La preciosa cascada que tienes que ver una vez en la vida en Galicia: a los pies de un castillo medieval y sin tener que andar mucho

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Entre los paisajes más sorprendentes de Galicia se encuentra un rincón donde el murmullo del agua y la historia se dan la mano. En un entorno natural de gran belleza, esta cascada gallega invita a detenerse, escuchar y disfrutar del sonido del río que la alimenta, todo ello bajo la imponente silueta de un castillo medieval que domina el valle. El acceso es sencillo, sin necesidad de recorrer largas distancias, lo que la convierte en un destino ideal para quienes buscan naturaleza, tranquilidad y un toque de misterio histórico.

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Sara Castellanos

Un tesoro en San Sadurniño

Esta maravilla natural es la Fervenza de Naraío, situada en el municipio de San Sadurniño, en la provincia de A Coruña. Se encuentra literalmente a los pies del Castillo de Naraío, una fortaleza del siglo XIV vinculada a la casa de los Andrade. El río do Castro, afluente del Xuvia, se precipita aquí formando un salto de agua de entre seis y ocho metros de altura, un espectáculo que cambia con las estaciones. Durante el otoño y la primavera, cuando el caudal es mayor, la caída se muestra en todo su esplendor, rodeada de vegetación y helechos.

El acceso hasta la cascada no requiere un gran esfuerzo físico. Desde el entorno del castillo se puede descender por un sendero de tierra que bordea el valle y conduce directamente hasta el salto de agua. El camino, aunque no está muy señalizado, se adivina gracias al sonido del río y a la intuición del visitante. Quienes prefieran un recorrido más largo pueden continuar por la ruta del río Castro, que atraviesa un paraje de molinos antiguos y pequeñas pozas naturales.

El Castillo de Naraío se alza sobre una roca a 400 metros de altitud, ofreciendo unas vistas espectaculares del valle. Su planta irregular, con doce lados y una torre del homenaje cuadrada, conserva el carácter robusto de la arquitectura medieval gallega. Declarado Bien de Interés Cultural, este conjunto histórico y la cascada que brota a sus pies forman una de las imágenes más bellas de Ferrolterra. Visitar este enclave es adentrarse en una Galicia que combina patrimonio, paisaje y serenidad en un mismo destino.