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Parece un portal a otra dimensión: así es el pueblo catalán con "una cascada agujereada" que te descubre 'National Geographic'
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NATURALEZA EN ESTADO PURO

Parece un portal a otra dimensión: así es el pueblo catalán con "una cascada agujereada" que te descubre 'National Geographic'

Un pequeño pueblo escondido entre los riscos de la comarca de Osona, en la provincia de Barcelona, custodia uno de los paisajes más mágicos de Cataluña

Foto: Esta joya natural de la comarca de Osona atrae a excursionistas durante todo el año (Facebook)
Esta joya natural de la comarca de Osona atrae a excursionistas durante todo el año (Facebook)

Este enclave catalán de poco más de 400 habitantes ha sido destacado por National Geographic por esconder una cascada singular, escondida entre riscos, bosque y piedra natural, que parece una puerta mágica abierta entre mundos y solo se revela al final de una ruta rural fascinante.

Un rincón secreto entre riscos y senderos del Collsacabra

Cantonigròs, un pequeño pueblo de la comarca de Osona, en el corazón del Espacio Natural del Collsacabra, ha sido señalado recientemente por National Geographic como uno de los lugares más asombrosos que se pueden visitar esta primavera. Lo que comienza como un tranquilo paseo entre árboles, rocas y senderos serpenteantes, desemboca en un espectáculo natural que solo puede describirse como mágico: la cascada de la Foradada.

La ruta, de unos dos kilómetros y medio desde el aparcamiento junto al campo de fútbol del pueblo, guía al visitante a través de un bosque que parece sacado de un cuento. Entre dolmenes, fuentes y antiguos molinos, se desciende lentamente hasta un rincón donde el sonido del agua acaba imponiéndose a cualquier otro ruido. Al fondo, se abre el salto de agua de la Riera de la Gorga: una caída de 15 metros que desemboca en una poza esmeralda rodeada de paredes rocosas horadadas por el tiempo.

Una cascada "agujereada" que parece de otro mundo

Lo más sorprendente de este paraje, sin embargo, no es su altura ni su entorno, sino el orificio perfectamente esculpido en la roca que enmarca la cascada como si se tratara de un portal a otra dimensión. Ese hueco, que da nombre al lugar—La Foradada, que en catalán significa "agujereada"—, permite que al atardecer un haz de luz atraviese la piedra e ilumine el agua con tonos dorados, generando un efecto óptico que roza lo sobrenatural.

No es de extrañar que este rincón se haya convertido en uno de los tesoros naturales mejor guardados de Cataluña. Aunque se ha implantado una pequeña tasa de acceso para preservar el entorno (2,50 €), el esfuerzo se ve recompensado con creces por la experiencia sensorial de atravesar un bosque vivo hasta llegar a una de las cascadas más icónicas del país.

Qué visitar en Cantonigròs

El encanto no termina en la cascada. Cantonigròs, nacido en torno a un antiguo hostal del siglo XVI, conserva la esencia de los pueblos rurales catalanes, con casas de piedra, porches amplios y una iglesia que marca el corazón del núcleo urbano: la de San Roc, de 1854. La vida aquí sigue un ritmo distinto, marcado por el entorno, la historia y la calma.

placeholder Iglesia de Sant Roc de Cantonigròs, en la comarca de Osona, Barcelona (Google)
Iglesia de Sant Roc de Cantonigròs, en la comarca de Osona, Barcelona (Google)

Tras la caminata, la gastronomía local ofrece otro tipo de recompensa. El producto local y la cocina de temporada mandan. En Ca l'Ignasi, incluido en la Guía Macarfi, se apuesta por ingredientes de la comarca con propuestas como coca de berenjena, canelón de rustido o cochinillo confitado. También destacan los menús de Can Puntí, con especialidades como caracoles a la llauna, hombro de cordero o pulpo a la brasa, además de platos tradicionales como pies de cerdo o patatas de Olot. Y si el día se alarga, también se puede pernoctar en alojamientos como el Hostal Cabrerès, para seguir explorando la región al día siguiente.

Cómo llegar a Cantonigròs desde Barcelona

Llegar a este rincón escondido desde Barcelona es sencillo en coche. Basta con tomar la AP-7 y enlazar con la C-17 en dirección a Vic. Desde allí, se continúa por la C-25 (Eix Transversal) hasta la salida 183 hacia Roda de Ter y se sigue por la C-153 en dirección a Tavertet/Cantonigròs. El trayecto total ronda las dos horas, lo que convierte la escapada en una opción perfecta para una excursión de día completo o una escapada de fin de semana.

También existe la posibilidad de combinar transporte público: primero en tren hasta Vic y después en autobús (línea 464) hasta Cantonigròs, una alternativa ideal para quienes prefieren dejar el coche en casa y disfrutar del paisaje sin prisas.

Este enclave catalán de poco más de 400 habitantes ha sido destacado por National Geographic por esconder una cascada singular, escondida entre riscos, bosque y piedra natural, que parece una puerta mágica abierta entre mundos y solo se revela al final de una ruta rural fascinante.

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