Descubre una joya natural cerca de Barcelona: la piscina de aguas turquesas que enamora a quienes huyen del calor
Un puente medieval del siglo XIII, oculto entre bosques del Berguedà, se ha convertido en uno de los destinos más buscados para quienes huyen del calor en el interior de Cataluña
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Podría parecer un rincón más entre los bosques del Berguedà, uno de tantos paisajes que Cataluña guarda celosamente entre montañas y valles olvidados. Pero basta detenerse unos segundos ante este reflejo para intuir que bajo esa piedra milenaria se esconde algo más que historia. Con su imponente arco gótico y sus aguas turquesas, ha pasado de ser un paso olvidado a convertirse en uno de los secretos mejor guardados para escapar del calor sin salir de la provincia de Barcelona.
Las piscinas naturales del Pont de Pedret, en pleno corazón del Berguedà, se han convertido en uno de los destinos más buscados del verano para escapar del calor sin alejarse demasiado de Barcelona. Su mezcla de historia medieval, agua cristalina y paisajes vírgenes las convierte en una alternativa irresistible a las playas masificadas.
Bajo su estructura, el cauce del río forma pozas naturales de agua fría y transparente
Un enclave de aguas turquesas bajo un puente milenario
Lo que parece, a simple vista, un puente de piedra olvidado entre montañas esconde bajo sus arcos un secreto que sorprende a quien lo descubre. Situado en el término municipal de Cercs, el Pont de Pedret se alza sobre el río Llobregat como un vestigio románico-gótico que ha resistido siglos de historia. Bajo su estructura, el cauce del río forma pozas naturales de agua fría y transparente, con reflejos azulados que evocan paisajes exóticos. Su estructura, construida entre los siglos XIII y XV, conserva un arco apuntado de estilo gótico y otros tres arcos de medio punto más irregulares, apoyados sobre pilares directamente anclados en la roca.
Este paraje, integrado en el Parque Natural del Cadí-Moixeró, se ha consolidado como uno de los lugares imprescindibles del turismo de naturaleza en Cataluña. Rodeado de vegetación y alejado del bullicio urbano, el entorno invita a relajarse, refrescarse y disfrutar de una jornada de desconexión. Este enclave, a tan solo 90 minutos de Barcelona, ofrece una escapada perfecta para quienes huyen del asfalto y buscan un baño en aguas cristalinas bajo un monumento medieval.
Cómo llegar al Pont de Pedret desde Barcelona
Acceder a esta piscina natural es más fácil de lo que parece. Desde Barcelona, se toma la autovía C-16 hasta Berga y, tras apenas hora y media de viaje, se llega a la colonia textil de Cal Rosal, donde hay un aparcamiento gratuito. Desde allí parte una ruta peatonal de 1,5 km, perfectamente señalizada, que se recorre en unos 20 minutos. El sendero, llano y accesible, bordea el río bajo tramos de sombra, lo que lo convierte en una opción ideal para familias con niños o personas mayores.
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Además, existe la posibilidad de seguir la Vía Verde del Llobregat, una antigua línea ferroviaria reconvertida en camino natural, que conecta con la zona del puente a través de un trayecto cómodo en bicicleta o a pie de 5 kilómetros. Es una opción muy valorada por senderistas y cicloturistas, y una forma ideal de disfrutar del entorno de cerca, descubriendo rincones ocultos de gran belleza.
Qué hacer en el entorno del Pont de Pedret
Más allá del baño en estas piscinas naturales de agua esmeralda, el enclave ofrece atractivos culturales que completan la excursión. Cruzando el puente se llega a la ermita prerrománica de Sant Quirze de Pedret, un templo del siglo IX que conserva frescos únicos en Cataluña —protegidos y reproducidos parcialmente en el MNAC de Barcelona— y que se alza sobre una colina cercana.
El lugar carece de servicios turísticos como bares o restaurantes, por lo que se recomienda llevar comida, bebida y protección solar para disfrutar de un día completo al aire libre. La tranquilidad del entorno y la ausencia de edificaciones modernas refuerzan la sensación de haber descubierto un rincón atemporal, donde el sonido del agua y el canto de los pájaros sustituyen al tráfico y las prisas.
Un refugio veraniego que gana adeptos
Con el aumento de las temperaturas, cada vez son más quienes eligen estas piscinas naturales del Pont de Pedret como destino alternativo a la playa. Su combinación de paisaje, historia y accesibilidad hacen de este rincón del Berguedà un pequeño tesoro natural que enamora a primera vista.
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La recomendación general es acudir temprano para evitar aglomeraciones y disfrutar con calma del lugar. Gracias a su creciente popularidad, el Pont de Pedret se perfila como uno de los puntos más refrescantes y fotogénicos del interior de Cataluña este verano.
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Podría parecer un rincón más entre los bosques del Berguedà, uno de tantos paisajes que Cataluña guarda celosamente entre montañas y valles olvidados. Pero basta detenerse unos segundos ante este reflejo para intuir que bajo esa piedra milenaria se esconde algo más que historia. Con su imponente arco gótico y sus aguas turquesas, ha pasado de ser un paso olvidado a convertirse en uno de los secretos mejor guardados para escapar del calor sin salir de la provincia de Barcelona.