Participa en la lucha diaria de Carlos Matallanas contra la esclerosis lateral amiotrófica con el libro
'Mi batalla contra la ELA'.
Toda la recaudación está destinada a la lucha contra la enfermedad.
En primera persona

Carlos Matallanas
PeriodistaLas botas de fútbol y el bolígrafo han sido los compañeros de vida de este madrileño que desde 2007 ha deleitado a los lectores de El Confidencial desde la sección de Deportes. En 2014, a los 33 años, además pasó a ser un guerrero en la lucha contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), no solo por él, “sino por todos los que vengan detrás”.
Los amigos dicen
Escriben en el libro

Nacho Cardero
Director de El Confidencial"Carlos Matallanas, su esposa Marta, toda su familia, el doctor Mora, Fundela y un largo etcétera nos han hecho tomar conciencia de una enfermedad desconocida".

Michael Robinson
Periodista deportivo"Carlos es sobre todo generoso, pues ha decidido compartir con nosotros con suma elegancia su calvario y cómo convive con la enfermedad más cruel y devastadora de todas".

Jesús S. Mora
Médico"Lo que escribe Carlos va más allá de lo que alguien pudiera pensar como un diario de desgracias. Son escritos sobre la vida, son enseñanzas de cómo vivirla".
Prólogo
Sigamos con la lucha
por Nacho Cardero Director de El ConfidencialTodavía recuerdo como si fuera ayer, triste ayer, el día en el que Carlos nos comunicó que tenía ELA. Venía ocasionalmente a Madrid desde Cádiz para despachar en la redacción de El Confidencial de los asuntos que afectaban a la sección de Deportes, donde ejercía funciones de coordinador. Se le notaba cabizbajo, falto de fuerzas, un tanto deprimido. Esa afección que jugaba con sus cuerdas vocales como si fueran hilos de plastilina y que le impedía comunicarse correctamente con sus compañeros de trabajo le tenía muy preocupado. Le afectaba al habla pero sobre todo a su orgullo. Nadie le entendía. Nadie lograba adivinar el origen de la enfermedad. Pasaron los meses. Luego llegó el correo electrónico. Cómo olvidarlo.
“Muy buenas, inicio este importante contacto con vosotros para poneros al corriente de la excepcional situación por la que atravieso y que me obliga a tener que dar un giro brusco a mi vida personal y profesional...”. Después de aquello, vino el vacío. “... La dificultad para vocalizar que empecé a tener el verano pasado ha aumentado y la degeneración neuronal ha empezado a aparecer levemente en los miembros superiores...”, describía en un tono calmo, más propio de un monje budista que de una persona a la que acaban de detectar una enfermedad que no tiene cura. “... El neurólogo que me ha tratado en Cádiz ha determinado que el único diagnóstico posible es una enfermedad de segunda motoneurona, en otras palabras, he empezado a sufrir la temida Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)...”. “... Me toca olvidarme de todos mis sueños con la pluma y el balón, y enfocar otros objetivos, estos por la más dolorosa obligación...”, concluía.
Nuestros lectores
@VICBENELFARMA
Has sido, eres y serás un fenómeno. La enfermedad no podrá con nosotros. Moralmente la hemos vencido.
@MORALES73
Al leer esta mañana tu historia, me he quedado helado, sin palabras. Lo difícil se logra y lo imposible se intenta. Tu victoria será la de todos.
@URIEL
Admiro la entereza que transmites y te animo de corazón a que sigas viendo el lado positivo de las cosas: tus experiencias, el amor de tu pareja, la cercanía de tu familia y amigos... y esa posibilidad de que te acompañemos muchos desconocidos a través del blog.
@SOTEOC
¡Mucho ánimo Carlos! Aquí me presento como tu primera seguidora.
@FRAN82
No me sorprende tu actitud porque eres un ejemplo de superación desde que te conozco.
@FAROLES123
Un abrazo a todos los amifos de Carlos, que somos miles. Leeros todos los días, es una de las cosas más importantes del día.
@JCNEO
Hola Carlos. No soy partidario de entrar en foros. Pero me he dado de alta motivado por tu artículo de hoy. Sólo es para expresarte mi solidaridad y, si me permites, darte ánimos para que los añadas a los que ya tienes.
@SPEEDY1963
Hola Carlos, me has abierto los ojos a entender esta enfermedad de la que no sabía nada más allá de la famosa iniciativa del cubo de agua. Gracias por hacerlo de una manera tan valiente y nada victimista.
@JBAGOLDEN
Sin palabras Carlos... Admirable la entereza y la forma de afrontar la putada esta que te ha tocado en suerte... Te seguiré día a día... Y si en algo puedo ayudarte a ti y a todos los que la padecen no dudes en pedirlo...
@DOÑATECLA
Apenas tengo palabras para expresar todos los sentimientos y sensaciones que han despertado tus palabras.
@VICTOR0007
Acabo de registrarme en El Confidencial para seguir la información que vayas dando y mandarte todo mi ánimo en esta lucha. Creo que no se podría encarar de mejor forma.
Cerramos los ojos y contamos hasta diez. Al abrirlos, el correo electrónico seguía allí. No era un mal sueño: la ELA, esa asesina silenciosa, había dado un zarpazo a la vida de Carlos Matallanas. Ese chico jovial y deportista, de personalidad arrolladora, líder entre los suyos, padecía una enfermedad que resultaba letal. ¿ELA? ¿Qué es la ELA? Algunos tuvieron que acudir al diccionario de términos sanitarios para entenderlo. Una vez comprendieron, el mundo cayó sobre sus cabezas. Fue Carlos el que nos tuvo que animar con una serenidad y fortaleza que aún hoy nos cuesta adivinar de dónde sacó, el que nos tuvo que poner frente a nuestra debilidad, a nuestra cobardía. La frustración de Carlos por no saber qué le estaba pasando había transmutado en fuerza de voluntad y afán de superación una vez tuvo el diagnóstico. Había que intentarlo.
Tal vez esta asesina silenciosa no tenga cura, pero desde entonces hasta hoy, estamos luchando contra ella. Este libro que tienes entre las manos es una prueba de ello. Carlos dio el paso de compartir su historia con los lectores y empezar un blog con el que, dese la atalaya de El Confidencial, tratar de sensibilizar a la opinión pública para que los gobiernos aumenten los recursos para la investigación de esta enfermedad y que, en la medida de nuestras posibilidades, consigamos descubrimientos que nos permitan reducir sus devastadores efectos. Los artículos de ese blog aparecen hoy recopilados en este libro, una pequeña gran obra que ha sido posible gracias a la colaboración altruista de muchos amigos. Mi agradecimiento a todos ellos.
Carlos Matallanas, su esposa Marta, toda su familia, el doctor Mora, Fundela y un largo etcétera nos han hecho tomar conciencia de una enfermedad que hasta hace sólo unos años era una auténtica desconocida. Hay cerca de 4.000 personas con ELA en España, una cifra que permanece estancada debido a la corta esperanza de vida, entre tres y cinco años, de todos aquellos que la padecen. Mi abuelo falleció por culpa de la ELA. Todos hemos tenido, tenemos o tendremos a una persona querida con esta enfermedad. Debemos saberlo. Así que, en el fondo, Carlos, este libro va por ti, por todos los enfermos de ELA, pero también va por nosotros. No lo olvidemos. Sigamos con la lucha.
@ALVAROSIL
Por aquel entonces [en el C.F. Pozuelo], te nombraron capitán por tu lucha, entrega, y sacrificio en el campo. Tengo que reconocer que me influenciaste mucho en esos aspectos. Trabajo, trabajo y trabajo.