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Los solteros toman el mercado inmobiliario: 5,7 millones de personas vivirán solas en 2035
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PROYECCIÓN DE HOGARES DEL INE

Los solteros toman el mercado inmobiliario: 5,7 millones de personas vivirán solas en 2035

¿Qué ha cambiado y qué cambiará en los próximos años? Son varios los factores que explican por qué cada vez nos acercamos más al tamaño medio del hogar noreuropeo

Foto: Bloque de viviendas en Madrid. (iStock)
Bloque de viviendas en Madrid. (iStock)
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Para 2035, los españoles seremos más viejos y estaremos más solos. De la tradicional familia numerosa de los setenta pasaremos a la España del soltero, divorciado o viudo. Dentro de 13 años, más de 5,7 millones de personas vivirán solas, o lo que es lo mismo, casi uno de cada tres hogares será unipersonal y el tamaño medio de la casa española será de 2,4 personas, frente a las casi cuatro que había a finales de la dictadura franquista.

Aunque el tamaño de los hogares disminuirá, el número total aumentará. Es una de las conclusiones que se desprenden de las proyecciones del INE para 2035. El porqué lo explican varios factores. El primero es el más obvio, el cambio de forma de nuestra pirámide de población. “Cada vez hay más personas en edades avanzadas, donde predominan los hogares unipersonales, lo que hace que de manera paulatina el porcentaje sobre el total de la población vaya aumentando”, explica Juan Antonio Módenes, investigador en el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, en conversación con este periódico.

La tendencia no es nueva, puntualiza el experto. Desde los años noventa, la población española viene siguiendo este proceso de envejecimiento (solo saldado a principios de los dos mil por los flujos migratorios). Y pese a que son pocos los cambios de comportamiento poblacionales, sí existen algunos. Por ejemplo, señala, cómo de una generación a otra ya no es tan común que al enviudar una de las cabezas de familia, el otro se incorpore a vivir con uno de sus hijos, o que el ‘solterón’ quede a cargo de sus cuidados en el hogar familiar. Ahora, si tienen suficiente autonomía, viven solos.

En 30 años, las previsiones del INE apuntan a que más de una tercera parte de la población superará los 65 años, lo que abre una nueva ventana de oportunidad. Durante los próximos años, “veremos edificios que se llamarán ‘senior living’ y no serán residencias al uso, sino espacios con un servicio cercano, una atención primaria médica y una ubicación en ciudad o en destinos turísticos”, visualiza Daniel Cuervo, director general de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima).

Foto: Vista aérea de La Moraleja.

En ese sentido coincide con Samuel Población, director nacional de Residencial y Suelo de CBRE España, quien cree que un modelo así —con servicios, equipamientos y actividades para mayores que gocen de suficiente autonomía— puede tener cabida en España. Igual que la ha tenido en Estados Unidos y otros países europeos, y como también la puede tener el ‘cohousing’ un modelo cooperativo originalmente basado en la autogestión de sus habitantes—, comenta.

Jóvenes españoles vs. noreuropeos: querer y poder

Viendo las hipotecas más baratas de la historia, que este enero rondan de media el 1,485% (y obviando el impacto del coronavirus), cualquiera que no conociera la situación económico-laboral de los jóvenes españoles pensaría que es el momento perfecto para comprarse la primera vivienda. Sin embargo, si lo hace, le sonará haber escuchado cientos de veces los siguientes datos: casi uno de cada tres jóvenes españoles se encuentra en situación de desempleo, la edad media de emancipación era de 29,8 años en 2020 y, entonces, la temporalidad alcanzaba al 40% de los contratos, según el informe del Injuve sobre la juventud en España.

Junto a ellos, probablemente también habrá leído alguno sobre el auge de los precios de los hogares en venta y en alquiler. En cifras: de 2011 a 2020, el precio del metro cuadrado de una vivienda en alquiler se ha incrementado un 37%, y el de uno en venta, un 7% más con respecto a niveles prepandemia, hasta los 1.469 euros/m².

