Madrid frenará los cambios de uso para evitar un colapso hotelero
El principal objetivo del ayuntamiento es impedir que se llegue a la situación de saturación hotelera que han experimentado otras ciudades españolas como Barcelona
Evitar el colapso hotelero. Este es uno de los grandes objetivos del Ayuntamiento de Madrid, que quiere impedir que en la capital se llegue a la situación de saturación hotelera que han experimentado otras ciudades españolas como Barcelona, donde la medida adoptada por el nuevo equipo de Gobierno de Ada Colau optó por instaurar una moratoria hotelera. En el consistorio madrileño descartan optar por esta opción, si bien, tal y como han reconocido en el último pleno, el ayuntamiento sí dispondría de los instrumentos legales para poder instaurar una futura moratoria.
En los últimos tres años, el cambio de uso de edificios residenciales o de oficinas a hoteles u hostales se ha incrementado de manera significativa, especialmente en las calles más transitadas y populares entre los turistas, nacionales y extranjeros, como la Gran Vía. Tal y como muestra el gráfico, en los últimos tres años se han concedido o tramitado más de una veintena de cambios de usos hacia alojamientos turísticos.
Unas cifras que tanto al consistorio como al PSOE les parecen alarmantes. "La saturación en zonas como Sol y Cortes es evidente, y lo que nos preocupa es la proliferación de hoteles y apartamentos turísticos sin ningún control", señala a El Confidencial Mercedes González, concejala del PSOE-M y portavoz en materia urbanística, quien considera que "de momento no sería necesario implantar una moratoria, pero sí intervenir y controlar la proliferación" de este tipo de establecimientos turísticos. "Estamos deshumanizando el centro de la ciudad, convirtiéndolo en un parque temático de tiendas de ropa y hoteles".
Precisamente, ante la proliferación de este tipo de establecimientos —un sector estratégico para la economía madrileña— y para evaluar su impacto en los grandes centros urbanos, el Ayuntamiento de Madrid ha elaborado un estudio que ha revelado cómo la oferta de plazas hoteleras se ha incrementado en la última década un 24%, hasta rozar las 82.000 habitaciones en toda la capital. Un incremento significativo, aunque por debajo de los crecimientos experimentados en ciudades como Barcelona (53%) o Zaragoza (40%).
La ciudad de Madrid cuenta, en la actualidad, con 1.147 establecimientos de hospedaje con más de 54.000 habitaciones. La mayor parte de ellas están en hoteles y hoteles-apartamentos (70% de las habitaciones), seguidos de apartamentos turísticos (12%) y hostales (10%). Las pensiones y casas de huéspedes apenas suponen el 6% de las habitaciones. Con diferencia, el distrito Centro es el que acoge mayor número de establecimientos: 476, con 18.500 habitaciones, un tercio del total de las disponibles en la ciudad. Siendo los barrios de Sol y Cortes los que concentran mayor número de habitaciones, en torno a las 4.700. Palacio y Universidad, por su parte, superan las 2.500.
Los resultados de este estudio han llevado al Ayuntamiento de Madrid a plantearse limitar, en la medida en que la legislación urbanística se lo permita, la proliferación de establecimientos turísticos en aquellas zonas donde consideran que se puede producir un colapso de oferta y que "generan inseguridad tanto entre los empresarios del sector, como en usuarios y vecinos de estos alojamientos". Para ello, el consistorio va a elevar una consulta a la Comisión de Interpretación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para que aclare qué instrumentos de planeamiento se pueden utilizar para "evitar la proliferación" de las autorizaciones que permiten transformar edificios de viviendas en hoteles en el centro de la ciudad.
Lo que en la práctica se traduciría en la paralización en la tramitación de los planes especiales, que son los que permiten estos cambios de uso. En concreto, tal y como aseguran desde el consistorio, solamente van a actuar en aquellos planes que proponen el cambio de uso de residencial a terciario hospedaje, no aquellos que proponen el cambio de clase de uso terciario de oficinas a terciario hospedaje, puntualizan.
