El pulmón verde de Barcelona donde descubrir cotos de setas escondidos a un paso de la ciudad

• La comarca catalana que es un paraíso secreto para los buscadores de setas más expertos
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​El Parque del Montnegre y el Corredor, uno de los grandes pulmones verdes de la provincia de Barcelona, se prepara para recibir a los aficionados a las setas con la llegada del otoño. Sus caminos húmedos, su diversidad vegetal y su cercanía a la capital lo convierten en un refugio natural donde aún es posible perderse sin salir del mapa.

Un bosque cercano donde el otoño se vive de otra manera

A solo 45 minutos de la ciudad, este espacio natural ofrece un paisaje en el que conviven pinares, encinares, robledales y castañares. Es un entorno discreto, alejado del bullicio del Montseny, que guarda algunos de los mejores cotos de setas de la comarca. Los visitantes que se aventuran entre sus senderos pueden encontrar especies muy apreciadas, como los rovellons, los carlets o los fredolics, entre otras variedades típicas del litoral catalán. El aire húmedo y el olor a tierra mojada acompañan cada paso, creando el escenario perfecto para los amantes del bosque.

El parque abarca unas 15.000 hectáreas entre las comarcas del Maresme y el Vallès Oriental, en plena cordillera Litoral. Está formado por dos macizos: el Montnegre, al norte, con cumbres que superan los 750 metros, y el Corredor, al sur, más suave y coronado por su santuario homónimo. Ambos ofrecen una panorámica que mezcla el verde mediterráneo con los tonos ocres del otoño, en un paisaje ideal para los amantes del senderismo y la fotografía. Sus caminos, bien señalizados y rodeados de vegetación densa, permiten recorrer desde suaves pendientes hasta rutas más exigentes que recompensan con vistas al mar y al Montseny.

Rutas, historia y patrimonio a cada paso

Además de sus bosques micológicos, el Montnegre y el Corredor albergan un valioso patrimonio histórico. Entre los vestigios más antiguos se encuentran los dólmenes de Pedra Gentil y Ca l'Arenes, o las ruinas ibéricas del monte de El Castell. También destacan las iglesias románicas de Sant Cristòfol y Sant Martí de Montnegre, testigos de una ocupación humana que se remonta al siglo XI.

El paisaje está salpicado de más de doscientas masías tradicionales, muchas reconvertidas hoy en alojamientos rurales o restaurantes vinculados al programa Parc a taula, una iniciativa que promueve la cocina de proximidad y los productos locales del parque. La experiencia combina naturaleza, gastronomía y cultura en un entorno de calma, perfecto para una escapada de fin de semana.

Cómo llegar desde Barcelona y qué actividades realizar

El parque está bien conectado con la capital catalana. En tren, puede accederse mediante las líneas R1 y R2 de Renfe, con paradas en localidades como Arenys de Mar, Vallgorguina o Sant Celoni. También existen autobuses interurbanos que conectan con estos municipios. En coche, el acceso más directo se realiza por la C-32 hacia Mataró o por la AP-7 en dirección a Sant Celoni.

El Montnegre y el Corredor no solo invita a la recolección de setas: también es un espacio de aprendizaje ambiental y ocio familiar. A lo largo del año se organizan talleres, rutas teatralizadas, actividades educativas y programas como Viu el parc o Poesia als parcs, que buscan conectar a los visitantes con la naturaleza desde una perspectiva respetuosa.

Entre sus rincones más recomendables destacan el Valle de Olzinelles, el santuario del Corredor, el pozo de nieve de Canyamars y el pequeño núcleo de Sant Martí de Montnegre, donde el silencio y la humedad del bosque recuerdan que aún existen lugares a un paso de Barcelona donde el tiempo parece detenerse.