La ruta imprescindible para los amantes de 'Amanece que no es poco': viaja a la Sierra del Segura y descubre tres pueblos de película
La Sierra del Segura, en Albacete, atesora tres pueblos convertidos en mito cinematográfico gracias a 'Amanece que no es poco'. Aýna, Liétor y Molinicos conforman la 'ruta amanecista' que aún conserva la magia de José Luis Cuerda
Vista aérea desde Aýna en Albacete. (Foto: turismoayna.es)
La Sierra del Segura, en Albacete, guarda un secreto que une a tres pueblos por sus paisajes y por el cine. Aýna, Liétor y Molinicos saltaron a la fama tras el rodaje de Amanece que no es poco, una de las películas españolas más singulares. José Luis Cuerda, el director y también albaceteño, grabó esta obra sin igual en estos parajes durante el verano de 1988.
Convertida en un clásico de culto, Amanece que no es poco sigue sumando devotos 'amanecistas' a pesar de los años transcurridos desde su filmación. Su humor surruralista y su tono irreverente explican por qué muchos viajeros llegan a estos pueblos con los diálogos en la punta de la lengua. El filme funciona como un western a la manchega: unos forasteros llegan a un pueblo y allí puede pasar de todo. Misas llenas hasta la bandera, tabernas con ópera, discusiones sobre el libre albedrío o Faulkner… y un reparto coral que el propio Luis García Berlanga calificó como “el mejor de la historia del cine español”.
Desde entonces, sus calles, ermitas y plazas no solo respiran historia serrana, también laten al ritmo de escenas surrealistas que conquistaron a toda una legión de seguidores. Debido a ese interés, en 2010 se creó la 'Ruta amanecista' donde los turistas pueden visitar el Mirador del Diablo, la Vespa con sidecar, así como un Centro de Interpretación, con paradas clave como la ermita de Belén y paisajes impresionantes de la Sierra del Segura.
Ruta amanecista por Aýna, Liétor y Molinicos
La Junta de Castilla-La Mancha inauguró en 2010 una ruta temática señalizada en los tres pueblos donde se filmó la película. El itinerario incluye paneles informativos, conjuntos escultóricos y un Centro de Interpretación. Además, cada primavera, desde 2011, la 'Quedada Amanecista' reúne a seguidores de toda España para recorrer estas localizaciones de la llamada “Suiza manchega”, entre gargantas y miradores del río Mundo.
Aýna, el corazón de la película: enclavado en un valle espectacular, concentra el mayor número de escenas. Tu primera parada debería ser el Mirador del Diablo, aquel amanecer final que asoma sobre las paredes rocosas. A la entrada del pueblo, el mirador de Rodea Grande luce la Vespa con sidecar de Jimmy y Teodoro. Por las calles empinadas reconocerás la taberna donde suena ópera, el huerto de las calabazas, el “semillero de hombres” o la clase de Don Roberto. En la calle Mayor 10 te espera el Centro de Interpretación, instalado en la antigua ermita de los Remedios, con artesonado mudéjar y recuerdos del rodaje. Consejo práctico: déjate llevar por las cuestas; los paneles te van guiando escena a escena y no es raro que algún vecino te cuente una anécdota de aquel verano.
@todorutas ?AYNA ? LA SUIZA MANCHEGA ??⛰️ ✅Pocos pueblos de Albacete son tan completos y mágicos como esta pequeña población, con un encanto especial, saboreado gracias al : Hostal ➡️ @Miralmundo ? ℹ️Un paraíso rural bañado por el Río Mundo, que se encuentra enclavado en esta profunda garganta , repleta de miradores, calles y rincones muy curiosos. ? ?♂️Su icónico e imponente Peñón de los Picarzos, podéis treparlo mediante una vía ferrata con ✅ @Akawi Sierra Del Segura ⏪ , ¡unos profesionales de la zona! ⚠️Hacer la ruta ambientada en la Película “Amanece que no es Poco” es un planazo en este singular pueblo, paseando por sus calles , momentos y escenarios ??? ?Su icónico mirador del Sidecar o el Mirador del Diablo son lugares para visitar de manera obligada, así como la Cueva de los Moros o ¡la Cascada de la Toba! #ayna#riomundo#amanecequenoespoco#joseluiscuerda#albacete#albacetemagico#castillalamancha#castillalamanchaengancha#pueblosconencanto#pueblosmágicos#lasuizamanchega#españa♬ original sound - isaintjames
Liétor, arte popular y “misa diaria”: colgado sobre el curso del río Mundo, presume de casco histórico y casas señoriales. La estrella aquí es la ermita de Nuestra Señora de Belén, con un interior de pintura popular del siglo XVIII que sirvió de escenario para las celebradas secuencias de misa (coro, sacristía y alguna copa indebida de vino consagrado). En la Plaza del Conde reconocerás la fachada que hizo de Casa Cuartel y biblioteca y, en su patio, las asambleas de mujeres. Si te queda tiempo, apunta dos visitas singulares: la cripta de las momias en el antiguo convento carmelita y el museo parroquial de la iglesia de Santiago Apóstol.
Mural en Molinicos, Albacete. (Foto: https://www.elrincondesele.com)
Molinicos, plaza mayor y grandes momentos: gran parte del término municipal se integra en el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima. El paseo te lleva a la Plaza Mayor, con el viejo ayuntamiento donde se rodaron la convocatoria de elecciones, el célebre “flashback” al 24 de agosto de 1947 y la lluvia de arroz de Calasparra tras las rogativas. En la calle Molinos verás las primeras secuencias del filme: la llegada en sidecar de Jimmy y Teodoro, el guardia civil que se persigue a sí mismo y el desdoblamiento de Carmelo. Para completar la visita, el Museo Micológico 'Casa del Níscalo' es una parada curiosa entre localización y localización.
Por todo esto, y si eres un chiflado de Amanece que no es poco, organiza una escapada de fin de semana y sigue las huellas de José Luis Cuerda por estos tres pueblos albaceteños. Entre miradores, ermitas y plazas donde “pasa de todo”, descubrirás por qué esta película de culto convirtió a la comarca en un destino imprescindible de turismo de cine.
La Sierra del Segura, en Albacete, guarda un secreto que une a tres pueblos por sus paisajes y por el cine. Aýna, Liétor y Molinicos saltaron a la fama tras el rodaje de Amanece que no es poco, una de las películas españolas más singulares. José Luis Cuerda, el director y también albaceteño, grabó esta obra sin igual en estos parajes durante el verano de 1988.