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La cala secreta de Cataluña ideal para ir en verano: esconde un puente de piedra que parece flotar sobre el mar
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La cala secreta de Cataluña ideal para ir en verano: esconde un puente de piedra que parece flotar sobre el mar

Entre acantilados, aguas cristalinas y una pasarela de piedra que se adentra en el mar como suspendida en el aire, esta cala de Santa Cristina d'Aro guarda uno de los paisajes más singulares del litoral catalán

Foto: El pintoresco puente de piedra que permite caminar sobre el mar en una de las calas más secretas y fotogénicas de la Costa Brava. (redcostabrava.com)
El pintoresco puente de piedra que permite caminar sobre el mar en una de las calas más secretas y fotogénicas de la Costa Brava. (redcostabrava.com)

Es uno de los rincones más espectaculares de la Costa Brava: aguas cristalinas, arena dorada y un puente de piedra que parece flotar sobre el mar. Entre acantilados agrestes, curvas pronunciadas y pinares que se asoman al azul, se oculta uno de los secretos mejor guardados de la costa catalana. No aparece en los grandes catálogos turísticos, ni suele estar abarrotado de sombrillas y neveras portátiles. Pero quien lo descubre, regresa. Y no solo por su belleza, sino por la singular sensación de caminar sobre el Mediterráneo.

Entre las calas más fascinantes de Cataluña se esconde la Cala Canyet, un rincón de la Costa Brava que cada verano sorprende por su belleza natural y una pasarela de piedra que atraviesa el mar como suspendida en el aire. La escena parece sacada de una postal: aguas turquesas, formaciones rocosas únicas y un entorno que aún conserva el encanto de lo secreto.

Un lugar oculto entre acantilados y curvas costeras

La Cala Canyet, situada en el término municipal de Santa Cristina d'Aro, se encuentra entre las localidades de Sant Feliu de Guíxols y Tossa de Mar. Aunque pertenece a una zona urbanizada, llegar hasta allí requiere recorrer la sinuosa carretera GI-682 y desviarse hacia la urbanización Rosamar. Ese breve trayecto serpenteante ofrece unas vistas espectaculares que ya anticipan la recompensa visual que aguarda al final.

La gran belleza de la zona es lo más parecido al paraíso

Esta playa de arena gruesa y aguas limpias mide poco más de 70 metros, pero su pequeño tamaño no le resta espectacularidad. Lo que realmente la diferencia es su singular pasarela: una sucesión de puentes de piedra, conocidos como los Esculls de Canyet, que recorren los arrecifes marinos (es una zona ideal para practicar snorkel) y permiten caminar literalmente entre las olas.

Un puente de piedra que hipnotiza al visitante

La estructura de los puentes, de piedra estrecha y sinuosa, se adentra en el mar creando un recorrido que parece flotar sobre el agua. Esta sensación, casi mágica, ha convertido la cala en un lugar muy fotografiado durante los meses de verano. No es recomendable para personas con vértigo o movilidad reducida, pero quienes se aventuran encuentran una de las imágenes más icónicas de la Costa Brava.

Además de esta pasarela única, Cala Canyet cuenta con servicios como duchas, restaurante, chiringuito y club náutico. Muy cerca, una escultura rinde homenaje a Ava Gardner, quien rodó en la zona la película Pandora y el holandés errante en 1950, dejando un recuerdo imborrable en la memoria local.

Una escapada perfecta en plena Costa Brava

Gracias a su localización en el Baix Empordà, Cala Canyet es ideal para quienes buscan un rincón especial lejos de las aglomeraciones. Aunque el acceso se ve limitado en temporada alta por una barrera en la urbanización Rosamar —de pago en verano—, sigue siendo una de las escapadas más valoradas por quienes conocen este lugar recóndito del litoral catalán.

La combinación de paisaje, historia y arquitectura natural convierte a Cala Canyet en una joya que se disfruta con los cinco sentidos. Un lugar donde el Mediterráneo no solo se contempla: se camina sobre él. Su discreción es su mayor virtud: ni exuberante ni ostentosa, esta cala demuestra que aún quedan rincones donde el paisaje no ha sido domesticado del todo.

En un litoral cada vez más condicionado por la huella del turismo, esta cala se erige como un ejemplo de equilibrio entre naturaleza y disfrute responsable. No es solo una cala bonita, ni un simple paisaje fotogénico: es un enclave que invita al recogimiento, a caminar despacio, a mirar con otros ojos. Su puente de piedra —estrecho, irregular, casi escultórico— parece trazar una línea entre lo visible y lo íntimo, entre lo que se muestra y lo que se intuye. Allí, el Mediterráneo no se conquista: se contempla. Y eso, en estos tiempos, es casi un acto de resistencia.

Datos de interés

  • Ubicación: Santa Cristina d'Aro (Girona), Costa Brava
  • Acceso: Carretera GI-682 entre Sant Feliu de Guíxols y Tossa de Mar. Desvío a la urbanización Rosamar
  • Servicios: Restaurante, duchas, chiringuito, aparcamiento (regulado en verano)
  • Ideal para: Relax, fotografía, paseos costeros, snorkel entre arrecifes
  • Punto destacado: Pasarela de piedra conocida como Esculls de Canyet
  • Recomendaciones: Calzado cómodo para caminar sobre las rocas, evitar las pasarelas con niños pequeños o personas con vértigo
  • Curiosidad: Escultura dedicada a Ava Gardner

Es uno de los rincones más espectaculares de la Costa Brava: aguas cristalinas, arena dorada y un puente de piedra que parece flotar sobre el mar. Entre acantilados agrestes, curvas pronunciadas y pinares que se asoman al azul, se oculta uno de los secretos mejor guardados de la costa catalana. No aparece en los grandes catálogos turísticos, ni suele estar abarrotado de sombrillas y neveras portátiles. Pero quien lo descubre, regresa. Y no solo por su belleza, sino por la singular sensación de caminar sobre el Mediterráneo.

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