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Descubre la ciudad olvidada de La Mancha: guarda tesoros únicos y sorprende a quienes se animan a visitarla
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Encanto oculto en La Mancha

Descubre la ciudad olvidada de La Mancha: guarda tesoros únicos y sorprende a quienes se animan a visitarla

Oculta entre llanuras, esta ciudad pasa desapercibida para la gran mayoría de viajeros. Sin embargo, sus plazas tranquilas, sus curiosos museos y su sorprendente historia la convierten en una joya discreta que merece ser descubierta

Foto: Puerta de Toledo, en esta ciudad machega poco visitada por el turista. (Foto: iStock)
Puerta de Toledo, en esta ciudad machega poco visitada por el turista. (Foto: iStock)

La capital manchega que muchos pasan por alto, pero que late con calma, sin aglomeraciones ni colas, y guarda un buen puñado de rincones que encajan a la perfección si decides realizar una escapada corta de fin de semana. Quien busca un viaje tranquilo, con historia y museos bien cuidados, aquí tiene premio.

Hablamos de Ciudad Real, la ciudad que no compite con otras capitales de provincia de Castilla-La Mancha como Toledo o Cuenca, pero que recompensa al viajero que se detiene. Nació como Villa Real en el corazón del Campo de Calatrava y hoy combina vida universitaria, servicios y una red de museos sorprendentes.

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Sin tener un súpermonumento iconográfico, sí ofrece piezas singulares y una Plaza Mayor con mucho carácter. Además, cuenta con un reloj carrillón de la Casa del Arco hace salir a Don Quijote, Sancho y Cervantes a ciertas horas, y en el Museo Provincial asoma el esqueleto de un mastodonte hallado en Las Higueruelas.

Cómo nació y creció Ciudad Real

En 1255, Alfonso X el Sabio fundó Villa Real a 9 km de Alarcos, sobre la aldea de Pozuelo Seco de Don Gil, para contrapesar la influencia de la Orden de Calatrava. Nació amurallada, con 130 torres y 7 puertas, y con una población diversa (cristianos, musulmanes y judíos), llegando a tener una de las juderías más importantes de Castilla.

El impulso político llegó en 1420, cuando Juan II le otorgó el título de ciudad por su apoyo frente a las órdenes militares. Después vivió un periodo de auge: Tribunal del Santo Oficio (1483) y Real Chancillería (1494) dejaron huella, seguida de una etapa de declive y, ya en 1691, la denominación de capital de La Mancha (cargo que ganaría y perdería con Almagro hasta que en 1833 quedó como capital de la nueva provincia).

El siglo XIX trajo los ferrocarriles (desde 1861) y edificios emblemáticos como el Gran Casino o el Palacio de la Diputación. En el XX se levantó el Ayuntamiento (1976). El salto moderno llegó con la UCLM (1985) y el AVE, que conectó la ciudad y afianzó su perfil de capital cómoda y habitable.

Qué ver en Ciudad Real

Dos ideas antes de empezar: el casco urbano se recorre con facilidad y todo está pensado para el paseo. Las distancias son cortas y los principales atractivos se agrupan en torno a la Plaza Mayor, que actúa como auténtico punto de referencia. Desde allí, en apenas unos minutos, se puede alcanzar la Catedral de Santa María del Prado, la Casa del Arco o los museos principales, sin necesidad de transporte.

Merece la pena tomarse la visita con calma, sin seguir una ruta rígida. Esta ciudad se disfruta caminando, observando sus detalles y descubriendo esculturas que aparecen en cualquier esquina, especialmente en el Parque de Gasset, un verdadero museo al aire libre con figuras de Cervantes, Don Quijote o Sancho Panza. Las fachadas decimonónicas del centro, los parques sombreados y las terrazas invitan a detenerse, tomar algo y dejar que el ritmo tranquilo de la ciudad haga el resto.

Imprescindibles con información útil:

  • Puerta de Toledo (s. XIV): vestigio de la muralla medieval; seis arcos y blasones recuerdan el pasado fortificado.
  • Catedral de Santa María del Prado: gótico tardío con elementos renacentistas y románicos con un interior sereno y gran retablo.
  • Iglesia de San Pedro: templo gótico (s. XIV–XV), bóvedas estrelladas. Allí está el sepulcro de Hernán Pérez del Pulgar, héroe de la Guerra de Granada.
  • Plaza Mayor y Casa del Arco: en pleno corazón urbano. Allí se encuentra el reloj carrillón (instalado en 2005) con personajes cervantinos que salen a horas fijadas.
  • Museo del Quijote (Biblioteca Cervantina): recorrido didáctico por la obra y su iconografía, con montajes que recrean una imprenta del XVII.
  • Museo Provincial: arqueología y paleontología con el Anancus arvernensis (mastodonte) y piezas iberas y romanas.
  • Antiguo Gran Casino (1887): hierro y decoración modernista; hoy espacio cultural.
  • Palacio de la Diputación (1892): edificio civil más monumental, con escalera y cúpula decoradas.
  • Real Casa de la Misericordia: hoy Rectorado de la UCLM, conserva claustros y un arco mudéjar hallado en 1991.
  • Museo López-Villaseñor: casa solariega del XV que acoge la obra del pintor y la memoria de Pérez del Pulgar.

Cierra la ruta un paseo vespertino por el parque de Gasset, auténtico museo al aire libre: del Monumento a Gasset a las figuras quijotescas, el parque permite entender la ciudad a través de su escultura pública.

Excursiones desde Ciudad Real

A 7 km, el Parque Arqueológico de Alarcos-Calatrava ayuda a comprender los orígenes: poblado ibérico, castillo, ermita del XIII y el recuerdo de la batalla de 1195. A 30 km, Almagro luce Plaza Mayor y Corral de Comedias, una visita clásica que nunca falla.

Si apetece naturaleza, a 43 km espera el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, humedal único en Europa y refugio de aves migratorias. Y a 50 km, el Parque Nacional de Cabañeros conserva uno de los grandes bosques mediterráneos. Si cuadran fechas, la berrea es puro espectáculo.

Muchos dicen que en Ciudad Real no hay nada que ver, pero si les das una oportunidad, seguro que te sorprende

Para amantes del vino, Valdepeñas, una de las denominaciones de origen históricas, combina bodegas visitables y un casco articulado en torno a la Plaza Mayor. Su molino es emblema local y guiño perfecto al paisaje manchego.

La capital manchega que muchos pasan por alto, pero que late con calma, sin aglomeraciones ni colas, y guarda un buen puñado de rincones que encajan a la perfección si decides realizar una escapada corta de fin de semana. Quien busca un viaje tranquilo, con historia y museos bien cuidados, aquí tiene premio.

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