"El Ayuntamiento de Madrid va a intervenir en los planes especiales y evitar la proliferación de los trámites urbanísticos que permiten los cambios de uso a hospedajes si detectamos situaciones de colapso o próximas al colapso", aseguraba en la última comisión de Urbanismo el concejal del ramo, José Manuel Calvo. Una decisión que desde el PP califican de "moratoria encubierta", similar a la que Ada Colau implantó en la ciudad condal tras su llegada a la alcaldía. De hecho, para el PP, la solución anunciada por Calvo para intentar frenar la construcción de nuevos alojamientos turísticos en el centro de la ciudad responde al acuerdo entre Ahora Madrid y el PSOE para la aprobación de los Presupuestos de 2017.
"La concesión de licencias es un acto reglado en el que no cabe discrecionalidad ni arbitrariedad. Dicho control puede suponer una ilegalidad. Van a elevar una consulta para que se pueda proceder a la aplicación de una moratoria", le acusó el concejal popular José Luis Martínez Almeida. Acusación que Manuel Calvo negó, ya que "dicha moratoria no ha resuelto los problemas de la Barcelona". Lo que no ha aclarado el Gobierno municipal es si los planes especiales actualmente en marcha seguirán su curso o si la medida solamente afectará a futuros cambios de uso.
"En Madrid tenemos tres problemas. Los cambios de uso de residencial a hotelero que se han venido produciendo amparados en el PGOU, el cambio de uso de oficinas a hospedaje y la proliferación de la vivienda turística", reconoció Calvo. "Desde la Administración local, solo disponemos de instrumentos para actuar con gran contundencia sobre el primero y con el necesario apoyo legislativo de la Comunidad de Madrid sobre el tercero de ellos", dijo. No en vano, la comunidad ostenta la competencia exclusiva en materia de promoción y ordenación del turismo.
Uno de los cambios de uso más recientes, el del edificio de Divino Pastor 9, ha generado una enorme polémica vecinal. El edificio en cuestión fue sede de la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, vendido en 2014 por el Gobierno local de Ana Botella (PP). Tras varias subastas fallidas, el inmueble fue finalmente adquirido por el clan venezolano de los Capriles por 1,8 millones de euros mediante enajenación directa. Estuvo okupada durante varios meses por el Patio Maravillas y está prevista su transformación en apartamentos turísticos.
"Hay tres problemas. Los cambios de uso de residencial a hotelero, el cambio de uso de oficinas a hospedaje y la proliferación de vivienda turística"
Sin duda, la Gran Vía y sus aledaños han experimentado en los dos últimos años una espectacular transformación hotelera, tanto con la reforma de alojamientos ya existentes como por los cambios de usos de diversos edificios. Especialmente conocido es el Proyecto Canalejas, que contempla la construcción de viviendas de lujo y un hotel cinco estrellas sobre las sedes de los antiguos Banesto y Central Hispano. O la futura rehabilitación del Edificio España, que en el pasado ya albergó un hotel.
Aunque la licencia de obras más reciente se sitúa en la plaza Mayor, donde el equipo de gobierno de Manuela Carmena concedía recientemente el permiso para comenzar las obras de un hotel en la Casa de la Carnicería, un edificio de titularidad pública, una herencia del anterior Gobierno, del PP, que incluso obtuvo la negativa del Gobierno central cuando quiso convertir este edificio municipal en un parador de turismo.
En este caso, en 2009, la Junta de Gobierno de la capital aprobó el proyecto de modificación del PGOUM que permitía dar un uso hotelero a la histórica Casa de la Carnicería. A lo largo de su historia, ha tenido varios usos. El último, sede de la Junta Municipal de Centro.
Evitar el colapso hotelero. Este es uno de los grandes objetivos del Ayuntamiento de Madrid, que quiere impedir que en la capital se llegue a la situación de saturación hotelera que han experimentado otras ciudades españolas como Barcelona, donde la medida adoptada por el nuevo equipo de Gobierno de Ada Colau optó por instaurar una moratoria hotelera. En el consistorio madrileño descartan optar por esta opción, si bien, tal y como han reconocido en el último pleno, el ayuntamiento sí dispondría de los instrumentos legales para poder instaurar una futura moratoria.