La ciudad española asequible que parece un cuento de hadas y que ahora los británicos piden visitar: una joya ideal para ir en otoño
Con su mezcla de historia, juventud y una arquitectura que parece sacada de un lienzo, esta ciudad se ha convertido en el nuevo destino soñado por los británicos
Hay destinos que parecen detenidos en el tiempo. Lugares donde la piedra se tiñe de luz cálida al atardecer y las calles invitan a perderse sin parar a mirar la hora. Este rincón del noroeste de España, de aire universitario, ha enamorado recientemente a los lectores británicos. De hecho, el diario The Times lo ha incluido entre los lugares europeos más recomendables para visitar en otoño y definiéndolo “un cuento de hadas asequible” que combina historia, belleza y gastronomía sin exigir grandes presupuestos.
Esa ciudad de cuento es Salamanca, una joya donde cada fachada parece narrar siglos de sabiduría. Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es un destino que cautiva tanto a los que viajan por primera vez como a quienes vuelven atraídos por su atmósfera mágica. La publicación británica destaca su “casco antiguo de arenisca color miel, repleto de callejuelas adoquinadas y plazas que se iluminan con un brillo dorado al caer el sol”, un espectáculo que cobr. y la ciudad muestra su mejor cara.
(Fuente: iStock)
El corazón de Salamanca late en su universidad, la más antigua de España y una de las más prestigiosas de Europa. Pasear por sus claustros es adentrarse en siglos de pensamiento, con ecos de Fray Luis de León o Miguel de Unamuno, aun flotando entre las columnas. Los visitantes, por supuesto, no pueden resistirse al juego de buscar la famosa rana esculpida sobre una calavera en la fachada plateresca, símbolo de buena suerte para los estudiantes.
A pocos pasos, la Plaza Mayor se convierte en el gran salón de la ciudad. Construida en el siglo XVIII, es uno de los espacios barrocos más impresionantes del continente. Tomar un café bajo sus soportales y ver cómo los salmantinos conversan sin prisa es, probablemente, la mejor manera de entender la asencia de este lugar.
No hay otra ciudad en España con dos catedrales unidas. La Vieja, de estilo románico, y la Nueva, con influencias góticas y barrocas, conviven pared con pared como un libro abierto sobre la historia del arte. Los visitantes más curiosos pueden subir a sus torres gracias a la exposición Ieronimus, una experiencia que permite recorrer pasillos elevados, descubrir gárgolas y disfrutar de una panorámica inolvidable del casco histórico y los tejados dorados que dominan el horizonte.
En el recorrido por la ciudad también destaca el Convento de San Esteban, con su fachada exuberante y su claustro gótico-renacentista, y la Casa de las Conchas, uno de los edificios más fotografiados de Salamanca por las cientos de vieiras que adornan su fachada. Muy cerca, la Casa Lis —actual Museo de Art Nouveau y Art Déco— sorprende con sus vidrieras de colores, su colección de objetos de la Belle Époque y una cafetería que, según The Times, sirve uno de los cafés más bonitos de Europa.
Salamanca es una ciudad compacta, caminable y fotogénica, donde todo está a pocos minutos a pie y cada rincón parece una postal. En otoño, el clima fresco invita a recorrerla sin agobios y a disfrutar de los matices dorados de sus fachadas, que cambian con la luz del día.
Los británicos la consideran, además, un destino asequible. Las entradas a sus monumentos son baratas y la oferta gastronómica no tiene rival. Desde el tradicional hornazo —una empanada rellena de embutidos— hasta el jamón ibérico de Guijuelo, cada bocado refleja el alma de la zona. Y es que tapear en una tasca del centro y acompañar el plato con un vino de la tierra es una de las experiencias más auténticas que se pueden vivir.
Hay destinos que parecen detenidos en el tiempo. Lugares donde la piedra se tiñe de luz cálida al atardecer y las calles invitan a perderse sin parar a mirar la hora. Este rincón del noroeste de España, de aire universitario, ha enamorado recientemente a los lectores británicos. De hecho, el diario The Times lo ha incluido entre los lugares europeos más recomendables para visitar en otoño y definiéndolo “un cuento de hadas asequible” que combina historia, belleza y gastronomía sin exigir grandes presupuestos.