Salvan a dos tortugas que habían sido unidas con un candado en el caparazón

Las formas de maltrato animal son tan impresionantes y diversas como la mente humana. Dos amigos que paseaban junto a un riachuelo se fijaron en que dos tortugas estaban unidas y que no se podían mover libremente. Pensaron en principio que se trataba de un plástico, de los millones que llegan cada día al agua, pero la verdad era mucho peor.

Uno de los jóvenes saltó la valla para acercarse al río y pudo rescatar a las dos tortugas. Cuando las tuvo en la orilla, lo que vio le hizo asombrarse aún más: habían taladrado un agujero en el caparazón de las tortugas para atarlas con una cadena y después habían colocado un candado para que estuvieran unidas de por vida.

El rescatador no daba crédito a lo que veía y pidió una navaja a su compañero para liberar a la primera tortuga. Después vio el agujero en el caparazón de la segunda, pudiendo retirar el candado y la cadena. Alguien se había tomado muchas molestias y hasta se había gastado el dinero en su fechoría.

Finalmente, y tal y como se ve en el vídeo que ha subido a su página de Facebook la organización The Dodo, el joven pudo liberar a los dos animales y devolverlos al río para que pudieran continuar con su vida tranquilamente.