El desconocido pueblo blanco andaluz que tienes que descubrir en otoño: junto a un Bosque de Cobre y con calles decoradas con croché de colores

• Adiós a la pereza: los senderos más sencillos para alcanzar las cumbres más altas en Andalucía
• Sigue a El Confidencial en Google Discover para enterarte de todas las noticias

Pueblo blanco andaluz, calles empinadas y un mar de castaños que en otoño se tiñe de ocres: así se presenta un destino del Valle del Genal, en plena Serranía de Ronda, perfecto para una escapada tranquila. Entre sendas de bosque conocidas como Bosque de Cobre y rincones decorados con croché de colores, este enclave de Málaga seduce por su patrimonio humilde, su tradición castañera y su ambiente sosegado. Un lugar donde la fotografía manda, el paseo es pausado y la autenticidad de lo rural se palpa en cada esquina.

Ese lugar es Pujerra, a 770 metros de altitud en el Alto Genal. Su trazado andalusí, de calles estrechas y serpenteantes, se engalana con piezas de ganchillo que dan vida a balcones y plazas —un museo al aire libre impulsado por la Asociación de Mujeres 'La Alegría Pujerreña' y el escultor Ricardo Dávila. Rodeado por castañares centenarios, el pueblo invita a caminar sin prisa para descubrir fachadas con historia y miradores naturales. En temporada otoñal, el cromatismo del valle convierte la visita en una experiencia sensorial única.

El bosque de castaños del entorno, corazón del llamado Bosque de Cobre, ofrece el gran espectáculo entre mediados de octubre y principios de noviembre; conviene elegir días laborables para evitar aglomeraciones. A las afueras, el monumental Castaño Abuelo —a unos 400 metros del casco urbano— resume la longevidad de estos árboles. En el centro, la Iglesia del Espíritu Santo, del siglo XVI, destaca por su campanario barroco construido en una esquina; completan la ruta la ermita de San Antonio de Padua, el busto del rey Wamba en la Placilla Vieja y el Museo de la Castaña. Para senderistas, la subida al monte Guaitará (958 m) y los caminos de la Ruta de Fray Leopoldo conectan con Alpandeire, Júzcar o Igualeja.

La identidad pujerreña gira en torno a la recolección del fruto y a celebraciones como la Fiesta de la Castaña, con 'tostones' y música popular. La mesa mantiene el pulso serrano: castaña pilonga en guisos y postres, gazpacho caliente, migas y la clásica olla de garbanzos; para brindar, mosto y mistela. Pasear entre castañares, fotografiar las calles decoradas con croché y detenerse en miradores del Valle del Genal son planes imprescindibles para entender por qué Pujerra se ha convertido en uno de los destinos más atractivos del otoño en Málaga, sin perder su carácter sereno y su encanto de pueblo blanco.