El precioso pueblo medieval de Burgos que tienes que conocer este otoño: declarado Conjunto Histórico y con un recinto amurallado sobre un cerro

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Entre los paisajes dorados de la Ribera del Duero se alza una villa que parece detenida en el tiempo. Su silueta, visible desde la distancia, revela un recinto fortificado que corona un cerro rodeado de viñedos. Pocos viajeros saben que tras sus muros se esconde uno de los conjuntos medievales mejor conservados del sur de Burgos, un destino que combina historia, panorámicas únicas y el encanto rural más auténtico de Castilla y León.

Una fortaleza en lo alto de la Ribera del Duero

Se trata de Haza, una pequeña localidad declarada Conjunto Histórico que apenas supera la treintena de habitantes. Su origen se remonta al siglo X, cuando formó parte de la línea defensiva del río Duero, límite natural entre los reinos cristianos y las incursiones musulmanas. Construida sobre un cerro junto al Pico de Buitrera, su emplazamiento estratégico convirtió a la villa en un auténtico bastión militar durante la Edad Media. De aquella época aún se conservan restos de la muralla, las antiguas puertas de acceso y un castillo del que sobresale la Torre del Homenaje, restaurada recientemente y reconvertida en centro de interpretación para visitantes.

Durante siglos, este enclave fue un centinela del valle, vigilando desde sus almenas los movimientos enemigos. Las piedras de sus muros guardan episodios vinculados a figuras como el conde Gonzalo Fernández o la familia de los Lara, que reforzaron las defensas entre los siglos XII y XIII. La torre, de tres plantas unidas por escaleras encajadas en los muros, muestra saeteras, almenas y una robustez que habla de su antiguo esplendor. En el extremo sur aún pueden verse tramos bien conservados de la muralla, integrada hoy en las viviendas que se adosan a ella.

Entre iglesias, ermitas y panorámicas de ensueño

Otro de los grandes atractivos de Haza es la Iglesia de San Miguel Arcángel, un templo construido en la transición del románico al gótico que domina todo el conjunto desde la parte más alta. En su interior alberga un retablo del siglo XVI y un capitel románico reutilizado como pila de agua bendita, decorado con figuras híbridas y motivos vegetales. Desde su exterior se divisa una panorámica excepcional de la vega del Riaza y del paisaje vitivinícola de la Ribera del Duero. Completan el patrimonio dos pequeñas ermitas, la de Santa Juana y la de San Isidro, situadas a las afueras del núcleo urbano, que evocan la profunda tradición espiritual del lugar.

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Sara Castellanos

Además de su riqueza monumental, Haza ofrece al visitante una experiencia inmersiva entre historia, naturaleza y enoturismo. Integrada en la Ruta del Vino Ribera del Duero, esta villa medieval invita a recorrer sus callejuelas empedradas, degustar la gastronomía típica y disfrutar de la tranquilidad que solo ofrecen los pueblos que conservan su esencia. Pasear por sus murallas al atardecer o contemplar el horizonte desde su torre es revivir la historia de una tierra que fue frontera, fe y fortaleza. Este otoño, descubrir Haza es adentrarse en el corazón más auténtico de Burgos.