Parece Venecia, pero está en Navarra: un pueblo lleno de canales y 'baserris' de colores que no te querrás perder este verano

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Hay lugares que no necesitan grandes monumentos ni playas infinitas para enamorar: basta con el murmullo del agua, una hilera de balcones floridos y el embrujo de las montañas pirenaicas al fondo. Parece una escena sacada del corazón de Italia, pero se encuentra mucho más cerca de lo que imaginas. Este rincón del norte de Navarra, que sorprende por su red de canales y su atmósfera detenida en el tiempo, se ha convertido en uno de los destinos más buscados por quienes anhelan belleza, historia y calma en un mismo viaje.

Canales entre casas de piedra, baserris (caseríos, en euskera) de colores y una atmósfera que parece detenida en el tiempo. Así es Lesaka, uno de los pueblos más singulares de Navarra, donde el rumor del agua recorre sus estrechas calles empedradas. Este verano, su red de canales y su arquitectura medieval lo convierten en un rincón perfecto para quienes buscan historia, naturaleza y tranquilidad en un mismo lugar.

Un casco antiguo atravesado por el agua

Lesaka, situado en el corazón de la comarca de Bortziriak, conocida también como Cinco Villas, ha sido bautizado como la "Venecia navarra" gracias a los canales que lo atraviesan. Aunque no son tan majestuosos como los de la ciudad italiana, estos cauces, alimentados por el río Bidasoa, fueron clave en el desarrollo histórico del municipio. Hoy, su presencia confiere al pueblo una imagen pintoresca que enamora a los visitantes.

La postal parece sacada de un cuento. Los caseríos con tejados a dos aguas y contraventanas color carmesí bordean los canales, mientras que los balcones cubiertos de flores trepan sobre muros de piedra. La escena cobra vida desde el puente del siglo XVI, donde la piedra se funde con el agua y la arquitectura vasco-navarra se deja contemplar en todo su esplendor.

Arquitectura medieval y tradición viva

El recorrido por el pueblo revela otros elementos que hablan de su historia. Entre ellos, la Torre Zabaleta, del siglo XV, y la imponente Iglesia de San Martín de Tours, que corona una colina y alberga en su interior un retablo barroco de gran valor artístico. No muy lejos, la Torre Minddurenea, considerada el edificio más antiguo del municipio, recuerda el pasado defensivo de Lesaka.

Además del patrimonio arquitectónico, el pueblo mantiene vivas sus tradiciones. Durante el verano, especialmente en las Fiestas de San Fermín, la localidad se llena de color y música, con celebraciones que conservan su esencia popular y se viven con intensidad entre sus vecinos.

Destino ideal para amantes de la naturaleza

Lesaka es también punto de partida para numerosas rutas al aire libre. La Vía Verde del Bidasoa ofrece un recorrido sencillo entre bosques y prados, ideal para senderistas y ciclistas. Muy cerca, el Parque Natural Señorío de Bertiz permite explorar uno de los bosques caducifolios mejor conservados de España, con hayas, robles y castaños centenarios.

Gracias a su ubicación estratégica, el pueblo está bien conectado con Pamplona, San Sebastián y Bilbao, lo que lo convierte en una escapada accesible para quienes desean desconectar en un entorno de paz, historia y belleza natural. Lesaka, con su equilibrio entre agua, piedra y tradición, se presenta este verano como una joya rural del norte peninsular que merece ser descubierta.