El bar de tapas que tienes que probar sí o sí en Córdoba: con la tortilla más famosa de la ciudad frente a la Mezquita

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Muy cerca de uno de los enclaves más icónicos de Córdoba se encuentra un establecimiento que ha traspasado el ámbito local para convertirse en referencia obligada para quienes desean saborear lo mejor de la gastronomía andaluza. Su producto estrella ha logrado atraer tanto a visitantes como a residentes, generando largas colas cada día frente a su pequeña fachada. Este éxito no es casualidad, sino fruto de una receta singular que, con el paso del tiempo, ha alcanzado categoría de mito culinario.

Hablamos del histórico Bar Santos, situado junto a la Mezquita-Catedral, en la calle Magistral González Francés. Fundado hace más de cincuenta años por Francisco Santos y Carmen Serrano, el establecimiento es célebre por su tortilla de patatas de casi 10 kilos, elaborada con 6 kilos de patatas, 20 huevos y aceite de oliva virgen extra. Además de esta especialidad, el bar ofrece platos típicos como el salmorejo, el rabo de toro o los boquerones en vinagre, manteniendo una carta breve pero contundente. Las valoraciones en plataformas como Tripadvisor, con más de 3.400 opiniones y una puntuación media de 3,7 sobre 5, reflejan su reconocimiento entre el público.

Una tradición que perdura en el tiempo

Este pequeño local se ha convertido en un lugar de culto gastronómico no solo por su comida, sino por la historia familiar que lo envuelve. En sus inicios, Francisco decidió abrir el negocio tras quedarse en paro y, junto a su esposa, fue desarrollando una oferta sencilla pero efectiva. Hoy en día es muy típico coger algo en el bar para llevar, sin apenas hueco para sentarse, y sentarse a los pies de la Mezquita para degustar sus tapas a unos precios muy económicos.

El Bar Santos no solo ha sido testigo del paso de miles de turistas, sino también de personajes ilustres como Tony Blair, Paco Rabal o Sancho Gracia. Actualmente, son las hijas del fundador quienes continúan con el legado, manteniendo viva una tradición que ha hecho de la tortilla de patatas un símbolo de identidad local.