Ni Alcalá del Júcar ni Sigüenza: los 3 pueblos desconocidos que tienes que visitar una vez en la vida en Castilla-La Mancha
Más allá de los pueblos más visitados de la región, existen rincones con encanto que aún pasan desapercibidos. Tres destinos singulares te esperan para redescubrir la esencia más auténtica de este rincón de España
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- La misteriosa ubicación de un templo fenicio en Cádiz que podría dejar de serlo: así lo buscan "por tierra, mar y aire"
Castilla-La Mancha es una región de contrastes y sorpresas, donde más allá de sus pueblos emblemáticos se esconden joyas poco conocidas que merecen un lugar en cualquier lista de escapadas. Si creías que ya lo habías visto todo en esta comunidad, prepárate para descubrir tres destinos que destacan por su autenticidad, belleza natural y patrimonio cultural. Tres pueblos olvidados por las rutas turísticas masivas, pero que conservan intacto su encanto y esencia.
Villaconejos de Trabaque, en la provincia de Cuenca, es uno de esos rincones que parecen colgados del tiempo. Este pequeño municipio se despliega a lo largo del río Trabaque, que separa su núcleo urbano de las emblemáticas cuevas de vino excavadas en la ladera. Sus construcciones religiosas más destacadas son la iglesia de San Juan Bautista, de estilo barroco con toques renacentistas, y la ermita de la Concepción, de una sola nave y rematada por una cúpula churrigueresca. A pocos pasos, el visitante puede descansar contemplando las mimbreras que bordean el cauce fluvial, sabiamente trabajadas por los habitantes del pueblo.
El segundo destino es San Carlos del Valle, en Ciudad Real, una localidad que sorprende con una de las plazas mayores más impresionantes de toda Castilla-La Mancha. Se trata de un conjunto urbano ideado con una proyección ortogonal, presidido por la iglesia del Santísimo Cristo del Valle, una construcción del barroco tardío con una gran cúpula central y cuatro torres en sus esquinas. La plaza mide más de 50 metros de largo y está rodeada por edificios como el Ayuntamiento y la antigua Casa Grande de la Hospedería, aportando un aire escénico que parece sacado de una superproducción histórica.
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Hiendelaencina, en Guadalajara, completa esta ruta de pueblos por descubrir. Conocido popularmente como 'Las Minas', este enclave alcanzó notoriedad en el siglo XIX por su criadero de plata, uno de los más importantes del país. Situado sobre una meseta rocosa y accidentada, está atravesado por el arroyo de Rama y delimitado por el río Bornova. Además de su imponente entorno natural, este pueblo forma parte del Camino del Cid, una ruta histórico-cultural que atraviesa algunos de los paisajes más cautivadores del Alto Rey. Sin duda, un destino ideal para quienes buscan historia, paisaje y autenticidad en una misma escapada.
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