Alójate en este rincón de España: un elegante palacio barroco del siglo XVIII convertido en hotel de lujo que es ideal para una escapada romántica

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abba Palacio de Soñanes hotel 4*S promete un viaje distinto: puertas de madera noble, piedra dorada y silencio de valle. La propuesta invita a una estancia con carácter histórico y servicios actuales, pensada para quienes buscan desconexión elegante y una experiencia de hotel con identidad propia. Todo, envuelto en la calma verde de los Valles Pasiegos, a un paso de Santander.

El secreto se desvela en Villacarriedo, a 36 kilómetros de Santander y a 100 de Bilbao, donde un palacio barroco del siglo XVIII se transformó en alojamiento de cuatro estrellas superior. Restaurado en 2001, conserva la monumental fachada con heráldica, pináculos y gárgolas, además de una escalera de dos tramos que remite a su pasado señorial.

Historia y arquitectura con sello cántabro

La residencia, levantada entre 1718 y 1722 por impulso de Juan Antonio Díaz de Arce, diplomático de Felipe V, se asienta sobre la antigua Torre de los Díaz Arce. El estilo encaja en la tradición barroca montañesa, con guiños platerescos y churriguerescos. El portal de turismo de Cantabria la considera la construcción más suntuosa de la villa, un referente patrimonial que explica la importancia del Valle de Carriedo en la memoria pasiega.

Convertido hoy en hotel, el edificio ofrece 30 habitaciones, biblioteca, bar y zonas ajardinadas. Las categorías van de la abba Deluxe (20 m², baño completo con amenities, espejo de aumento y secador) a la Junior Suite de 30 m², idónea para una escapada romántica. Es un establecimiento pet friendly y admite eventos: dispone de cuatro salones para reuniones de hasta 40 personas y un salón de banquetes con capacidad para 300 invitados. El hotel también es un destino ideal para celebrar bodas, con espacios ajardinados para el cóctel y un salón de banquetes capaz de acoger grandes celebraciones.

Gastronomía, horarios y precios para planificar la visita

La cocina del restaurante Iniro combina recetario cántabro y guiños actuales. Según la temporada, el servicio abre para cenas en junio y septiembre; comidas y cenas en julio y agosto; y del 7 de septiembre a finales de octubre abre solo fines de semana al mediodía. Desde finales de octubre a Semana Santa permanece cerrado. Cuando el restaurante cierra, los huéspedes disponen de carta de cafetería.

En Iniro destacan las rabas de calamar, las anchoas del Cantábrico con tomates cherry de la huerta ecológica Tarruco y queso fresco La Jarradilla, el arroz negro con alioli, la merluza del Cantábrico a la brasa con verduritas y langostinos, el cachopo de ternera de los Valles Pasiegos. En el apartado dulce brillan postres como la tarta de queso horneada o la torrija de sobao pasiego caramelizada.

El desayuno buffet incluye productos de dieta mediterránea; cuesta 10 € por adulto y 8 € para niños. Los precios de alojamiento oscilan, en función de fechas y tipo de habitación, entre 84 € y 165 €. El complejo suma parking exclusivo para clientes, un bar con estética inglesa y servicio de café y té temprano para los más madrugadores.

La localización añade valor. Los Valles Pasiegos despliegan prados, cabañas de piedra y el rumor de los ríos Pas, Pisueña y Miera. Cerca aguardan paseos como la ruta de La Garma (6 km) por la Zona de Especial Conservación Río Pas, además de patrimonio como las iglesias de Santa María de Tezanos y San Juan Bautista de Santibáñez, el molino harinero o la histórica bolera de Santa Ana. Naturaleza, historia y servicio se dan la mano en este hotel de lujo con alma de palacio.