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El mayor misterio de Lugo está en esta iglesia: debajo de sus cimientos se encontró un templo romano
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Una joya única del patrimonio gallego

El mayor misterio de Lugo está en esta iglesia: debajo de sus cimientos se encontró un templo romano

A las afueras de Lugo se esconde un enigma arqueológico que ha desconcertado a expertos durante más de un siglo. Un descubrimiento fortuito reveló bajo tierra una construcción que aún hoy guarda secretos

Foto: El mayor misterio de Lugo está en esta iglesia. (Deputación de Lugo)
El mayor misterio de Lugo está en esta iglesia. (Deputación de Lugo)

A pocos kilómetros de la ciudad de Lugo se encuentra uno de los grandes enigmas arqueológicos de Galicia. Un hallazgo fortuito, realizado hace más de un siglo bajo los cimientos de una modesta ermita rural, reveló la existencia de una construcción de origen romano que aún hoy sigue desconcertando a los investigadores. Lo que parecía una simple deficiencia estructural terminó por convertirse en uno de los descubrimientos más fascinantes de la historia antigua de España, un espacio enigmático que ha desafiado toda clasificación clara.

Un hallazgo fortuito que cambió la historia

El protagonista de esta historia es el templo oculto bajo la iglesia de Santa Eulalia de Bóveda, situado en la parroquia de Santalla de Bóveda de Mera, a solo 14 kilómetros de Lugo. En 1914, el párroco José María Peinado descubrió por casualidad que el suelo de la iglesia cedía bajo sus pies. Al investigar, halló una estancia subterránea abovedada con tres naves y una piscina central, decorada con frescos de aves y motivos vegetales. Desde entonces, arqueólogos y expertos han debatido su origen, atribuyéndolo al siglo III, en pleno esplendor del Imperio romano. Su singularidad arquitectónica, unida a la mezcla de símbolos paganos y cristianos, ha hecho de este santuario un unicum dentro del patrimonio hispano-romano.

Los estudios coinciden en que este conjunto monumental pudo ser un templo dedicado a Cibeles o Mitra, según National Geographic, donde se practicaban rituales de sacrificio como los taurobolios, comunes en el mundo romano. La piscina habría servido para recoger la sangre de los animales sacrificados, aunque más tarde se reutilizó como baptisterio cristiano. Según las tesis más recientes, como recoge la Diputación de Lugo, podría haber sido un posible templo funerario dedicado en honor a Dionisio.

Esta superposición de cultos ha sido interpretada como un símbolo de continuidad entre las religiones paganas y el cristianismo primitivo, un rasgo poco común en el panorama arqueológico de la península ibérica. Los bajorrelieves de la fachada, con figuras danzantes y personajes que sostienen guirnaldas, continúan generando debate sobre su significado y época exacta.

El conjunto fue dado a conocer oficialmente en 1926, declarado Monumento Nacional en 1931 y más tarde Bien de Interés Cultural en 1996. Hoy, lo que puede visitarse corresponde al nivel inferior del edificio original, pues la parte superior desapareció tras su conversión en iglesia cristiana y las reformas del siglo XVIII. Aun así, conserva frescos romanos de gran valor artístico, con aves y motivos vegetales que decoran sus muros abovedados. Santa Eulalia de Bóveda sigue siendo, más de cien años después de su hallazgo, un lugar donde la arqueología y el misterio se dan la mano, y donde cada visita invita a descubrir un fragmento oculto de la historia de Lugo.

A pocos kilómetros de la ciudad de Lugo se encuentra uno de los grandes enigmas arqueológicos de Galicia. Un hallazgo fortuito, realizado hace más de un siglo bajo los cimientos de una modesta ermita rural, reveló la existencia de una construcción de origen romano que aún hoy sigue desconcertando a los investigadores. Lo que parecía una simple deficiencia estructural terminó por convertirse en uno de los descubrimientos más fascinantes de la historia antigua de España, un espacio enigmático que ha desafiado toda clasificación clara.

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