Observatorio Económico

En colaboración con
MAPFRE Economics

LA INCERTIDUMBRE es el paradigma

Todos los riesgos que amenazan un 2024 convulso

Mesa 02. 23 ene.

De las guerras en Gaza y Ucrania a la gobernanza del cambio climático y la revolución digital… las empresas y los Estados se enfrentan a múltiples amenazas con solo una certeza: el que no se adapte, pierde.

Marcos Lema Javier G. Jorrín Laura Martín María Mateo Luis Rodríguez

Dirigen la mesa:

Miquel Roig

Miquel Roig

Director Adjunto de El Confidencial

Gonzalo De Cadenas

Gonzalo De Cadenas

Subdirector general de MAPFRE Economics

Ponentes:

José Manuel González-Páramo

José Manuel González-Páramo

Consejero de Abanca

Alejandra Kindelán

Alejandra Kindelán

Presidenta de la AEB

Ángel de la Fuente

Ángel
de la Fuente

Director ejecutivo de FEDEA

Judith Arnal

Judith
Arnal

Investigadora senior de CEPS y del Real Instituto Elcano

Gloria Hernández

Gloria
Hernández

Consejera independiente de DIA, Nortegas y Parkia

Manuel Muñiz

Manuel
Muñiz

Provost del IE

Arancha González-Laya

Arancha González-Laya

Decana de la Paris School of International Affairs

A

falta de otro, la incertidumbre es ya el nuevo paradigma. La retirada de Estados Unidos como gendarme global, iniciada por Donald Trump y que su sucesor en la Casa Blanca, Joe Biden, continúa sin tantos aspavientos, ha dejado al mundo desguarnecido. Especialmente a la Unión Europea, que se enfrenta a una tormenta perfecta con múltiples escenarios, muchos de ellos a sus puertas. En los próximos meses, el Viejo Continente deberá tomar decisiones trascendentales, empezando por las elecciones de junio, pero también tendrá que gestionar situaciones que no dependen de él. Los riesgos se acumulan, y de la habilidad para encararlos dependerá el éxito de los gobiernos y las empresas en un escenario complejo y cada vez más difícil de interpretar.

Como los viejos profesores de historia que diferenciaban entre las causas lejanas y cercanas de las guerras —a las primeras nunca se les prestaba atención, pero eran las que realmente se hallaban en la génesis de los conflictos—, los expertos del Observatorio Económico de El Confidencial y Mapfre Economics han puesto sobre la mesa una distinción esencial para entender lo que está pasando: una cosa es lo inmediato y otra, lo importante. La ponderación de esos dos tipos de riesgo a los que se enfrenta Occidente ha marcado la segunda jornada del foro inaugurado en noviembre.

Mesa de expertos que conforman el Observatorio
Imagen de la mesa de expertos que conforman el Observatorio

Las guerras en Gaza y Ucrania, esta última ya olvidada, son los acontecimientos que han centrado la atención durante los últimos dos años. Mientras tanto, el cambio climático continúa, y la transformación digital, con la extensión de fenómenos disruptivos como la inteligencia artificial (IA), se muestra imparable. Gonzalo de Cadenas-Santiago, subdirector general de Mapfre Economics, destaca el abismo entre el debate público y la realidad: “Hay un sesgo de percepción social entre lo que se considera urgente y lo que es realmente urgente”.

Los políticos populistas han sabido leer esta brecha, obviando las soluciones complejas y apostando por los réditos a corto plazo. Pero las amenazas siguen ahí, y las recetas simples no van a servir para conjurarlas. Solo una nueva gobernanza internacional será capaz de gestionar con éxito la globalización, preservar sus logros y minimizar sus disfunciones, frente a las potencias que, como China, tratan de llevarla a su terreno.

Si una idea genera consenso entre el panel de analistas es la de que ya no existen certezas: la transición actual está todavía lejos de dar lugar a un nuevo paradigma que sustituya al surgido tras la Segunda Guerra Mundial. Más bien, el paradigma es la incertidumbre, con fenómenos como el desacople económico y tecnológico, el proteccionismo, la guerra híbrida, los ciberataques o la depauperación de las clases medias. Estas son las principales amenazas a las que Occidente, tarde o temprano, debe dar respuesta. 

01.