En otros países, como los del norte de Europa, existe un periodo entre vivir con los padres y 'sentar cabeza' muy arraigado, explica Módenes. Precisamente en esa “fase de inserción a la vida adulta” es cuando los jóvenes ocupan una proporción importante de los hogares unipersonales. En Suecia, la edad media de emancipación es muy temprana, de 17,5 años; aunque en Dinamarca y Finlandia tampoco se alejan demasiado, abandonando el nido en torno a los 21-22 años de edad. No extraña entonces que en el primero de estos países, más de siete de cada 10 hogares estén compuestos por un único adulto sin hijos. Un porcentaje que en Dinamarca y Finlandia se modera hasta el 44% de su población, de acuerdo a los datos de Eurostat al cierre de 2020.

“En España eso no ha existido jamás”, dice el investigador de la UAB, más que por tradición, por las restricciones del sistema económico y residencial. “Es complicado irse solo”, lamenta.

Así, en 2020 más de la mitad de las hipotecas se pedían en pareja. Es más fácil. Si se ofrece a la entidad acreedora una mayor capacidad de endeudamiento, aumentan las posibilidades de conseguir el préstamo. Uno que depende de un test de viabilidad que valora el perfil de riesgo del solicitante en función de la estabilidad laboral y la recurrencia de los ingresos. Dos aspectos que flaquean con mayor frecuencia entre los jóvenes, por lo que pedir la hipoteca en pareja puede facilitarles conseguirla. Sobre todo de cara a reunir el ahorro necesario para pagar el 20% que los bancos no financian.

En pocas palabras, los jóvenes quieren comprar, pero no pueden. Aunque España sigue siendo un país de propietarios, cada vez es más difícil convertirse en uno. De 2004 a 2020, el porcentaje de alquilados ha variado del 13,9 al 17,3%, tal y como refleja la 'Encuesta continua de hogares' (ECH) del INE. Y, como señalan las fuentes consultadas, el parque de vivienda social en España no es muy amplio en comparación con otros países. “La vivienda social cumple con dos funciones: ofrecer a personas con bajos recursos una alternativa habitacional asequible y servir como regulador de los precios del mercado libre. Aquí no tenemos ese regulador por la pequeña proporción de vivienda social existente”, aclara Juan Antonio Módenes. “En España, los precios solo se pueden controlar mediante legislación”.

Una realidad a la que desde el mercado inmobiliario buscan dar respuesta para que inversión, normativa y sociedad vayan lo más de la mano posible. “En los últimos años, se ha ido viendo cómo se desarrollaba producto específico en zonas urbanas para hogares de menor dimensión y, sobre todo en los proyectos destinados al alquiler, se ve cómo tienen mayor peso las tipologías de uno y dos dormitorios”, indican desde JLL.

Foto: Área de 'coworking' de Urban Campus en Malasaña. (P. S.)

De cara al futuro, “hay que potenciar aún más el mercado del alquiler, aumentar esa oferta y orientarla a los jóvenes”, prevé el director de Residencial y Suelo de CBRE.

Si ver más zonas verdes, terrazas, ‘coliving’, espacios de ‘coworking’ o deporte en los edificios es algo que con la pandemia ha llegado para quedarse, solo es cuestión de tiempo (y adaptación), igual que ha ocurrido en los últimos años con el ‘build to rent’ (construir para alquilar) o las residencias de estudiantes, recuerda el director general de Asprima.

Para 2035, los españoles seremos más viejos y estaremos más solos. De la tradicional familia numerosa de los setenta pasaremos a la España del soltero, divorciado o viudo. Dentro de 13 años, más de 5,7 millones de personas vivirán solas, o lo que es lo mismo, casi uno de cada tres hogares será unipersonal y el tamaño medio de la casa española será de 2,4 personas, frente a las casi cuatro que había a finales de la dictadura franquista.

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