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Parece de Gaudí, pero no lo es: el edificio español que es una joya, muy pocos conocen y hay que visitar una vez en la vida
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Parece de Gaudí, pero no lo es: el edificio español que es una joya, muy pocos conocen y hay que visitar una vez en la vida

Bajo la apariencia de un edificio sacado de un sueño modernista, Terrassa esconde una obra que transformó una antigua fábrica en un icono arquitectónico

Foto: (Fuente: iStock)
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A veces, para sorprenderse con la arquitectura no hace falta viajar a destinos exóticos ni recorrer miles de kilómetros. Dentro de España se esconden auténticas joyas que parecen sacadas de otro lugar, con formas imposibles y una estética que recuerda a los sueños modernistas más creativos. Este es el caso de un edificio que muchos confunden con una obra de Antoni Gaudí, pero que en realidad surgió de la mano de otro arquitecto que supo interpretar a su manera el lenguaje del modernismo catalán.

El resultado es tan original que cuesta creer que se encuentre en Terrassa, en pleno corazón de Cataluña, y no en el mismo Park Güell o en los alrededores de la Sagrada Familia. Hablamos de la Masia Freixa, una construcción que hoy se ha convertido en símbolo de la ciudad y que sorprende tanto a los viajeros nacionales como a los visitantes internacionales que descubren este rincón inesperado.

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Lo que pocos imaginan es que esta obra singular nació con un propósito muy distinto. A finales del siglo XIX, la familia Freixa, dedicada al sector textil, utilizaba el edificio como fábrica de hilaturas. No fue hasta los primeros años del siglo XX cuando Josep Freixa encargó al arquitecto Lluís Muncunill su transformación en residencia familiar. Y ahí comenzó la magia: el arquitecto reinterpretó el espacio industrial para darle una nueva vida, envolviéndolo en curvas, arcos parabólicos y superficies blancas que parecen bailar con la luz del sol.

Su inspiración en el universo gaudiniano es evidente. Sin embargo, Muncunill no se limitó a imitar: aportó soluciones propias como el uso de la bóveda catalana o la integración de ondulaciones que recorren toda la fachada, logrando que el edificio transmitiera movimiento y armonía en cada detalle. El resultado es un ejemplo extraordinario de modernismo aplicado a una antigua fábrica, algo poco común en el panorama arquitectónico de la época.

La Masia Freixa no solo ha sido hogar y símbolo familiar. Durante décadas acogió el Conservatorio Municipal de Música, llenando sus salas de acordes y melodías. Hoy, es uno de los espacios más visitados de la ciudad y desde 2023 está catalogada como Bien Cultural de Interés Nacional, lo que refuerza su valor patrimonial y artístico.

Quien la contempla desde el exterior queda impactado por su torre esbelta y por la sucesión de arcos que se abren en los porches. Todo está pensado para que la luz natural juegue con las superficies blancas, generando un espectáculo visual distinto a cada hora del día. El encanto de la Masia Freixa está también en los pequeños detalles. El zócalo de cerámica vidriada, los balcones ondulantes o las cúpulas que rematan las cubiertas hacen que el edificio parezca vivo, como si respirara. Pasear por sus alrededores, dentro del parque de Sant Jordi, es una experiencia que invita a detenerse, a fotografiar y a dejarse llevar por la sensación de estar en un lugar fuera del tiempo.

La torre, con su escalera de caracol y su balcón mirador, ofrece además una perspectiva única. Desde allí, el visitante puede imaginar cómo era la vida de principios del siglo XX en Terrassa, cuando la ciudad prosperaba gracias al sector textil y los industriales apostaban por la arquitectura modernista como símbolo de prestigio y progreso.

La Masia Freixa se encuentra en el parque de Sant Jordi, muy cerca del centro de Terrassa. Su ubicación permite combinar la visita con un paseo por otros rincones modernistas de la ciudad, como el Vapor Aymerich, Amat i Jover —actual sede del Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya—. La oficina de turismo se ha trasladado temporalmente a la Casa Soler i Palet, ya que la Masia se encuentra en trabajos de rehabilitación desde el 14 de mayo. Quienes planeen una escapada a Barcelona pueden reservar un día para acercarse en tren de Cercanías hasta Terrassa. En apenas 40 minutos, el viajero pasa del bullicio de la capital catalana a un entorno donde la calma de los parques se mezcla con la riqueza de un patrimonio arquitectónico sorprendente.

A veces, para sorprenderse con la arquitectura no hace falta viajar a destinos exóticos ni recorrer miles de kilómetros. Dentro de España se esconden auténticas joyas que parecen sacadas de otro lugar, con formas imposibles y una estética que recuerda a los sueños modernistas más creativos. Este es el caso de un edificio que muchos confunden con una obra de Antoni Gaudí, pero que en realidad surgió de la mano de otro arquitecto que supo interpretar a su manera el lenguaje del modernismo catalán.

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