talento: “Por nuestros restaurantes pasan personas de todo tipo, no pedimos experiencia previa y ofrecemos flexibilidad horaria, así que la variedad de perfiles es inmensa. Mi puesto requiere estar al día de las últimas novedades del mercado y buscar siempre las oportunidades de mejora en nuestros procesos para dar la mejor experiencia al candidato”. Además, sus responsables le han creado un plan de desarrollo personal que prevén que pase un par de años en cada área principal del departamento. “Es muy difícil prever el futuro, por ahora sigo preparándome para ser mejor profesional y compañera”.

De preparar pedidos a gerente

La carrera de Francisco Javier López comienza en Lucena, un pequeño municipio de Córdoba. Se incorporó a McDonald’s como parte del personal de equipo en agosto de 2011, preparando los pedidos de los clientes en la cocina del restaurante. Cuando se presentó al proceso de selección se dio cuenta de que su talento no iba a pasar desapercibido para sus responsables: “Me dijeron que veían muchas cualidades en mí que podría ir desarrollando y que en un futuro podría llegar al puesto de responsabilidad con el que soñaba”.

“Me dijeron que veían muchas cualidades en mí y que en un futuro podría llegar al puesto de responsabilidad con el que soñaba”

En lo personal, su familia ha sido decisiva para afrontar los retos que le ha ido ofreciendo la compañía: “Una de las cosas que más valoro de esta compañía es que me permite conciliar el trabajo con mi vida personal. Para mí es fundamental poder dedicar tiempo de calidad a mi mujer y mis tres hijos”. De cara al futuro, Francisco Javier tiene seguro que puede “seguir creciendo dentro de McDonald’s y me imagino como supervisor, o incluso, ¿quién sabe?, quizá como franquiciado”.