La llama del conflicto

La llama del conflicto puede surgir en cualquier momento. Y esta vez no se puede contar con el Tío Sam para apagar todos los fuegos. El repliegue de Estados Unidos, iniciado con la histórica victoria de Trump de 2016, ha dejado al mundo desorientado, precisamente en el momento en que la geopolítica juega un papel más importante que nunca, como demostraron la crisis de suministros, derivada de la pandemia de covid, y la crisis energética, amplificada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

De hecho, el riesgo geopolítico sigue en niveles elevados. Según el índice construido por BlackRock, una de las mayores gestoras del mundo, este se mantiene en positivo prácticamente desde diciembre de 2021, en los albores del conflicto en el este de Europa. Tras el descenso registrado durante la primera mitad de 2023, las tensiones han vuelto a partir de octubre, como consecuencia de la guerra de Gaza.

El riesgo global repunta con la guerra en Gaza

Nivel de atención del mercado a los factores de riesgo en comparación con la media de los últimos cinco años, a partir de los informes de 'brokers' y las noticias financieras.
5.3.20
Crisis Covid-19
24.2.22
Guerra en Ucrania
9.10.23
Guerra en Gaza
Fuente: BlackRock Investment Institute

Para Arancha González Laya, decana de la Escuela de Asuntos Internacionales de París, este último no es el único conflicto que puede hacer tambalear los cimientos económicos y políticos del Viejo Continente. “Todos se producen en la frontera de la Unión Europea”, recuerda. En el mundo actual no hace falta que sea física, como ocurre con Rusia, sino que tenga implicaciones directas sobre nuestro modo de vida. La multiplicidad de frentes, asegura, se deja sentir en forma de oleadas migratorias o consecuencias económicas, como ocurre con la guerra entre Israel y Hamás y sus reverberaciones en la región.

Arancha González Laya, decana de la Escuela de Asuntos Internacionales de París
Arancha González Laya, decana de la Escuela de Asuntos Internacionales de París

A diferencia de lo que ocurre con la invasión de Ucrania, frente a la que los Veintisiete han mantenido una posición única desde el principio, la situación en Oriente Próximo ha puesto a la UE en un brete “muy difícil de gestionar”, añade Laya. En juego está la credibilidad de Occidente, que también se ve amenazada, apunta Manuel Muñiz, provost del Instituto de Empresa (IE), cada vez que se cuestionan los resultados electorales o los mecanismos constitucionales en democracias tan asentadas como Estados Unidos. Estas incongruencias debilitan el poder blando de los países libres, y dan argumentos a quienes defienden la alternativa autocrática liderada por China, cada vez más influyente en el llamado Sur Global.

Muñiz cree la causa palestina se ha quedado sin grandes apoyos, más allá de la retórica, entre los países árabes, y se muestra sorprendido por la contención de las principales potencias de la zona. “Por ahora no parece que el conflicto vaya a derivar en una guerra interestatal en la región, cosa que preocupaba a muchos analistas al inicio del conflicto”. En cualquier caso, la mecha puede estallar en cualquier momento, y Europa está en el centro de todas las vulnerabilidades.

02.

El precio de la geopolítica

El exsecretario de Estado de España Global entre 2020 y 2021 recuerda que el continente es la región del mundo que más depende del exterior. Quizá por eso, las decisiones que han tomado otras potencias, como Rusia, China y Estados Unidos, están favoreciendo cambios inesperados en el bloque comunitario, que en ocasiones no se producen como fruto de una estrategia, sino como espejo de movimientos foráneos.

Judith Arnal, investigadora sénior del Center for European Policy Studies (CEPS) y del Real Instituto Elcano, pone de relieve el riesgo de fragmentación del mercado único, una de las señales de identidad del proyecto comunitario, como consecuencia de la relajación del marco de ayudas de Estado tras la pandemia: “Al flexibilizarse la normativa, se está otorgando ventaja a los países con mayor capacidad fiscal”. Para conjurar estas disfunciones, Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), reclama cambiar el proceso de toma de decisiones, ahora lastrado por la unanimidad, que retrasa las respuestas rápidas que requiere la situación actual.

La globalización no está en riesgo, pero se está ralentizando

Presa o no de los tiempos marcados por otros, la Unión Europea ha ido cambiando su aproximación a los conflictos, con la guerra de Ucrania como gran aldabonazo de su erección como actor geopolítico. Pero la apuesta por la autonomía estratégica no sale gratis, como recuerda González Laya: “A la geopolítica hay que ponerle un precio”.

