Este recorrido por Zaragoza y Teruel revive la leyenda del Cid entre castillos y pueblos medievales
La ruta del Anillo de Gallocanta permite descubrir, en una sola jornada, los paisajes históricos y naturales que un día recorrió el Cid Campeador, atravesando enclaves defensivos, lagunas salinas y núcleos de origen medieval
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El recorrido circular del Camino del Cid en tierras de Zaragoza y Teruel propone una experiencia distinta: seguir la huella histórica de Rodrigo Díaz de Vivar a través de una ruta en coche o moto de apenas 78 kilómetros. Esta etapa, conocida como Anillo de Gallocanta, parte de Daroca y rodea la famosa laguna que da nombre al trayecto, permitiendo a los viajeros conocer no solo parajes singulares, sino también el legado que dejaron siglos de ocupación militar, defensiva y agrícola.
A lo largo del itinerario se suceden localidades que conservan castillos, murallas o vestigios de fortalezas. Daroca, punto de inicio y fin del viaje, destaca por su origen islámico, su pasado relacionado con el propio Cid y su impresionante recinto amurallado. Más adelante, pueblos como Gallocanta, Santed, Berrueco o Tornos permiten intuir el carácter estratégico de estas tierras. La presencia de antiguos yacimientos celtíberos y la concentración de torres y enclaves defensivos refuerzan el atractivo arqueológico del entorno.
⚔️ Ruta del Cid | Anillo de Gallocanta
— Turismo de Aragón (@aragonturismo) June 15, 2025
Paisajes de leyenda, fortalezas y pueblos con historia. Sigue los pasos del Cid Campeador entre Daroca, Gallocanta y Molina de Aragón.
Una ruta circular para descubrir la épica medieval en tierras aragonesas.https://t.co/bHB4t6e9D3… pic.twitter.com/SVsk6GRPrW
Entre aves migratorias y vestigios medievales
Además del componente histórico, el entorno natural cobra un protagonismo singular. La laguna de Gallocanta es una de las más extensas de Europa Occidental, reconocida por acoger cada invierno a miles de grullas en sus migraciones entre África y el norte del continente. Este ecosistema, rodeado de pequeñas poblaciones rurales, constituye también un paraíso para la observación de aves esteparias, rapaces y especies acuáticas, con más de 200 especies registradas.
La ruta no cuenta con señalización específica, pero puede completarse fácilmente utilizando el folleto turístico o la aplicación oficial del Camino del Cid, que ofrece mapas, localización de enclaves y más de 4.500 puntos georreferenciados. El recorrido está pensado para realizarse de forma autónoma, aunque es recomendable reservar alojamiento con antelación si se desea pernoctar y disfrutar de la laguna al amanecer o al atardecer, especialmente durante la temporada alta de grullas.
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El salvoconducto del Camino del Cid, disponible de forma gratuita en más de 70 oficinas de turismo, permite sellar el paso por diversas localidades y acceder a descuentos en más de 200 alojamientos. Además, se recomienda llevar una edición del Cantar de mío Cid para poder leer algunos de sus pasajes allí donde, según los textos, se establecieron los campamentos del héroe castellano, cuya leyenda ha sido recientemente cuestionada. La experiencia, tanto cultural como natural, se completa al conjugar literatura, paisaje e historia viva.
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