Parece sacado de Harry Potter: el templo gallego diseñado por un genio que es visita obligada

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En Galicia se levanta uno de esos lugares que sorprenden al viajero desde el primer vistazo. Su silueta monumental recuerda a escenarios de fantasía que parecen sacados de las páginas de una novela o de una película, y quienes lo descubren no tardan en asociarlo con un mundo casi mágico. La magnitud de la obra y su estilo indefinido lo han convertido en una de las visitas más singulares de la región, despertando el interés tanto de amantes de la arquitectura como de curiosos que buscan rincones únicos en sus escapadas.

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Sara Castellanos

Un templo de estilo único en Ourense

Se trata del Templo de la Veracruz de O Carballiño, una construcción diseñada en 1942 por el prestigioso arquitecto Antonio Palacios, autor de obras icónicas en Galicia y Madrid. Tras su fallecimiento, el proyecto fue continuado por el cantero Adolfo Otero Landeiro y otros artesanos locales, que trabajaron con materiales de la comarca como el granito y la loseta. Su aspecto imponente, con una gran torre exterior y una rotonda central que domina el conjunto, le otorga una presencia que muchos comparan con la de un castillo europeo o incluso con el famoso Hogwarts de Harry Potter.

La mezcla de estilos es parte esencial de su atractivo. En la estructura se reconocen influencias de pazos, monasterios, catedrales e incluso fortalezas medievales, lo que dificulta clasificarlo bajo una etiqueta arquitectónica única. Como señala el historiador Felipe Senén Gómez, la obra de Palacios es “una suma teológica de la arquitectura histórica de Galicia, en relación también con la arquitectura del Camino de Santiago, con la arquitectura inglesa, el atlantismo y la Escuela Vienesa”. Esta riqueza estilística es la que provoca que cada visitante encuentre en el templo una interpretación distinta, pero siempre marcada por la fascinación.

El Templo de la Veracruz no es solo un icono religioso, sino también un referente cultural para la villa. Fue inaugurado en la década de 1950 y rápidamente se convirtió en símbolo de identidad para los vecinos de O Carballiño, que lo consideran un emblema de la localidad junto a su reconocida tradición gastronómica. Declarado Bien de Interés Cultural, su interior y exterior están cargados de simbolismo, como el arco parabólico con esculturas de los Doce Apóstoles, incorporadas en los últimos años de la construcción. Hoy, quienes se acercan a este enclave descubren no solo un monumento monumental, sino también un rincón en el que la historia y la imaginación se funden en una experiencia inolvidable.