De hoteles a casas de lujo en Ibiza, el imperio inmobiliario de Marc Rahola Matutes

La aventura inmobiliaria de Marc Rahola arrancó hace más de una década en el sector hotelero y en Ibiza, en pleno pinchazo de la burbuja en España. En 2008, nacía Ocean Drive Group y, bajo su paraguas, su primer hotel, el Ocean Drive, en Ibiza, un inmueble que compró y que rehabilitó y al que siguieron otros establecimientos por toda la isla. El negocio hotelero lo lleva en la sangre, no en vano es consejero de Palladium Hotel Group, el negocio hotelero de su tío, el exministro Abel Matutes.

Dos años más tarde, en 2010, el empresario creaba OD Real Estate para entrar de lleno en la promoción inmobiliaria. Lo hacía, de nuevo, en un momento del mercado muy delicado, cuatro años antes de que se tocara fondo en cuanto a precios y transacciones y cuando España estaba vetada para los grandes fondos de inversión internacionales. En esta ocasión, se adelantaba a la incursión inmobiliaria que realizaría, años más tarde, en 2016, su primo Abel Matutes Prats, uno de los inversores privados más activos en el mercado residencial de lujo de Madrid. De hecho, su proyecto en General Castaños es la promoción con el precio de venta más caro de la capital: 20.000 euros el metro cuadrado.

Los datos hablan por sí solos. En los últimos años, Marc Rahola ha invertido más de 100 millones de euros en proyectos residenciales ubicados principalmente en Ibiza, mercado con una gran presencia de la familia Matutes. En la isla, ha puesto en marcha varios proyectos, algunos a precios asequibles y otros de lujo. Entre los primeros, destaca, por ejemplo, la promoción ABC Can Misses, pero también ABC by OD Real Estate en Sa Olivera, ubicado en el municipio de Puig d’en Valls (a 9,5km del aeropuerto de Ibiza) y destinado, principalmente, a inversión y primera residencia, aunque no se descarta como residencia vacacional.

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E. Sanz

Hay que recordar que Ibiza es uno de los mercados, a nivel inmobiliario, más activos desde que se inició la recuperación, con fuertes incrementos de precios de venta —principalmente por la enorme falta de suelo para levantar nuevo producto y la inexistencia de 'stock' sin vender— y de los alquileres, debido al 'boom' de los pisos turísticos. Un mercado muy caliente y que, a diferencia de lo que está sucediendo ya en la Costa del Sol o en algunos puntos de la capital, aún no muestra síntomas de agotamiento.

El apetito por el producto se observa ya en los datos. ABC Can Misses que ha colgado el cartel de 'sold out' —completamente vendido— con apenas un 30% de obra completado. "El éxito de esta promoción responde al perfil competitivo de ABC, basado en la flexibilidad y adaptabilidad de sus productos, que en Can Misses se ha concretado en un conjunto residencial de 45 viviendas, de uno a tres dormitorios, y de entre 70 y 150 metros cuadrados, que han sido introducidos en el mercado en tan solo seis meses, demostrando el dinamismo comercial de esta marca", señala el propio Marc Rahola. En Sa Olivera, por su parte, quedan "las últimas unidades".

OD Real Estate aglutina marcas con distintos perfiles de promoción, entre las que se encuentra ABC —viviendas de calidad a precios asequibles— o la exclusiva The White Angel, con sus proyectos The White Angel Cala Comte -desde 2,7 millones de euros- y The White Angel Talamanca -desde 1,7 millones-. Todas ellas bajo el paraguas del 'holding' OD Group, que abarca negocios tan variados como el cultivo de almendras (Ocean Almond) o la inversión de capital privado (Ocean Group Capital). No obstante, tras el fuerte crecimiento de los últimos años, el 'holding' se encuentra inmerso en un profundo proceso reorganizativo y un nuevo plan estratégico que se presentará en Ibiza, donde se ubica la sede central del grupo, en el mes de junio.

Su presencia inmobiliaria no se limita a Ibiza. También ha invertido en Madrid, Barcelona, Mallorca e incluso Miami. En la capital de España, se encuentra uno de sus proyectos más importantes, frente al Teatro Real de Madrid, en pleno centro de la capital. En septiembre de 2017, Rahola se hizo, por 17 millones de euros, con el Real Cinema, una antigua sala de cine —hoy en desuso—, y, aunque todo apunta a que podría acoger un hotel, el futuro del activo es aún un misterio.