Estas fotos de animales te van a alegrar el día
Los animales se lo pasan bomba, o al menos eso es lo que nos parece a nosotros ver en estas fotografías que aspiraron en algún momento al
Es habitual que los humanos busquemos en los animales gestos y comportamientos que nos recuerdan a nosotros. Por ejemplo, la enorme sonrisa de esta rana.
Una lechuza de las nieves parece sonreír contenta al objetivo de Edward Kopeschny en Ontario, Canadá.
Este suricato está muy cerca de perder la paciencia...La foto es de Brigitta Moser, en Little Karoo, Sudáfrica.
El charlatán de la jungla es u animal gregario, que se mueve en grupos de entre 6 y 10 miembros. Aquí uno le tapa la cara al otro con su ala, que aún así se las arregla para mirar entre las plumas. La foto se hizo en Bharatpur, Rajastán, India.
Con un estoicismo digno de admirar, este búfalo tolera a su desconsiderado compañero de viaje en el parque nacional Meru, en Kenya.
Dos hormigas de fuego parecen bailar (aunque probablemente se trate de algo menos lúdico, como una pelea) en Bata, Indonesia.
Se trata obviamente de una cuestión de perspectiva. Estos dos rinocerontes se sitúan espalda contra espalda como formación de defensa en Laikipia, Kenya.
Quizá no sea su padre, pero no hemos podido resistirnos al ver a la entusiasta tortuguita 'cabalgar' sobre el caparazón de su amiga en el parque nacional de Tarangire, en Tanzania.
No hay como pararse y preguntar para conseguir las indicaciones que necesitas, y más si, como le ocurre a estas cabras, tus pezuñas no te permiten manejar Google Maps con facilidad.
De nuevo, todo es cuestión de perspectiva. Estos dos pingüinos decidieron estirarse al mismo tiempo para adecentar su plumaje, y justo allí estaba Charles Kinsey para captar la foto.
Esta liebre parece buscar el saludo del fotógrafo mostrándole la planta de su peluda patita.
Los animales se lo pasan bomba, o al menos eso es lo que nos parece a nosotros ver en estas fotografías que aspiraron en algún momento al premio de fotografía cómica del reino animal, un concurso creado con un doble objetivo: por un lado, animar a fotógrafos profesionales y aficionados a sacar el lado divertido en su visión de la naturaleza; por otro, llamar a la concienciación sobre la importancia de conservar los hábitats naturales donde viven los protagonistas de estas fotografías.
No, las lechuzas no sonríen, las liebres no saludan y los carneros no se dan indicaciones los unos a los otros. Pero esos gestos nos hacen empatizar con sus protagonistas, y eso preocuparnos por su supervivencia y bienestar.
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