El Castro sumergido que se oculta bajo el Miño: una centenaria fortaleza que a veces sale a flote
Entre las aguas de un embalse gallego se esconde un vestigio ancestral que solo muestra su silueta cuando el caudal desciende. Un lugar cargado de historia que aún hoy sigue despertando mucha curiosidad
El Castro sumergido que se oculta bajo el Miño. (Wikipedia/Bene Riobó)
En las profundidades de un embalse gallego se ocultan los vestigios de una fortaleza centenaria que durante siglos resistió invasiones, guerras y el paso del tiempo. Un enclave que emerge solo en determinadas épocas del año, cuando las aguas retroceden y dejan al descubierto uno de los lugares más enigmáticos de la Ribeira Sacra.
Una fortaleza de leyenda que emerge del río Miño
Se trata del Castro Candaz, un antiguo poblado fortificado situado enChantada, en la provincia de Lugo. Este enclave prerromano, asentado sobre un promontorio rodeado casi por completo por el río Miño, permaneció durante siglos como un bastión inexpugnable gracias a su posición natural. Su acceso, limitado a un único paso terrestre, lo convirtió en un refugio seguro para sus habitantes. Según la tradición, fue fundado por el cónsul romano Lucio Cambero, quien se retiró a este lugar tras ser derrotado por las tribus indígenas.
Durante la Edad Media, el castro se transformó en una fortaleza defensiva que alcanzó un notable protagonismo histórico. Las crónicas relatan que resistió los ataques vikingos que arrasaron la comarca de Chantada, mientras la nobleza local se refugiaba entre sus murallas hasta ser socorrida por las tropas del rey Ramiro I de Asturias. Esta gesta, entre la historia y la leyenda, otorgó al enclave un halo heroico que ha perdurado en el imaginario gallego durante generaciones.
El destino delCastro Candazcambió con la construcción del embalse de Belesar en la década de 1960. El gran proyecto hidroeléctrico, impulsado por la antigua Fenosa, inundó miles de hectáreas de tierras fértiles, aldeas y monumentos, entre ellos esta fortaleza. Desde entonces, el castro permanece sumergido durante buena parte del año, emergiendo solo cuando el nivel del embalse desciende por debajo del 25% de su capacidad.
Cuando esto sucede, el visitante puede acceder a pie desde la aldea deXillán, atravesando viñedos y bosques autóctonos hasta alcanzar el enclave. Allí, los restos de murallas y cimientos recuerdan su pasado de esplendor, envuelto en leyendas sobre supuestos tesoros ocultos y pasadizos subterráneos anegados por las aguas. Hoy, contemplar cómo esta fortaleza asoma entre las aguas del Miño es presenciar un espectáculo natural e histórico único en Galicia, un testimonio vivo de la memoria sumergida de la Ribeira Sacra.
En las profundidades de un embalse gallego se ocultan los vestigios de una fortaleza centenaria que durante siglos resistió invasiones, guerras y el paso del tiempo. Un enclave que emerge solo en determinadas épocas del año, cuando las aguas retroceden y dejan al descubierto uno de los lugares más enigmáticos de la Ribeira Sacra.