Todo empezó con una inocente grabación de la iglesia local de Tver en la región de Torzhok (Rusia), pero el indiscreto zoom del dron sobre el campanario descubrió una escena inesperada.

A juzgar por las imágenes, una pareja de turistas no pudo contenerse y dio rienda suelta a su pasión sin imaginar que un visitante inesperado estaba dando buena cuenta de todos sus movimientos.