Como ya sucedió en la crisis de 2008, quien sale a la venta ahora al mercado es porque necesita vender y es en este segmento donde se pueden registrar ajustes de precios. De hecho, Colliers International ha monitorizado la oferta de segunda mano que ha salido al mercado desde el pasado mes de marzo y ha detectado que lo está haciendo a precios inferiores a la oferta anterior a la pandemia, siendo las zonas turísticas, las más afectadas por la crisis, donde se están registrando los mayores ajustes.
"En Palma de Mallorca la nueva oferta de segunda mano está entre un 15% y un 18% por debajo en precio que en febrero, mientras que en Málaga estamos hablando de una rebaja en las expectativas de entre el 6% o 8%, y en Madrid en torno al 4% y al 5 %. Sin embargo, el mercado no es homogéneo ya que en el País Vasco los precios están planos, mientras que están creciendo en San Sebastián", asegura Mikel Echavarren.
La obra nueva, por el contrario, según insisten los expertos, está resistiendo mucho mejor el embiste de la crisis. De hecho, según recuerda Juan Fernández-Aceytuno, consejero delegado de Sociedad de Tasación, los precios crecieron ligeramente un 0,8% entre enero y junio, y "no se produjo un shock, sino que se ha mantenido la tendencia previa al estalladio de la crisis".
Por su parte, el presidente de Asprima y APCE recuerda cómo "cuando se ponía en duda si el precio de la vivienda de obra nueva iba a caer o no a caer, la reflexión que yo hacía era que en 2020, todo el producto a entregar estaba prácticamente vendido. En 2021, una parte importantísima, casi el 70%, también está vendido, mientras que hay un 30% de producto vendido en 2022, de tal manera que el grado de afectación a las empresas promotoras en ese sentido no tendrá mucho impacto y posiblemente tampoco en el precio".
"El comprador de vivienda nueva no se ha visto tan afectado como otro tipo de colectivos"
Juan Fernández-Aceytuno, por su parte, explica el por qué de ese mejor comportamiento de la obra nueva frente a la segunda mano. "Desde marzo, la vivienda de obra nueva ha crecido ligeramente, señal de que ha aguantado bastante bien el impacto de la crisis. Las razones son múltiples, pero fundamentalmente se debe a la poca elasticidad de la oferta nueva y al poco stock que se ofrece en estos momentos en el mercado. Además, el comprador de vivienda nueva no se ha visto tan afectado como otro tipo de colectivos que, desgraciadamente, ya estaban fuera del mercado al disponer de un poder adquisitivo menor. Una demanda que ya antes de la pandemia, y debido a los los problemas de acceso a la vivienda que hay en España, ya estaba fuera del mercado de la compraventa".
Argumentos a los que se suma, según Anaïs López, el hecho de que la obra nueva "está despertando muchísimo interés ya que se adecúa muy bien a los nuevos intereses del comprador que busca casas con jardín, con mucha luz natural y zonas verdes".
Gonzalo Bernardos, analista y consultor económico e inmobiliario, así como profesor titular del Departamento de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona, discrepa. No comparte esa dicotomía entre obra nueva y segunda mano a la hora de sufrir los efectos de la crisis. Considera que la obra nueva también saldrá tocada. "No creo que el impacto en obra nueva vaya a ser diferente. Los promotores están en una posición de mucho confort. Cuando llega la pandemia tienen las promociones que van a entregar a corto plazo vendidas casi al 100%, mientras que las que van a entregar en los próximos meses, están vendidas, como mínimo al 70%, por lo que no se sienten alarmados, consideran que la crisis va a durar poco y no necesitan bajar precio. Además, piensan que si lo hacen, aquellos que han comprado más caro se podrían quejar".
"No hay ninguna razón para pensar que la obra nueva resistirá mejor que la segunda mano. Es más cara y en ella no se fijan los inversores"
"Así que no solo no están bajando precios, sino que están haciendo una campaña mediática asegurando que la vivienda nueva es muy diferente a la segunda mano. Y es cierto que la vivienda nueva es diferente. Pero esto no quiere decir que sea bueno. Es un producto mucho más caro que la segunda mano y un producto en el que no se fijan la mayoría de los inversores que son, precisamente, los principales compradores de vivienda en una coyuntura de crisis como la actual", apunta Bernardos.
"Por lo tanto, no hay ninguna razón para pensar que la vivienda nueva resistirá mejor que la segunda mano. El argumento es que la oferta de vivienda nueva es muy escasa, pero de lo que tienen que darse cuenta los promotores es que también hay muy pocos compradores para esa tipología de vivienda y a esos precios".
Asimismo, Gonzalo Bernardos considera que algunos promotores, sobre todo pequeños y medianos, sí han comenzado a hacer pequeños descuentos. "De manera escondida. Descuentos que están tomando forma bajo el regalo de la plaza de aparcamiento o trastero".
"Algunos promotores, sobre todo pequeños y medianos, sí han comenzado a hacer pequeños descuentos"
Situación que también ha constatado Carlos Smerdou. "Es cierto que algún promotor, por llegar a cierto volumen de ventas ha hecho ofertas puntuales, pero son ofertas de muy poco valor, de 3.000 o 4.000 euros, si tenemos en cuenta el precio final de la vivienda, aunque atractivas desde el punto de vista comercial. Eso sí, son limitadas en el tiempo", reconoce este experto quien, sin embargo, insiste en que "en obra nueva, los precios no solo no han bajado, sino que por ritmo de ventas en algunas promociones, en condiciones normales, habrían tenido que subir precios".
También la segunda residencia saldrá tocada de la crisis. El desplome del turismo ha comenzado a pasar factura a las zonas costeras, con una abrupta caída de las transacciones. Las zonas más castigadas, en opinión de los expertos, serán aquellas que mayor dependencia tienen del comprador extranjero -Alicante, Baleares...-, pero también zonas con sobreoferta de obra nueva en construcción, como la Costa del Sol.
La banca se pone más exigente con los promotores
Otro de los daños colaterales de esta crisis, será la mayor dificultad de acceder a financiación, no solo de los compradores de viviendas -lo que provocará que la demanda siga desplazándose hacia el alquiler-, sino también de los promotores que han visto cómo, desde hace unos meses, la banca les exige mayores niveles de preventas para conseguir dinero para sus proyectos.
"En una situación de crisis es una reacción natural. La banca se quiere asegurar de que aquellos proyectos que se van a lanzar van a tener una comercialización prácticamente asegurada. Sin embargo, ante la reducción prevista en el número de visados y teniendo en cuenta los presupuestos que tienen los bancos destinados al sector residencial, creo que van a casar perfectamente con el lanzamiento de las futuras promociones previstas", asegura Gómez-Pintado.
No obstante, el grifo ha comenzado a cerrarse. "Desde hace tiempo, los bancos están endureciendo las condiciones de financiación y exigen mayores niveles de preventas. Si antes este porcentaje se movía en torno al 25%, ahora ha ido subiendo y ahora mismo estamos hablando de un mínimo del 50% de preventas y evaluando muy bien al perfil de los compradores", señala Smerdou.