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Las 7 cuevas que debes visitar sí o sí en Cantabria en tu escapada de verano: una aventura para toda la familia
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UN VERANO BAJO TIERRA

Las 7 cuevas que debes visitar sí o sí en Cantabria en tu escapada de verano: una aventura para toda la familia

Desde los legendarios bisontes de Altamira hasta las formaciones geológicas imposibles de El Soplao, siete grutas imprescindibles permiten descubrir en familia los secretos mejor guardados del subsuelo cántabro

Foto: Un espeleólogo explora las galerías vírgenes de la cueva El Soplao, en Cantabria (EFE)
Un espeleólogo explora las galerías vírgenes de la cueva El Soplao, en Cantabria (EFE)

Ocultas entre bosques frondosos, acantilados calizos y valles modelados por el tiempo, las cuevas de Cantabria guardan un tesoro que va más allá de la belleza natural: son cápsulas del tiempo que conservan huellas del pensamiento, el arte y la vida de nuestros antepasados. Desde el brillo mineral de las formaciones kársticas hasta los bisontes prehistóricos que decoran sus paredes, cada gruta cántabra es una invitación al asombro. Quienes se aventuran en su interior no solo recorren pasillos excavados por el agua y la historia, sino que también entran en contacto con la esencia misma de la humanidad. Para este verano, siete de estas cuevas —seleccionadas por su valor geológico, arqueológico y emocional— ofrecen una experiencia única, apta para todas las edades y con ese magnetismo que solo poseen los lugares donde la historia se hizo piedra.

Altamira y El Castillo: el arte que sobrevivió al tiempo

Situada en Santillana del Mar, la Cueva de Altamira, considerada la "Capilla Sixtina del arte rupestre", es la más icónica. Sus bisontes policromados, con más de 15.000 años de antigüedad, son una cumbre del arte paleolítico europeo. Aunque el acceso a la cueva original está restringido, la Neocueva del Museo Nacional y Centro de Investigación permite vivir una experiencia inmersiva fiel al original.

También en Puente Viesgo, la Cueva de El Castillo guarda una de las expresiones simbólicas más antiguas conocidas: siluetas de manos y puntos rojos de más de 40.000 años. Este conjunto forma parte de un complejo que asombra tanto por su valor arqueológico como por su ubicación en el Monte Castillo, que contiene en su interior cuatro cuevas con arte prehistórico declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2008.

El Pendo, Covalanas y Chufín: espacios íntimos y únicos

En Escobedo de Camargo, la Cueva de El Pendo ofrece un espacio monumental: una única sala de grandes proporciones (80 metros de largo) donde destacan las representaciones de ciervas y un caballo, realizadas con la técnica del punteado. Aquí el arte aparece elevado sobre un muro, como si ya entonces se pensara en la escenificación y en la perspectiva. Esta técnica se repite en la Cueva de Covalanas, en Ramales de la Victoria, famosa por sus ciervas en rojo, realizadas con precisión milimétrica, ejecutada hace 25.000 años con sorprendente delicadeza.

La Cueva de Chufín, en Rionansa, tiene un carácter más íntimo. Junto al embalse de Palombera, esta gruta presenta grabados y pinturas con escenas de caza y símbolos geométricos, realizados con pigmentos mezclados con grasa animal, una técnica tan rudimentaria como eficaz.

El Soplao y Cullalvera: maravillas geológicas vivas

Estamos ante una rareza geológica. Descubierta por mineros a principios del siglo XX, esta cavidad del Cretácico deslumbra con sus excéntricas formaciones de aragonito, estalactitas que desafían la gravedad y perlas de las cavernas suspendidas en agua pura. La Cueva de El Soplao asombra a cada paso. Un tren de vagonetas, efectos de luz y sonido y una atmósfera teatral guían al visitante a través de esta cavidad cretácica, ejemplo de geología en estado puro.

placeholder Imagen de la cueva del Chufín (Archivo)
Imagen de la cueva del Chufín (Archivo)

Por su parte, la Cueva de Cullalvera, también en Ramales de la Victoria, tiene una de las bocas más impresionantes de Cantabria. Aunque sus pinturas rupestres no son accesibles, la visita guiada incluye un recorrido por pasarelas sobre un sistema kárstico activo y un audiovisual inmersivo que explica su valor arqueológico y natural. Los juegos de agua y luz y el bosque que la rodea convierten la visita en una experiencia casi mística.

Consejos prácticos para tu visita

Debido al aforo limitado en muchas de estas cuevas, es recomendable reservar con antelación y consultar los horarios y tarifas oficiales. Se recomienda llevar calzado adecuado para terrenos húmedos y respetar siempre las normas de conservación: en muchos casos está prohibido fotografiar o tocar las paredes.

Frente a la avalancha de planes prefabricados y destinos masificados, adentrarse en las cuevas de Cantabria se presenta como una de las aventuras más auténticas y enriquecedoras para compartir en familia. No se trata solo de observar pinturas milenarias o recorrer pasadizos de roca, sino de vivir juntos una experiencia que mezcla exploración, historia y asombro. Cada niño con una linterna, cada padre conteniendo la respiración ante una cierva dibujada hace 20.000 años, cada paso en la oscuridad húmeda que despierta la imaginación. Es un viaje donde grandes y pequeños se convierten en expedicionarios de lo invisible, unidos por el misterio de lo que aún perdura bajo tierra.

Ocultas entre bosques frondosos, acantilados calizos y valles modelados por el tiempo, las cuevas de Cantabria guardan un tesoro que va más allá de la belleza natural: son cápsulas del tiempo que conservan huellas del pensamiento, el arte y la vida de nuestros antepasados. Desde el brillo mineral de las formaciones kársticas hasta los bisontes prehistóricos que decoran sus paredes, cada gruta cántabra es una invitación al asombro. Quienes se aventuran en su interior no solo recorren pasillos excavados por el agua y la historia, sino que también entran en contacto con la esencia misma de la humanidad. Para este verano, siete de estas cuevas —seleccionadas por su valor geológico, arqueológico y emocional— ofrecen una experiencia única, apta para todas las edades y con ese magnetismo que solo poseen los lugares donde la historia se hizo piedra.

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