Uno de los castillos mejor conservados de España está en Castilla-La Mancha: Monumento Histórico-Artístico y con forma de estrella

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En el corazón de Castilla-La Mancha se alza una fortaleza que parece detenida en el tiempo, una joya de la arquitectura militar que conserva intacta su esencia medieval. Desde la distancia, sus murallas, torreones y formas geométricas despiertan la curiosidad de quienes buscan descubrir los secretos mejor guardados de la historia española. Considerado uno de los castillos mejor conservados del país, este enclave es hoy un referente del turismo cultural y patrimonial en la región.

Un castillo con forma de estrella y seis siglos de historia

Se trata del Castillo de Belmonte, en la provincia de Cuenca, una construcción del siglo XV que destaca por su singular planta estrellada y por su excelente estado de conservación. Fue mandado edificar en 1456 por Don Juan Pacheco, primer marqués de Villena, siguiendo las trazas de arquitectos como Hanequín de Bruselas o Juan Guas, maestros del estilo gótico-mudéjar. Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931 y reconocido como Bien de Interés Cultural, su estratégica ubicación en el cerro de San Cristóbal permite dominar el horizonte manchego y ofrece una vista inigualable de la villa de Belmonte. Su estructura, de nueve lados con torreones en los vértices, fue concebida con una finalidad defensiva y estética, convirtiéndose en una de las fortalezas más innovadoras de su tiempo.

Durante el siglo XIX, la emperatriz Eugenia de Montijo, descendiente del marqués de Villena y esposa de Napoleón III, acometió una profunda restauración que transformó el castillo en una elegante residencia palaciega. Gracias a esta intervención, el edificio combina el carácter militar del medievo con el refinamiento del neogótico francés. Entre sus estancias más destacadas se encuentran el Salón de Embajadores, la capilla octogonal decorada con mocárabes policromados y los dormitorios cubiertos con artesonados mudéjares. Esta fusión de estilos convierte al castillo en un auténtico testimonio de la evolución artística y social de España a lo largo de seis siglos.

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Un viaje en el tiempo para los visitantes

En la actualidad, el Castillo de Belmonte está completamente restaurado y abierto al público como museo. Los visitantes pueden recorrer sus salas mediante una visita guiada o con audioguía y disfrutar de experiencias inmersivas como las visitas teatralizadas o las Noches del Misterio, que llenan de vida sus muros cada verano. Además, el recinto acoge torneos de combate medieval, recreaciones históricas y exposiciones permanentes, lo que lo convierte en un referente del turismo cultural de Castilla-La Mancha. Caminar por sus galerías, admirar sus vistas y escuchar las historias que encierran sus piedras es una forma de revivir, paso a paso, la historia viva de uno de los castillos más emblemáticos de España.