El Castillo de San Vicente de la Barquera, también conocido como Castillo del Rey, se alza sobre una colina frente al mar Cantábrico y ofrece una de las panorámicas más espectaculares del norte de España. Declarado Bien de Interés Cultural, este emblema de la villa cántabra conserva la esencia medieval entre murallas, torres y leyendas que parecen suspendidas en el tiempo, guardando intacto el espíritu marinero y el pasado defensivo que dieron forma a la villa.
Una fortaleza entre el mar y los Picos de Europa
Pocos lugares reúnen una ubicación tan privilegiada como este castillo, enclavado en pleno Parque Natural de Oyambre y custodiado por las marismas de la ría de Rubín y la ría de Pombo. Desde sus almenas se divisan los Picos de Europa, creando una estampa que parece extraída de una pintura. Situado en la puebla vieja de San Vicente de la Barquera, su silueta domina el casco histórico y narra siglos de historia que comienzan en la repoblación de Alfonso I de Asturias, hacia el siglo VIII.
El Castillo del Rey, origen de 1210, luce en lo alto de la puebla vieja, con el mar a sus pies y al fondo, los Picos de Europa, cubiertos de nieve. SAN VICENTE DE LA BARQUERA. #CANTABRIA#photography Antonio Ruiz, vía España en Fotografías@Apez140pic.twitter.com/5cwaDt5DWX
Su actual estructura, sin embargo, pertenece al siglo XIII, época en la que se consolidó como fortaleza defensiva. Más tarde, en el siglo XV, se añadieron torres y murallas con fines militares, aún visibles en el entorno de la Iglesia de Santa María de los Ángeles. Desde entonces, el castillo se ha mantenido como uno de los grandes ejemplos de arquitectura defensiva de Cantabria, restaurado en la década de 1990 para preservar su valor patrimonial y asegurar su conservación futura.
Un museo entre murallas y vistas de 360 grados
El Castillo del Rey sorprende por sus dimensiones contenidas: apenas 54 metros de largo por 20 de ancho. Se alza sobre una formación rocosa que acentúa su carácter imponente y permite disfrutar de unas vistas de 360 grados sobre la bahía de San Vicente, el mar Cantábrico y la villa marinera. En el interior, las antiguas estancias acogen hoy una exposición permanente con maquetas, manuscritos y objetos bélicos que permiten imaginar cómo era la vida medieval en esta localidad pesquera.
Los visitantes pueden recorrer su pasarela y las torres, una de planta cuadrada y otra pentagonal, cuyos muros de más de dos metros de grosor revelan el poder de su pasado. Además, su adaptación al relieve natural y los restos de bóvedas de cañón desaparecidas completan el retrato de una fortaleza que, durante un tiempo, incluso funcionó como prisión por orden de los Reyes Católicos.
Horarios y precios para visitar el Castillo del Rey
Quienes planeen visitar el Castillo del Rey este otoño deben tener en cuenta que el monumento permanece cerrado del 6 de enero al 22 de febrero, ambos inclusive. El resto del año, adapta su horario a la temporada. De octubre a diciembre, abre de martes a domingo, de 11:00 a 14:00 horas. En primavera —del 28 de marzo al 30 de junio— puede visitarse de 11:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:00 horas, mientras que en verano amplía su horario: en julio y agosto abre todos los días de 10:30 a 14:00 y de 16:30 a 20:00 horas. En septiembre, el horario es de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas, permaneciendo cerrado los lunes.
Durante Semana Santa —del 13 al 17 de abril— el castillo amplía su apertura, de 10:30 a 14:30 y de 16:30 a 20:30 horas (cerrando el martes 18). La taquilla cierra media hora antes del final de cada jornada y las entradas tienen un precio de 2 euros para adultos y 1 euro para menores, lo que convierte la experiencia en una de las visitas más accesibles y encantadoras de toda Cantabria.
Cómo llegar y qué ver en San Vicente de la Barquera
Llegar al Castillo de San Vicente de la Barquera es un viaje al corazón marinero de Cantabria. Desde el Puente de la Maza, también conocido como el Puente de los Deseos, —la entrada más tradicional al municipio— se accede a la puebla vieja por empinadas callejuelas que desembocan en lo alto del peñasco donde se levanta la fortaleza. El esfuerzo merece la pena: cada paso desvela una postal nueva, con el puerto, las playas y las barcas balanceándose entre mareas.
La visita puede completarse con otros monumentos de la villa, como la Iglesia de Santa María de los Ángeles o las ruinas del Convento de San Luis, además de saborear el clásico sorropotún —guiso marinero con bonito— en alguno de los restaurantes del puerto. A pocos minutos, las playas de Merón y San Vicente invitan a terminar el recorrido junto al mar, donde el sonido del Cantábrico se mezcla con la historia de una villa que sigue mirando al horizonte desde su castillo de cuento.
El Castillo de San Vicente de la Barquera, también conocido como Castillo del Rey, se alza sobre una colina frente al mar Cantábrico y ofrece una de las panorámicas más espectaculares del norte de España. Declarado Bien de Interés Cultural, este emblema de la villa cántabra conserva la esencia medieval entre murallas, torres y leyendas que parecen suspendidas en el tiempo, guardando intacto el espíritu marinero y el pasado defensivo que dieron forma a la villa.