El regreso del proteccionismo, promovido desde otras latitudes y cristalizado en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ha dado lugar a un difícil equilibrio entre el interés nacional y la eficiencia, después de tres décadas en las que esta última había sido la prioridad absoluta. Según el FMI, las políticas industriales que generan distorsiones en el mercado han pasado de unas 200 o 300 anuales a casi 2.000 el año pasado, con Asia, Europa y Norteamérica como las regiones más proteccionistas, especialmente en lo que se refiere a la introducción de subsidios para la producción nacional.

Nuevas políticas industriales por regiones

Políticas industriales activas que generan distorsiones en el mercado por tipo de instrumento.
0 247

Esto no significa que la globalización esté en riesgo, puntualiza la decana de la Escuela de Asuntos Internacionales: simplemente está cambiando. “El comercio cada vez aporta menos al PIB, estamos ante una ralentización de la globalización”, remata José Manuel González-Páramo, consejero de Abanca y miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) entre 2004 y 2012.

En ese nuevo entorno, todos los agentes, desde las entidades financieras hasta las empresas —que cada vez dedican más tiempo y recursos en cumplir con las regulaciones de los gobiernos, muchas veces exclusivamente basadas en su ideología, sin un análisis serio de sus impactos, según denuncia Gloria Hernández, consejera independiente de DIA, Nortegas y Parkia—, deben hacer un enorme esfuerzo de adaptación. En cualquier momento, recuerda Laya, el colesterol, que no deja de ser un problema crónico con el que se puede convivir, amenaza con convertirse en un cáncer terminal si no se gestiona bien.

Los riesgos a corto plazo se acumulan, y enfrentarlos para evitar su escalada o protegerse ante ella no sale gratis. Una mala decisión basta para generar una crisis, mientras los desafíos sistémicos, que requieren una coordinación global, se enfrentan con recetas distintas y una misma estrategia: dar una patada hacia adelante al balón.

03.

La inteligencia artificial

Uno de ellos es la irrupción de la inteligencia artificial (IA), que pone en riesgo la percepción actual del mercado de trabajo. Sin duda se trata de una gran oportunidad para lograr un salto de productividad que hace décadas que no ocurre, sobre todo en los países desarrollados, pero también amenaza a millones de puestos de trabajo en todo el mundo. Según un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), casi el 40% de los empleos a nivel global se verán afectados por la IA: en las economías avanzadas, este porcentaje asciende al 60%, de los cuales más de la mitad tienen alto riesgo de ser sustituidos.

Porcentaje del empleo expuesto a la IA y su complelmentariedad

Alta exposición, alta complementariedad
Alta exposición, baja complementariedad
Baja exposición
Porcentaje del empleo expuesto a la IA y su complelmentariedad
Fuente: Bloomberg

Esta cuantificación está sujeta a una gran incertidumbre, que dependerá del propio potencial de la IA generativa, de la absorción por parte de las empresas y de la regulación. Los miembros del Observatorio coinciden en que Europa está demasiado centrada en la regulación, que sin duda es importante, pero se está quedando atrás en el desarrollo. Una vez más, el continente va a la zaga de Estados Unidos y China, que lideran el desarrollo. “La Unión Europea se está quedando atrás en el desarrollo de la inteligencia artificial o la presencia de big tech y nos estamos centrando en dar una respuesta regulatoria”, resume Arnal.

Gonzalo de Cadenas-Santiago, director ejecutivo de Mapfre Economics
Gonzalo de Cadenas-Santiago, director ejecutivo de Mapfre Economics
El cibercrimen cuesta entre 2,5 y 3 puntos de PIB al año

De las últimas 2.723 startups surgidas en el mundo que en un breve plazo de tiempo han alcanzado los 1.000 millones de euros de capitalización, más del 50% se sitúan en EEUU, mientras que Alemania apenas tiene 64; Francia, 38 y España, solo 9. Esto significa que Europa vuelve a ser dependiente de la tecnología exterior para su desarrollo productivo. El desarrollo de empresas innovadoras necesita también de un mercado de capitales líquido y profundo del que la UE carece en la actualidad. El mercado único de capitales es la propuesta más sólida para solucionar este problema de financiación, pero los avances han sido tímidos y lentos por los obstáculos que ponen los distintos países.

