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'Mein Kampf' en vez de 'Minecraft': un abuelo se lía con los regalos de Navidad
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"ES LO QUE PIDIÓ"

'Mein Kampf' en vez de 'Minecraft': un abuelo se lía con los regalos de Navidad

La cara del niño cuando abre los regalos es impagable: pasa de la mayor de las ilusiones a la total indiferencia

Foto: Una muestra del videojuego Minecraft
Una muestra del videojuego Minecraft

Es cierto que los abuelos muchas veces están un poco sordos y que no terminan de entender muy bien lo que les decimos. Si el que se dirige a ellos es un niño, el problema puede agravarse, ya que, en ocasiones, los más pequeños de la casa no pronuncian tan bien como cabría esperar o el uso de idiomas extranjeros no lo tienen demasiado bien asimilado.

Que se lo pregunten al abuelo francés que protagoniza nuestra historia de hoy. Pongámonos en situación. Se acercan las Navidades y un niño pide para que le traiga Santa Claus una cosa llamada 'Minecraft', un juego de ordenador y consola que, para los que no están muy puestos en estas lides, en el que construyes objetos y mundos con bloques.

El abuelo toma nota mental de lo que ha pedido su nieto y, perfecto, ya tiene resuelto el regalo para estas Navidades. El problema viene cuando no termina de haberse enterado muy bien de lo que le ha pedido su nieto: "¿Minequé? ¿Mainqué? ¿Meinqué?". Así que, ni corto ni perezoso, tras que su cerebro tradujera lo que realmente quería el niño, decidió, suponemos, buscarlo en Google y ver donde lo podría comprar.

"¿Pero qué es esto?"

La sorpresa se la llevó el pobre niño a la hora de abrir los regalos en Navidad, pues aunque él esperaba el famoso videojuego, su abuelo, que había confundido los términos, le había envuelto una copia del 'Mein Kampf', el libro de Adolf Hitler que sirvió para expandir el nacionalsocialismo.

"Me ha dicho Mein Kampf". "Que no, papá, es Minecraft, un videojuego para niños"

Cierto es que la pronunciación es similar, pero lo que es increíble es que el abuelo no decidiera consultar a los padres del chaval para ver si creían que el libro de Hitler era la mejor de las lecturas para su hijo, que, por cierto, muestra una cara cuando abre el regalo impagable.

"Oh, là là, cuántos regalos", se escucha exclamar de fondo de uno de esos vídeos que todos hacemos con nuestros móviles: el momento de abrir los regalos en Navidad. Sin embargo, el final no es el esperado. El pequeño de la casa desenvuelve impacientemente uno de los paquetes, pero al ver lo que es (y no entender nada), la emoción se convierte en desinterés.

"¿Pero qué es esto?", se pregunta el padre, "pero es Minecraft lo que quería". El abuelo, con cara de circunstancias, replica: "Me ha dicho Mein Kampf". "Que no, papá, es Minecraft", repite con paciencia, "es un videojuego para niños". Y termina la retransmisión suspirando: "No me lo puedo creer...".

Es cierto que los abuelos muchas veces están un poco sordos y que no terminan de entender muy bien lo que les decimos. Si el que se dirige a ellos es un niño, el problema puede agravarse, ya que, en ocasiones, los más pequeños de la casa no pronuncian tan bien como cabría esperar o el uso de idiomas extranjeros no lo tienen demasiado bien asimilado.

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