La joya escondida de Galicia: sin un metro de costa, presume de ser la capital termal de España
La única capital de provincia sin costa de Galicia esconde un secreto bajo tierra: manantiales de agua caliente que brotan desde hace siglos y un casco antiguo donde la historia romana sigue viva entre sus calles
Una de las famosas termas en el centro de esta bonita ciudad. (Foto: iStock)
La única capital de provincia gallega sin mar presume de algo que muchos destinos costeros envidian: aguas que brotan calientes desde el subsuelo, historia romana a flor de piedra y un casco antiguo hecho para pasearlo sin prisas. La llaman la gran capital termal de Galicia y cada año suma devotos de sus baños.
Hablamos de Ourense. Las fuentes termales, con temperaturas que pueden rondar los 70 °C en algunos manantiales, forman parte del paisaje y de la vida cotidiana desde hace casi dos milenios. En pleno corazón histórico, As Burgas recuerda por qué esta ciudad se entiende mejor con el vapor: tres surgencias, una piscina pública donde el baño ronda los 40 °C y un centro interpretativo que explica el fenómeno.
La huella romana sigue latiendo en su puente más simbólico, el Ponte Vella, y en el propio nombre clásico de la ciudad, vinculado por unos a las “aguas abrasadoras” y por otros al oro (“Auria”) que los romanos explotaron en la zona. A orillas del Miño, a aquella ingeniería antigua se le suman hoy iconos modernos como el Ponte do Milenio, con pasarela peatonal para mirar la ciudad desde lo alto.
Historia de Ourense
La etapa romana levantó los cimientos: un campamento para proteger el puente estratégico sobre el Miño, termas para el descanso y un primer núcleo alrededor de las fuentes de As Burgas. De esa época arranca la relación íntima entre ciudad y agua caliente.
Tras la caída del Imperio llegaron los suevos y, más tarde, la etapa visigoda consolidó a Ourense como sede episcopal. Hubo incursiones árabes y normandas en el siglo X, pero el empuje de los obispos y la concesión de 1122 encauzaron el renacer medieval: se trazaron calles y plazas, se recuperó el puente y se levantó la Catedral de San Martiño.
Del Barroco al siglo XX, la villa alternó periodos de letargo con fases de expansión: la designación como capital provincial, la llegada del ferrocarril, el crecimiento a ambas orillas del Miño y la construcción de nuevos puentes terminaron de dibujar la ciudad actual, comercial, bien comunicada y orgullosa de su patrimonio.
Qué ver en Ourense
Ourense se saborea a fuego lento: callejuelas, plazas porticadas y puentes que invitan a mirar y pasear. Dos ideas antes de la ruta: trae bañador y toalla (las termas forman parte del plan) y calcula tiempos con calma; muchas visitas están a distancia de paseo.
@plandviajero ?✨ ¿Buscas una ciudad gallega con historia, termas y buen tapeo? Descubre Ourense, un destino que sorprende con su mezcla de arte románico y aguas termales. ✔️ Catedral de San Martiño: Pórtico do Paraíso con policromía original ? y la Capela do Santo Cristo ? ✔️ Santa Eufemia: fachada teatral barroca en pleno centro ⛪ ✔️ Plaza Mayor: corazón inclinado de la ciudad ?️ ✔️ As Burgas: manantiales a más de 60 °C ♨️? ✔️ Zona de Os viños: lacón, quesos y vino del Ribeiro ?? ✔️ Puente Romano & Puente del Milenio: historia y modernidad en un mismo paseo ? ? Ubicación: Ourense – Galicia (España) ? Información rápida: ✅ Ideal para conocerla en 1 día ✅ Perfecta combinación de cultura, relax y gastronomía ✅ Accesible a pie: todo está muy cerca ? ✅ Planazo para escapadas urbanas con encanto ? ? Tip: lleva bañador si quieres darte un chapuzón termal ?♨️ ? Guárdalo si estás planeando tu próximo PlanD por Galicia y compártelo con tu compi de escapadas ??✨ #ourense#galicia#viaje#plandviajero#escapadas♬ Motivation Guitar - eggTunes
El casco histórico se organiza en torno a la Catedral de San Martiñoy laPraza Maior, una plaza inclinada poco habitual en España. Entre una y otra irás enlazando iglesias barrocas, pazos, claustros y rincones con terrazas donde alargar la sobremesa. Estos son algunos de los lugares imprescindibles, que no te puedes perder si visitas esta bonita ciudad:
Catedral de San Martiño: templo románico (ss. XII-XIII) con ampliaciones posteriores. Dentro esperan el Pórtico do Paraíso (conserva policromía), el Cristo Románico y la Capilla Mayor.
Praza Maior: corazón porticado de la ciudad, presidido por la Casa do Concello; una de las pocas plazas mayores con suelo en pendiente.
As Burgas: conjunto termal urbano: fuentes históricas (una neoclásica, otra popular) y piscina pública en torno a 40 °C; el agua de los manantiales puede salir a más de 60 °C.
Ponte Vella y paseo del Miño: símbolo de Ourense, de origen romano y reconstrucciones medievales; al atardecer, el recorrido por la ribera es fotogénico.
Ponte do Milenio: inaugurado en 2001, su pasarela peatonal en espiral ofrece vistas a 20-22 metros de altura.
Claustro de San Francisco: el más completo de Galicia (s. XIV), con 63 arcos y capiteles decorados con figuras vegetales, animales y fantásticas.
Iglesia de Santa Eufemia y Rúa Lamas Carvajal: fachada barroca cóncava muy reconocible; junto a ella, el pazo de Oca Valladares (Liceo).
Plazas do Trigo, do Ferro y zona de 'Os Viños': terrazas, tapeo y ambiente. La tradición vinícola late en cuatro D.O. provinciales: Ribeiro, Valdeorras, Ribeira Sacra y Monterrei.
Mirador de San Francisco: vistas superiores del casco viejo y de la catedral, perfecto para orientarse.
Museo Municipal: pintura y escultura gallega en una casa renacentista del XVI; buena puerta de entrada al arte local.
Como cierre de ruta no olvides darte un buen baño. En la ribera del Miño se suceden áreas termales públicas como Chavasqueira (exteriores gratuitas) u Outariz, y centros privados con turnos de dos horas. Si prefieres quedarte dentro, As Burgas regala la escena más ourensana: vapor, piedra y silencio.
Qué ver en los alrededores
La provincia es generosa en escapadas. La Ribeira Sacra, compartida con Lugo, condensa monasterios como los de Santo Estevo oSanta Cristina, carreteras escénicas y miradores sobre los Cañones del Sil, donde la viticultura en bancales desafía la gravedad.
Como pueblos con encanto, están Allariz (piedra, río Arnoia y puentes) y Ribadavia (judería histórica y tradición Ribeiro) son apuestas seguras a menos de una hora. Si te queda tiempo, suma Castro Caldelas o una bodega en los valles del Sil y del Miño.
La única capital de provincia gallega sin mar presume de algo que muchos destinos costeros envidian: aguas que brotan calientes desde el subsuelo, historia romana a flor de piedra y un casco antiguo hecho para pasearlo sin prisas. La llaman la gran capital termal de Galicia y cada año suma devotos de sus baños.