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Los edificios vacíos que dejó la burbuja inmobiliaria en la Ciudad Condal
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PELOTAZOS FRACASADOS en barcelona

Los edificios vacíos que dejó la burbuja inmobiliaria en la Ciudad Condal

La burbuja inmobiliaria ha dejado 14.000 edificios sin terminar. En Barcelona, cabe destacar el Distrito 38, el Edificio Estel y la antigua sede de Revlon

Foto: Edificio Estel, antigua sede de Telefónica en la avenida de Roma (foto: M.Lamelas)
Edificio Estel, antigua sede de Telefónica en la avenida de Roma (foto: M.Lamelas)

La burbuja inmobiliaria deja sus propios cadáveres. Sólo en España se calcula que hay 14.000 edificios sin terminar. En Barcelona, como en el resto de ciudades españolas, algunos pelotazos fracasadoshan dejado una serie de testigos incómodos: bloques inmensos de edificios vacíos que ponen en evidencia la futilidad que muchas veces tienen los sueños humanos y, por qué no decirlo, los planes estratégicos de algunos promotores. Si el cemento pudiese hablar, éstas son algunas de las cosas que contarían en la capital catalana.

Paseo de la Zona Franca, 38. Distrito 38.

El Distrito 38 iba a ser grande, muy grande. Por suerte sus impulsores fracasaron y sólo acabaron la primera fase. Así que ahora en lugar de los 130.000 metros cuadrados proyectados sólo hay 26.500 metros cuadrados vacíos de las oficinas más modernas en la peor ubicación posible. Desde que salió al mercado en 2009 sólo se han podido alquilar los bajos… a un Mercadona.

El padre de la idea fue Bruno Figueras, presidente de Habitat. En 2003 acababa de forrarse siendo el primer promotor que se asociaba con Hines en Diagonal Mar y todo parecía posible. Así que planeó una inversión de 190 millones de euros en un gran parque empresarial al final del Paseo de la Zona Franca, un barrio obrero sin tradición en terciario. Es verdad que su ubicación era estratégica por su cercanía al puerto y al aeropuerto, como tradicionalmente habían buscado las multinacionales japonesas en Barcelona. Sólo que entonces ya no venían nuevos grupos nipones. Al contrario, estaban empezando a irse de Cataluña.

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Bruno Figueras vendió la primera fase del proyecto a Caja Madrid por 100 millones en noviembre de 2006. Sólo había invertido 87 millones. Figueras estaba a las puertas de comprar Ferrovial Inmobiliaria y firmar su sentencia de muerte empresarial. Así, el Distrito 38 se libró del concurso de acreedores de Habitat. Pero donde no llegó la crisis del ladrillo lo hizo la de la cajas. Caja Madrid traspasó el inmueble a Gesmadrid, actualmente gestora de fondos de Bankia. Y ahí, está: una mole inerte y futurista cuyas rentas han de servir para pagar futuros planes de pensiones. ¿Es necesario decir algo más?

Avenida de Roma, 73. Edificio Estel

Durante años fue la sede de Telefónica en Barcelona. Pero ahora es noticia por temas como las quejas por la presencia de ratas o porque los Mossos d’Esquadra detienen a 19 rumanos cuando estaban a punto de dar el golpe de su vida: robar 1.000 kilos de cobre del cableado del bloque. Los vecinos protestan ante el Ayuntamiento por el deterioro de un inmueble que ocupa media manzana del Eixample y que lleva vacío desde 2011.

Telefónica lo vendió a Carlyle en el momento justo a un precio desorbitado: 219 millones en el año 2007. El fondo de capital riesgo quería promover en esos 73.000 metros cuadrados un proyecto de apartamentos de lujo. Un lujo que nunca llegó porque con la repercusión por metroque había que aplicar era imposible que salieran los números. Núñez y Navarro, que había pujado con Carlyle, había hecho una oferta un 30% más baja, según explican fuentes del sector inmobiliario conocedoras de la puja.

Este año 2013 los bancos acreedores tomaron el control del inmueble. Carlyle había refinanciado varias veces y había vuelto a incumplir los términos de los acuerdos. Así que el BBVA lideró la toma de control en un grupo que también está integrado por el Popular, Bankia y Catalunya Banc. La intención era redefinir el proyecto y hacer algo más asequible.

Pero aquí también la crisis financiera interfirió en la inmobiliaria. Como parte del proceso de reestructuración bancaria Bankia y Catalunya Banc han traspasado su parte del activo a la Sareb. Así que ahora el banco malo es el propietario de la mitad del edificio Estel. Y eso, en vez de facilitar, dificulta darle una salida al activo, ya que si bien para el Ayuntamiento de Barcelona este proyecto es una cuestión prioritaria, para el Sareb representa sólo uno más de los mil frentes que tiene abiertos por toda España.

Aragón, 499. Antigua sede de Revlon

Durante la pasada década estaba de moda que las empresas vendiesen su sede en el centro de Barcelona y se marchasen a la periferia: por unlado realizaban activo recibiendo caja y por otro buscaban alquileres a bajo precio. En 2008 The Colomer Group vendió la histórica sede de Revlon en la calle Aragón por 37 millones de euros, un edificio pequeño, pero muy céntrico.

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El proyecto lo compraron Espais y Caixa Manresa con la intención de hacer viviendas en sus 7.000 metros. Mientras, The Colomer Group se mudaba a Cornellà. Pero el hombre propone y la crisis dispone. Caixa Manresa se fusionó en lo que luego fue Catalunya Caixa y luego Catalunya Banc y Espais se quedó sin pulmón financiero. Ni para ese inmueble ni para ninguno.

En 2012 Catalunya Banc buscó un nuevo socio para darle salida al edificio y se alió con La Llave de Oro para sacar adelante el proyecto. La inmobiliaria de la familia Marsà es de las pocas que a día de hoy consigue crédito en Barcelona para levantar sus promociones. Sin embargo, nada se ha hecho y el edificio ha entrado en una fase de profundo deterioro. Mientras, Catalunya Banc ha traspasado el activo y los créditos vinculados a la Sareb. En la Llave de Oro están a la espera de que en el banco malo tomen alguna decisión. Pero, claro, la cola de prioridades es muy larga.

La burbuja inmobiliaria deja sus propios cadáveres. Sólo en España se calcula que hay 14.000 edificios sin terminar. En Barcelona, como en el resto de ciudades españolas, algunos pelotazos fracasadoshan dejado una serie de testigos incómodos: bloques inmensos de edificios vacíos que ponen en evidencia la futilidad que muchas veces tienen los sueños humanos y, por qué no decirlo, los planes estratégicos de algunos promotores. Si el cemento pudiese hablar, éstas son algunas de las cosas que contarían en la capital catalana.

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