El desconocido pueblo de Castilla y León que tienes que descubrir: un bonito lugar con un puente de piedra medieval y atravesado por un canal

• Tienes que verlo sí o sí: este pueblo de Castilla y León ya es uno de los más bonitos de España
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Un puente de piedra, el rumor del agua y un paisaje que parece detenido en el tiempo. En el corazón de Castilla y León, un pequeño pueblo conserva intacta su esencia entre los valles de la Montaña Palentina. Sus calles empedradas, su arquitectura de piedra y su entorno natural lo convierten en un lugar perfecto para los amantes del turismo rural en plena naturaleza.

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Sara Castellanos

Un pueblo de piedra atravesado por el río Pisuerga

Este encantador municipio no es otro que Salinas de Pisuerga, una localidad de Palencia que respira historia a orillas del río que le da nombre. Su puente medieval de nueve arcos es uno de los símbolos más reconocibles de la villa, construido en el siglo XVI y convertido hoy en una de las postales más bellas de la comarca. Junto a él se levanta la iglesia de San Pelayo, un templo de piedra rojiza y blanca con una imponente torre de cuatro cuerpos que da la bienvenida a quienes recorren el Camino Olvidado hacia Santiago de Compostela, una ruta jacobea de enorme valor histórico que atraviesa el municipio.

El puente, además de su valor patrimonial, ofrece una de las vistas más pintorescas del lugar, donde el agua, los prados y las montañas se funden en un paisaje de calma. A sus pies discurre también un canal que en su día alimentaba el antiguo molino del pueblo, recordando la importancia del agua como motor económico y vital de estas tierras. Pasear por su entorno es adentrarse en una postal viva, donde el sonido del Pisuerga acompaña cada paso y los visitantes encuentran un área de descanso con bancos y mesas, ideal para disfrutar del entorno natural.

Columpio y naturaleza en la Montaña Palentina

En el patrimonio de Salinas de Pisuerga también destaca la ermita románica de Santa María de Quintanahernando, situada a orillas del Embalse de Aguilar y rodeada de un paisaje de colinas y bosques. Su portada apuntada y sus capiteles decorados con motivos geométricos y vegetales son un ejemplo de la sobriedad y elegancia del románico palentino. Muy cerca, los embalses de Aguilar y Cervera invitan a disfrutar de rutas, paseos o momentos de relax junto al agua.

En lo alto del pueblo, un enorme columpio invita a contemplar la inmensidad de la Montaña Palentina, ofreciendo la sensación de volar sobre valles, ríos y montes mientras el paisaje se despliega ante los sentidos como una postal viva.