El impresionante cañón escondido en Canarias: parece de otro planeta y enamora a senderistas

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Entre los secretos mejor guardados de Fuerteventura se esconde un paisaje que parece sacado de otro planeta. Lejos del bullicio costero y de las playas doradas que han hecho famosa a la isla, se abre paso un enclave natural donde el tiempo, el viento y el mar dejaron una huella indeleble. Sus paredes de arena fosilizada, moldeadas por siglos de erosión, convierten este rincón en un auténtico oasis para los amantes del senderismo y la fotografía.

Este tesoro geológico lleva por nombre Barranco de los Enamorados, aunque también es conocido como Barranco de los Encantados. Situado al norte de la isla, cerca del municipio de La Oliva y no muy lejos de El Cotillo, este cañón sorprende a quienes se aventuran por sus sendas. Su aspecto ondulado, sus tonos dorados y su atmósfera casi lunar lo convierten en uno de los lugares más singulares de Canarias.

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Además de su belleza, este barranco esconde leyendas románticas, fósiles marinos y vestigios del pasado volcánico de la isla. No es un destino masificado ni fácil de encontrar, y precisamente por eso mantiene su esencia intacta, invitando a perderse entre sus formaciones naturales y su historia milenaria.

El origen del Barranco de los Enamorados

El origen del Barranco de los Enamorados se remonta a unos 135.000 años atrás, cuando una regresión marina dejó al descubierto antiguos fondos oceánicos. Las arenas que antes dormían bajo el Atlántico fueron empujadas por los vientos alisios y terminaron rellenando antiguos cauces, dando forma a estas dunas fosilizadas que hoy asombran por sus texturas y relieves.

Durante los periodos de intensa actividad volcánica, la isla cambió drásticamente. Las erupciones en el norte, junto a los volcanes de Bayuyo, modificaron el paisaje y desplazaron la línea de costa, dejando al descubierto este cañón que se extendía bajo el mar. A lo largo de los milenios, la erosión del viento y el agua esculpió figuras caprichosas que parecen obra de un escultor invisible.

En sus paredes aún pueden verse restos del pasado: fósiles marinos, raíces petrificadas e incluso restos de aves extinguidas. Esta mezcla de arena marina y material volcánico hace del barranco un enclave de gran valor científico y paisajístico, considerado una reliquia del Pleistoceno medio.

El nombre de este rincón también tiene su propia historia. Por un lado, se dice que el término “Encantados” procede de un fenómeno atmosférico que los aborígenes mahos llamaban “Bayuyo”, una niebla que se forma en los solsticios y que ellos creían que eran los espíritus de sus antepasados. Por otro, el apodo de “Enamorados” nació siglos más tarde, cuando parejas de Tindaya y El Cotillo lo escogían como refugio secreto para sus encuentros románticos.

Cómo llegar, la ruta y recomendaciones

Visitar el Barranco de los Enamorados requiere cierta planificación, pero el esfuerzo merece la pena. El acceso más sencillo parte desde El Cotillo o La Oliva, tomando una pista de tierra que conduce hacia la playa de Esquinzo. Desde allí, el sendero de unos seis kilómetros se adentra entre paredes de arena fosilizada y formas que recuerdan a animales o figuras humanas. Se trata de una ruta circular, sin demasiada dificultad técnica, ideal para quienes buscan disfrutar de un paisaje singular lejos de las aglomeraciones.

Quienes prefieran explorar otras alternativas pueden hacerlo desde la Cañada Melián, una ruta que conecta con la cabecera del barranco y ofrece vistas espectaculares del entorno. En ambos casos, se recomienda comenzar temprano para evitar las horas de más calor, ya que apenas hay zonas de sombra.

El camino está señalizado de forma irregular, por lo que conviene llevar un mapa o seguir alguna ruta publicada en plataformas como Wikiloc. También es importante equiparse bien: calzado cómodo, gorra, agua abundante, protector solar y algo de comida ligera. Si no se dispone de vehículo propio, existen excursiones guiadas que incluyen transporte y explicaciones sobre la geología y las leyendas del lugar.

En el Barranco de los Enamorados, la naturaleza y las historias de amor parecen fundirse para siempre

Recorrer este barranco no solo es un paseo por un paisaje insólito, sino un viaje al pasado de la Tierra y a las tradiciones más profundas de Fuerteventura. Entre arenas fósiles y ecos del viento, el visitante entiende por qué este cañón se ganó un nombre tan poético: el Barranco de los Enamorados, donde la naturaleza y las historias de amor parecen fundirse para siempre.