La preciosa villa que tienes que visitar sí o sí en Salamanca: en la frontera con Portugal, con un bonito castillo y un curioso nombre
Entre montañas y murallas, esta villa salmantina guarda siglos de historia y una herencia fronteriza que aún se respira en cada rincón. Un destino con carácter medieval, tradiciones vivas y un encanto rural que conquista a todo el que la visita
La preciosa villa que tienes que visitar sí o sí en Salamanca. (Turismo de Castilla y León)
En el extremo occidental de la provincia de Salamanca, muy cerca de la frontera con Portugal, se encuentra una de esas villas que conservan intacta la huella del pasado medieval y el espíritu fronterizo que marcó su historia. Su trazado amurallado, su castillo sobre un promontorio y el sosiego de sus calles empedradas la convierten en un destino imprescindible para quienes buscan viajar en el tiempo entre murallas, tradiciones y paisajes naturales únicos en los Arribes del Duero.
Se trata de San Felices de los Gallegos, una villa con un nombre tan curioso como su historia, que fue portuguesa y castellana a lo largo de los siglos. Situada en plenoParque Natural de Arribes del Duero, fue fortificada durante la Edad Media por el rey Dionisio I de Portugal, quien ordenó construir su castillo y levantar murallas que aún hoy pueden recorrerse en algunos tramos. Este recinto, con su torre del homenajedel siglo XV y sus defensas abaluartadas del XVII, es uno de los conjuntos medievales mejor conservados del occidente salmantino. De hecho, su casco antiguo está declarado Bien de Interés Cultural por su relevancia patrimonial y su singular urbanismo fronterizo.
Entre murallas, tradiciones y patrimonio vivo
En el interior del recinto intramuros, el viajero descubre tesoros como laiglesia de Nuestra Señora entre Dos Álamos, de origen románico con transformaciones góticas y renacentistas, o elAyuntamiento del siglo XVI, junto a casas señoriales blasonadas que evocan la nobleza rural castellana. También destacan el Convento de la Pasión, con su elegante portada renacentista esculpida en granito, y la Ermita del Rosario, fundada en el siglo XVIII bajo la advocación de Nuestra Señora de la Luz. Todo ello conforma un conjunto arquitectónico que refleja siglos de historia y la importancia estratégica que esta localidad tuvo como punto de unión —y de disputa— entre reinos.
@oeste.salmantino Si hay un lugar en el oeste salmantino que merece ser contado, es el Castillo de San Felices de los Gallegos . 📍 Esta fortaleza fronteriza tiene más de 700 años de historia y ha sobrevivido a guerras, saqueos… ¡y hasta un intento de desmontarlo piedra a piedra para llevarlo a Estados Unidos! 😱 Construido a finales del siglo XIII por el rey portugués Don Dionis , formó parte de una compleja defensa con murallas de distintas épocas: 🛡 La Cerca Vieja , con cubos cuadrangulares del siglo XII y XIII. 🛡 El Castillo , con su imponente Torre del Homenaje , reconstruida en 1476. 🛡 La fortificación del siglo XVIII , con su muralla en forma de estrella. A lo largo de los siglos, el castillo pasó de manos portuguesas a castellanas en 1326, perteneció a los Duques de Alba y, durante la Guerra de la Independencia , fue ocupado por los militares. 📌 Imprescindible si visitas San Felices de los Gallegos. 📌 Consejo: Recorre las murallas y sube a la Torre del Homenaje. ¡Las vistas no tienen precio! 🌅 ¿Lo has visitado alguna vez? #OesteSalmantino#SanFelicesDeLosGallegos#HistoriaViva#DescubreElOesteSalmantino#Abadengo#Cylesvida#turismorural#salamancarural♬ sonido original - Descubre el Oeste Salmantino
Más allá de su patrimonio, San Felices de los Gallegos conserva un fuerte sentimiento de identidad. Prueba de ello es la Fiesta del Noveno, declarada de Interés Turístico Regional, que conmemora la abolición de un antiguo impuesto feudal que los vecinos pagaban a la Casa de Alba. A día de hoy, el visitante puede pasear por sus calles empedradas, contemplar la solidez de sus muros y disfrutar de su gastronomía local, donde destacan las carnes de raza morucha, el cordero churro y los vinos de los Arribes. Una villa fronteriza que, entre historia, tradición y paisaje, se mantiene como uno de los secretos mejor guardados de Salamanca.
En el extremo occidental de la provincia de Salamanca, muy cerca de la frontera con Portugal, se encuentra una de esas villas que conservan intacta la huella del pasado medieval y el espíritu fronterizo que marcó su historia. Su trazado amurallado, su castillo sobre un promontorio y el sosiego de sus calles empedradas la convierten en un destino imprescindible para quienes buscan viajar en el tiempo entre murallas, tradiciones y paisajes naturales únicos en los Arribes del Duero.