La ruta de escalada que debes hacer sí o sí en el País Vasco este verano: vistas y vértigo sin sufrir
Una arista aérea, pasos moderados y panorámicas abiertas convierten esta vía de Egino en una elección ideal para quienes buscan escalar en altura sin exponerse al calor ni al compromiso técnico
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La escalada estival en el norte peninsular ofrece múltiples alternativas para quienes prefieren huir del calor de interior y la masificación de costa. El País Vasco, con sus paredes de caliza y entornos montañosos frescos, es una de las comunidades con más opciones para los meses de julio y agosto. Dentro de ese abanico, hay rutas que destacan por su equilibrio entre espectacularidad, comodidad y dificultad moderada.
Una de las más recomendables es la Arista de los Caracoles, situada en las inmediaciones del pequeño núcleo de Egino, en Álava. Esta vía clásica de unos 185 metros de longitud y dificultad máxima IV, reseñada en detalle por el escalador Oskar Morales en Wikiloc y su blog personal, permite recorrer una cresta con carácter alpino, expuesta pero no peligrosa, que ofrece vistas abiertas sobre el valle sin exigir un gran nivel técnico.
La escalada se reparte en varios largos bien definidos, con tramos de III, IV y un largo de IV+ sobre buena roca, reuniones cómodas y seguros existentes en los puntos clave. Aunque se recomienda completar el equipamiento con friends y cintas largas, la dificultad técnica es asumible para escaladores con experiencia en terreno clásico. La progresión se hace casi siempre en ensamble o con seguros intermedios espaciados, lo que refuerza la fluidez y el disfrute del recorrido.
Una arista veraniega con sabor clásico
La aproximación desde Egino es breve (unos 30 minutos a pie por sendero evidente) y el descenso se realiza caminando por una pista sin complicaciones, lo que hace que no sea necesario rapelar ni realizar maniobras técnicas durante la actividad. Todo el recorrido mantiene la línea de cresta, con ambiente pero sin agobios, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan una experiencia vertical con esencia montañera.
Durante el recorrido, especialmente en los tramos más altos, es posible observar aves rapaces planeando a baja altura. Las vistas desde la arista abarcan buena parte de la llanada alavesa, con los perfiles de la sierra de Urbasa y Aizkorri al fondo. Este entorno natural, junto con la orientación favorable al sol sin resultar agobiante, consolida esta vía como una de las más atractivas para escalar en verano sin renunciar a la sensación de altura.
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