La digitalización tiene un gran riesgo para las empresas en los ciberataques. A nivel global, el coste del cibercrimen se estima entre 2,5 y 3 puntos del PIB anual, según la consultora McKinsey. “La ciberseguridad es cada vez más importante para las empresas, que tenemos que proteger nuestros activos y los datos de nuestros clientes y empleados. El avance de la automatización y la inteligencia artificial han hecho crecer este riesgo de manera exponencial. Además, sabemos que los problemas pueden también venir de falta de protección de nuestros proveedores, con lo que tenemos que vigilar que nuestra cadena de valor tiene estándares de seguridad adecuados. Y todo ello supone un coste importante para la empresa”, explica Hernández, “pero esto supone un coste importante”. Detrás de estos ciberataques hay muchos países que intentan desestabilizar las democracias occidentales por cualquier vía.

04.

Regulación y crecimiento

La regulación de la IA tiene que estar bien diseñada para evitar que los costes económicos se concentren sobre una parte de la población cuyos empleos están en riesgo de desaparición, pero tiene que ser ambiciosa para evitar que Europa se quede atrás en esta gran revolución de los servicios. En esta ocasión, la automatización de empleos no va a afectar a las clases más populares, sino a las medias, porque la IA desarrollará tareas intelectuales.

Uno de los riesgos a los que se enfrenta Europa es precisamente su capacidad para impulsar una regulación que no dificulte el crecimiento, tanto en términos de creación de empleo como de aumento de la productividad. “El sector público y el privado tenemos que trabajar juntos y sin darnos la espalda”, argumenta Kindelán, “pero no se pueden tomar decisiones en contra del sector privado, que es el que ha estado tirando de la economía”.

Europa se ha quedado con un margen fiscal muy estrecho para hacer políticas expansivas desde los presupuestos. De hecho, uno de los focos de riesgo está en la elevada deuda pública de algunos países desarrollados. “Muchos países mantienen una deuda pública superior al 100% del PIB y la privada es aún mayor. La subida de tipos aumenta los riesgos de que se generen episodios de inestabilidad financiera”, señala González Páramo.

Aquí surge otro desafío al que tendrá que hacer frente Europa y, más específicamente España, en las próximas décadas: el envejecimiento de la población. Esta deriva demográfica generará grandes tensiones de gasto en pensiones, en sanidad y en dependencia. “El gasto en pensiones amenaza con comerse todo el margen presupuestario para acometer otras políticas”, advierte Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Por su parte, Hernández señala que la persistencia del déficit supone un foco de incertidumbre para las empresas, ya que aumenta el riesgo de que se aprueben nuevas subidas de impuestos que encarezcan sus costes de producción.

05.

El gran riesgo mundial

Mientras los países gestionan todos estos riesgos políticos, sociales y económicos, la humanidad se enfrenta, conjuntamente, a uno de sus mayores retos de toda la historia, el cambio climático. Los miembros del Observatorio insisten en reseñar que el calentamiento global no es una amenaza a futuro, sino que ya es el presente, pero asumen que los gobiernos y las empresas están priorizando otros riesgos porque los efectos del cambio climático son más etéreos y porque es imposible frenar esta tendencia con medidas individuales. “Los directivos de algunas empresas asumen que el cambio climático supone un gran riesgo, pero el coste que perciben a corto plazo sigue siendo bajo”, advierte De Cadenas., “los directivos de las empresas asumen que el cambio climático supone un gran riesgo, pero el coste que perciben a corto plazo sigue siendo bajo”.

Las empresas tienen una doble aproximación al cambio climático (la ‘doble materialidad’). Por una parte, cuáles son las soluciones individuales que pueden adoptar y, por otra, cuál es el impacto que puede provocarles el cambio climático. El problema es que la mejora de sus procesos implica un coste elevado a corto plazo.

José Manuel González-Páramo, miembro del consejo de Abanca
José Manuel González-Páramo, miembro del consejo de Abanca
Las verdaderas dificultades de la transición ecológica se centran en los emergentes

Más allá de Europa, las verdaderas dificultades de la transición ecológica se concentran en los países emergentes y en desarrollo. Son ellos quienes tienen problemas para conseguir la financiación billonaria que requiere este proceso. En España, ante la escasa profundidad de los mercados, está siendo la banca quien está financiando la transición ecológica, con una cartera de préstamos verdes que ya alcanza los 130.000 millones de euros.

Del éxito en la ralentización del calentamiento global depende el futuro de la humanidad. Pero la confrontación y la fragmentación globales que dominan hoy las relaciones internacionales son un obstáculo a la aplicación de soluciones que impliquen a todos los países.