La ruta de escalada que es un clásico en Gran Canaria: la vía histórica al Roque Nublo

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El Roque Nublo, situado en pleno Parque Rural del Nublo, es el símbolo natural más reconocido de Gran Canaria. Este monolito volcánico de unos 65 metros de altura se convirtió en objetivo de escalada en 1932, cuando un grupo de alpinistas alemanes trazó la Vía Alemana, también llamada Vía Normal, que todavía hoy se considera la línea clásica para alcanzar la cima.

El recorrido, detallado por páginas especializadas como SummitPost, describe un itinerario de cuatro largos y unos 90 metros de desarrollo, con un grado máximo de V+/A0 (6b en libre) en el primer tramo. El L1, de unos 45 metros, recorre un diedro vertical con el paso clave de toda la vía. El L2 es más corto, unos 15 metros, y exige superar un muro vertical con secciones de V/A0. El L3, de unos 20 metros, enlaza mediante una travesía y un pequeño resalte de dificultad moderada. El último largo, de unos 30 metros, asciende por placas y un diedro sencillo hasta alcanzar la plataforma superior del monolito.

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El equipamiento actual incluye parabolts y reuniones instaladas en los cuatro largos, lo que garantiza seguridad suficiente para cordadas con experiencia en escalada clásica. Aun así, se recomienda llevar unas 15 cintas y material de autoprotección complementario para reforzar seguros en algunos tramos, especialmente en las secciones más largas.

Un hito histórico de la escalada en Canarias

La Vía Alemana es considerada el gran referente de la escalada en Gran Canaria. Su apertura marcó el inicio de la actividad moderna en el Roque Nublo y consolidó este lugar como destino para montañeros y escaladores. El recorrido no es excesivamente técnico para un escalador de nivel medio, pero sí expuesto y con ambiente vertical, lo que lo convierte en una experiencia inolvidable.

El acceso hasta la base del Roque Nublo se realiza caminando por el sendero que parte desde la Degollada de La Goleta, una ruta muy transitada también por senderistas. Una vez en la base, solo los escaladores que completan la Vía Alemana pueden alcanzar la cima exacta del monolito, un privilegio reservado a quienes afrontan este clásico de cuatro largos.