Descubre el hotel 'boutique' más sorprendente de España: fue un palacio del siglo XVIII y esconde una piscina en una cueva de roca calcárea

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El visitante desprevenido que atraviesa el umbral de este palacete del Barri Vell apenas sospecha lo que encontrará al otro lado. La fachada, austera y en sintonía con el paisaje de piedra de Girona, no delata el universo de arquitectura sensible, diseño rupturista y memoria histórica que se despliega puertas adentro. Este exclusivo hotel boutique, el Palau Fugit, combina historia, diseño y bienestar en un entorno único, con habitaciones singulares, mobiliario art déco y una piscina oculta dentro de una cueva de roca natural.

Una joya escondida entre las piedras del Barri Vell

Al atravesar el gran portón de piedra del Palau Fugit, lo último que uno espera encontrar es un exuberante jardín interior y una piscina excavada en una antigua cueva. Situado en pleno casco histórico de Girona, este hotel ocupa el antiguo palacio barroco de la familia Heras, una construcción del siglo XVIII que ha sido rehabilitada por la arquitecta Marta Granés y el estudio Isern Associats con una sensibilidad excepcional hacia la historia y el entorno.

Las fachadas del Barri Vell esconden así una de las propuestas más singulares del turismo de autor en España. Entre patios silenciosos, una terraza central y salones restaurados con bóvedas de piedra, el hotel ofrece 25 habitaciones diseñadas con el máximo cuidado por El Equipo Creativo, autores también del restaurante Tickets de Ferran Adrià. El resultado es una experiencia única, que va más allá del alojamiento.

El interiorismo, una oda al diseño mediterráneo

Cada habitación ha sido pensada como una pieza irrepetible. Los tocadores de piedra natural, las chimeneas históricas, los cabeceros de ratán o las piezas de mobiliario art déco de firmas como Missana o Sancal marcan la diferencia. El contraste cromático entre la sobriedad de la piedra y los tonos vivos inspirados en las fachadas del río Oñar refuerza el carácter genuino de este palacete transformado en hotel.

El spa y la piscina escondida bajo una cúpula de roca calcárea —la llamada cova del aigua—, suman al conjunto una dimensión sensorial que completa la propuesta: un lujo íntimo que no desentona con el entorno, sino que dialoga con él. Todo el diseño busca conectar con la cultura local, desde el arte contemporáneo de Frederic Amat en la terraza hasta los detalles arquitectónicos protegidos, como la chimenea firmada por Rafael Masó.

Una rehabilitación respetuosa y premiada

La recuperación de este edificio histórico, que también fue residencia del médico y escritor Laureà Dalmau i Pla, ha recibido ya varios reconocimientos internacionales de diseño como los LIV Hospitality Design Awards y los Architecture MasterPrize. Las obras no solo restauraron la cubierta hundida y los salones de cinco metros de altura, sino que reordenaron la caótica estructura heredada del siglo XX, conectando por primera vez los niveles verticales del edificio.

El Palau Fugit no se presenta como un simple hotel de lujo, sino como una inmersión arquitectónica, sensorial y emocional en la Girona más íntima. Su integración en el paisaje urbano, su respeto por la memoria del lugar y su enfoque contemporáneo hacen de él una propuesta que no podría estar en otro sitio. La singularidad del proyecto ha captado ya la atención internacional, consolidando a esta joya barroca como uno de los referentes del nuevo turismo de bienestar en España, ideal para escapadas románticas.